¿Cómo viven los vivos con los muertos? Hasta que el capitalismo deshumanizó a la sociedad, todos los vivos esperaban la experiencia de la muerte. Era su futuro final. Los vivos eran en sí mismo incompletos. De esa forma vivos y muertos eran interdependientes. Siempre. Sólo una forma de egotismo extraordinariamente moderna rompió esa interdependencia. Con consecuencias desastrosas para los vivos, ahora pensamos en los muertos en términos de los eliminados.
El Lobo Feroz
Invierno seco
Los indultos del PP: maderos y cargos políticos
Los indultos del PP a los mossos condenados por torturas resulta que iban de la mano de otros indultos: a cargos «de confianza» de Convergència i Unió. Imaginad el patético esquema de la conversación entre el presidente de la Generalitat catalana (o de Duran Lleida) y el del Gobierno: «De acuerdo en…, y nos indultáis a…». «Hecho».
Como auténticos chalanes han destituido a todos los responsables de Hacienda que investigaron el caso Gürtel y han decapitado la Oficina Antifraude (donde además han colocado de responsable a una milady «poco ejemplar», por decirlo así: Pilar Valiente, la que avisaba a los timadores de Gescartera de que Hacienda les tenía echado el ojo). Por otra parte los del PP se han apresurado a cambiar la Ley de Costas para sus chiringuitos presentes y futuros. Los chalanes que gobiernan han aprendido de Berlusconi. La corrupción está enroscada en las instituciones y las instituciones son anélidos sin ojos, bestias adaptadas a no ver lo que pasa.
Cuando se pueda habrá que ingeniar otras instituciones, con focos hacia dentro.
Y castigar no criminal sino políticamente, como hicieron los franceses de la Convención, a los capetos que imponen sufrimientos a la gente. ¡No a la pena de muerte, pero guillotina sí!
Algo verdaderamente amable
El partido (de fútbol) del Athletic de Bilbao en Manchester; el deportivo comportamiento de sus jugadores y de su hinchada, y el del equipo y la hinchada rivales: eso merece ser recordado. En ese microcosmos del fútbol a veces se producen gestas épicas como las que materializaron los jugadores, técnicos y partidarios del equipo vasco desplazados a Inglaterra. Gestas ejemplares para los niños y para la memoria deportiva. Una lección para otras aficiones y para otros clubes, que no saben centrarse en el fútbol y toleran a grupos de partidarios suyos desde actitudes fascistas brazo en alto (Real Madrid), insultos anticívicos irreproducibles (F.C. Barcelona) o comentarios racistas. El Lobo se ha vuelto a hacer del Athletic, como Lobezno, antes de que entrara por primera vez en un estadio de fútbol, hace muchos años, y perdiera la virginidad futbolística. También ha disfrutado de veras con la deportividad del partidazo de vuelta.
La ley es igual para todos… nosotros
O para todos ellos. Lo de Urdangarón terminará en una irregularidad fiscal de los que se condenan con multa y tal vez con pena no superior a dos años, en suspenso. Es un vaticinio nada seguro, porque tal como va la administración de justicia española, incluso podría quedar en nada.
Sabiduría del Gran Madero
El ministro del Interior, Fernández Díaz de Vivar, o sea, el jefe de la pasma, sostiene que el 90% de las embarazadas sufre acoso laboral. Lo del 90% parece indicar que dispone de estudios sobre el asunto, que lo sigue de cerca. Pero no persigue esos delitos de acoso: defiende endurecer la legislación sobre el aborto. La lógica del mariscal madero en jefe apabulla.
Dulce Ponte y la teoría de la conspiración
El fiscal general da con unos vagones por desguazar, a instancias de Manos Ni Se Sabe, y abre unas diligencias, que es como se llama en el lenguaje procesal a marear la perdiz, en póstumo besamanos al gobierno de Aznar, que al mentir sobre los atentados del 11-M a toda la población española ha quedado para la historia con el culo al aire.
Las tropas en Afganistán y lo que vendrá
Lo venimos diciendo: las tropas españolas no pintan nada allí. Además los yanquis perderán esa guerra. Que los políticos españoles que mandan sobre los militares no actúan en nuestro nombre.
La Carta de las Naciones Unidas prohíbe la guerra. Negro sobre blanco. Luego, los de la pantomima del «derecho internacional humanitario» llamaron a las guerras «intervenciones humanitarias», y así se puentean las constituciones estatales y la Carta de la ONU. Los ejércitos son presentados como oenegés, la propaganda de reclutamiento ofrece trabajo y formación seguros (vaya por dónde), y, al final, resulta que las guerras se hacen contra enemigos supuestamente indeterminados: así lo dicen Bush y Obama, que sin embargo han bombardeado a países tan determinados como Iraq y Afganistán (y a Serbia si incluimos al angelical Clinton) dejando para sus socios europeos, entre ellos el gobierno español, el saqueo de Libia.
Siempre no en nuestro nombre
Ahora parece que en el horizonte están Siria e Irán. Es evidente que el régimen sirio reprime las protestas como suelen hacerlo todos los regímenes autoritarios (y algunos de los no autoritarios). Sin embargo, no podemos fiarnos de nada. Porque no podemos fiarnos de la televisión. Por la tele hemos visto a gentes armadas contrarias al régimen sirio. ¿De dónde han salido esas armas? Porque en Egipto o en Túnez no las vimos (en Libia sí, pero ya sabemos quién las puso allí). Y las imágenes de pobres gentes destrozadas pueden ser de Siria o de cualquier otro lugar. Sobre todo de Palestina, golpeada por el estado de Israel en medida incomparablemente superior a todo lo ocurrido en Siria. ¿De verdad estamos informados?
Al Lobo Feroz que suscribe le gustaría haber visto en la televisión alguna vez una entrevista larga e inteligente, como las que hacen los buenos periodistas, a algún profesor de universidad, cineasta o director o directora de hospital iraquí, después de tantos años de intervención americana; o algo más de diez segundos de imágenes rodadas en el centro de Kandahar o en Kabul, con preguntas a personas que realizan sus tareas cotidianas; o alguna entrevista a algún misionero en Iraq o Afganistán. Pero jamás se ha visto nada parecido. Como si una mano invisible nos impidiera comprender sin demasiados intermediarios a las gentes corrientes de esos desgraciados países a los que se envían tropas españolas, desde luego no en nuestro nombre.
No en nuestro nombre, pero ¿imagináis cómo nos ven a nosotros en los países árabes o africanos? ¿Cómo ven a los europeos? ¿Y cómo nos ven los africanos y asiáticos que viven entre nosotros, que son nuestros vecinos? ¿Cómo nos ven esas personas cuyos lugares de oración molestan a algunos de nuestros conciudadanos, o que son clausurados por autoridades municipales con cualquier pretexto administrativo?
Retratos de Estado
El gran público lo ignora, pero es costumbre del Estado hispano y de sus diferentes personas jurídicas —de las universidades, de las empresas públicas, etcétera—, empezando por los ministros, los presidentes de las Cortes, del Tribunal Supremo, del Constitucional, del Banco de España, los rectores y un larguísimo etcétera—, que a su cese sean inmortalizados en retratos al óleo por más o menos insignes retratistas. Esta actividad, dedicada a prestigiar a ese Estado que tan cicatero y hasta agresivo se muestra con los ciudadanos que financian su existencia y su actividad, implica un gasto no despreciable cada vez que se produce un relevo en las funciones públicas.
Recuerda pues, lector, que durante estas semanas un montón de honrados pintores están inmortalizando para la posteridad a quienes tan bien gobernaron, y que otros lo harán el día de mañana con los que nos gobiernan hoy. Si la autoridad no dispone otra cosa y el tiempo no lo impide.
Trabajo fijo con poco sueldo y nada de sexo
La Iglesia católica promociona publicitariamente en España lo que antes se llamaban vocaciones. El eslogan es: «No te prometo un gran sueldo; te prometo un trabajo fijo». Sin sexo.
Si una empresa ofreciera trabajo a cambio de renunciar al sexo, ¿sería eso constitucional?
20 /
3 /
2012