Vosotros, los que estáis ahí, sí, vosotros, mis contemporáneos que os creéis superiores a
las generaciones precedentes y que os consideráis vacunados contra esta propaganda de
guerra simplista y burda que engañó a nuestros padres, a nuestros abuelos, a nuestros bisabuelos, ¿estáis seguros de que lo que os dicen ha sido así? Haríais mejor examinando más de cerca lo que acaban de deciros vuestros medios de comunicación, porque puede que os lo hayáis tragado ¡No hay que remontarse a 50 o 100 años atrás! sino a ayer mismo, durante la guerra contra Irak, Yugoslavia, Rusia y Palestina.
Los emigrados
Debate,
Madrid,
Juan-Ramón Capella
La edición en un nuevo formato de esta obra de Sebald, disponible en castellano desde 1996, permite una nueva referencia a este grandísimo escritor de la segunda mitad del siglo XX, muerto prematuramente de accidente. Sebald es autor de una obra compleja y de gran valor literario cuyo eje central es la desvelación de esta época infernal y la conservación de su memoria. Estamos en las antípodas tanto del silencio cuanto de la trivialización y falsificación del recuerdo histórico a manos de bienintencionados superficiales, por decirlo piadosamente (desde La lista de Schindler a La vida es bella), productores de droga de consumo tranquilizante. Sebald se aproxima a su materia de modos indirectos, respetuosos, que siguen la búsqueda de las huellas, siempre fragmentarias, e inventa un género literario híbrido, en parte novela, en parte libro de memorias, en parte libro de viajes, cuyas raíces artísticas no resulta fácil rastrear (quizá en E. Canetti, tal vez en cierto Bernhard), probablemente por su extremada originalidad, que además integra la imagen visual en la creación literaria. En el libro que nos ocupa, cuatro personas o personajes -no se sabe bien si lo uno o lo otro, pues hasta ese punto es vívido el relato- que han experimentado el desarraigo son «reencontradas», por decirlo así, como signos vivos de la historia común más reciente.
1 /
2004