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Los emigrados

Debate,

Madrid,

Juan-Ramón Capella

La edición en un nuevo formato de esta obra de Sebald, disponible en castellano desde 1996, permite una nueva referencia a este grandísimo escritor de la segunda mitad del siglo XX, muerto prematuramente de accidente. Sebald es autor de una obra compleja y de gran valor literario cuyo eje central es la desvelación de esta época infernal y la conservación de su memoria. Estamos en las antípodas tanto del silencio cuanto de la trivialización y falsificación del recuerdo histórico a manos de bienintencionados superficiales, por decirlo piadosamente (desde La lista de Schindler a La vida es bella), productores de droga de consumo tranquilizante. Sebald se aproxima a su materia de modos indirectos, respetuosos, que siguen la búsqueda de las huellas, siempre fragmentarias, e inventa un género literario híbrido, en parte novela, en parte libro de memorias, en parte libro de viajes, cuyas raíces artísticas no resulta fácil rastrear (quizá en E. Canetti, tal vez en cierto Bernhard), probablemente por su extremada originalidad, que además integra la imagen visual en la creación literaria. En el libro que nos ocupa, cuatro personas o personajes -no se sabe bien si lo uno o lo otro, pues hasta ese punto es vívido el relato- que han experimentado el desarraigo son «reencontradas», por decirlo así, como signos vivos de la historia común más reciente.

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2004

¿Cómo viven los vivos con los muertos? Hasta que el capitalismo deshumanizó a la sociedad, todos los vivos esperaban la experiencia de la muerte. Era su futuro final. Los vivos eran en sí mismo incompletos. De esa forma vivos y muertos eran interdependientes. Siempre. Sólo una forma de egotismo extraordinariamente moderna rompió esa interdependencia. Con consecuencias desastrosas para los vivos, ahora pensamos en los muertos en términos de los eliminados.

John Berger
Doce tesis sobre la economia de los muertos (1994)

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