¿Cómo viven los vivos con los muertos? Hasta que el capitalismo deshumanizó a la sociedad, todos los vivos esperaban la experiencia de la muerte. Era su futuro final. Los vivos eran en sí mismo incompletos. De esa forma vivos y muertos eran interdependientes. Siempre. Sólo una forma de egotismo extraordinariamente moderna rompió esa interdependencia. Con consecuencias desastrosas para los vivos, ahora pensamos en los muertos en términos de los eliminados.
Lyuba Yakimchuk y Maria Stepanova
Lyuba Yakimchuck
Cuervo, ruedas
cuando ya no quedaba ciudad
comenzó la batalla por el cementerio
era justo antes de Pascua
y las cruces de madera sobre las tumbas frescas
dejaron caer sus flores de papel –
rojo, azul, neón
verde, naranja, carmesí
los alegres parientes sirvieron vodka para ellos
y para los muertos – directamente en las tumbas
y los muertos pidieron más y más, y más, y más
y los parientes sirvieron de nuevo
el carnaval siguió, siguió el carnaval
hasta que el yerno se tropezó con una estría
junto a la tumba de su suegra
y el viejo abuelo clavaba la mirada en el cielo
y se quedó sin cielo
un hombre gordo estrelló un vaso
y rompió la valla de la tumba de su esposa
el vidrio cayó a sus pies
como granizo de una nube de tormenta
ha llegado la Pascua
y sobre la tumba de Anna Andriivna Ravenova
hay un cuervo – no una lápida
en la capilla de los Kolesnyk
donde descansan Maria Viktorivna, Pylyp Vasyliovych
y Mykola Pylypovych
se yerguen ruedas de vehículos blindados
¿quiénes son para mí esas ruedas y ese cuervo?
¿quiénes son? ya no recuerdo
Extraído de la revista Word Without Borders, abril 2016
Traducción de Rosana Alija a partir del texto original en ucraniano y la traducción al inglés de Oksana Maksymchuk y Max Rosochinsky
[Lyuba Yakimchuk es una poeta, guionista y periodista ucraniana. También desarrolla proyectos musicales y trabaja como gestora cultural.]
oOo
Maria Stepanova
No nos esperes, cariño
No nos esperes en casa, cariño,
Mi amigo y yo hemos sido capturados.
Reporto la situación desde el frente:
Alrededor solo hay guerra.
Tenemos la base en una covacha
En las profundidades de la tierra,
Disparan lanzallamas sobre nosotros,
Pero nos hemos esfumado.
Algunos llegaron hace poco,
Y algunos llevan mucho tiempo,
Tumbados en la oscuridad, como fichas de dominó,
Asisten a su escena
Y la tierra fluye entre nosotros
Espesa, como el vino.
Éramos humanos. Ahora somos
Sopa de proteína,
Olemos a lágrimas y esperma,
Y raíces, y polvo.
Y yo solo soy un jirón de paño
Chamuscado en los bordes,
Y el que estaba contigo en la ventana
Se compone de hondos agujeros.
Cuando en la mesa bajo el estante
Ponen una decena de platos
Cuando encienden el árbol de Navidad
Y entonan el Ave
Cuando una pezuña de camello
Rompe la corteza helada –
Ni oro, ni incienso,
Ni mirra, ni resina
Pueden con la tersura y el frío,
O sea que me mentiste.
No te pares, no te pares sobre ese arbusto,
No roces la raíz,
Soy el borde de mi ropa hace mucho vacía,
La tierra yace sobre ella.
De: Kireevsky (2012)
Traducción de Rosana Alija y Francisco Javier Mena a partir del texto original en ruso y de la traducción inglesa de Sasha Dugdale
[Maria Stepanova es una poeta, novelista y periodista rusa, considerada una de las voces más influyentes de su generación. Es editora de colta.ru, una plataforma periodística independiente en Rusia.]
20 /
marzo /
2022