¿Cómo viven los vivos con los muertos? Hasta que el capitalismo deshumanizó a la sociedad, todos los vivos esperaban la experiencia de la muerte. Era su futuro final. Los vivos eran en sí mismo incompletos. De esa forma vivos y muertos eran interdependientes. Siempre. Sólo una forma de egotismo extraordinariamente moderna rompió esa interdependencia. Con consecuencias desastrosas para los vivos, ahora pensamos en los muertos en términos de los eliminados.
Nando Zamorano
Introducción al estudio de los «Quaderni del carcere» de Antonio Gramsci
No quiero ser compadecido. He sido un combatiente que
no hatenido suerte en la lucha inmediata. Y los
combatientes no pueden ni deben ser compadecidos
cuando han luchado, no empujados por la obligación, sino
porque así lo han querido conscientemente ellos mismos.
(Carta a su madre desde la cárcel, 24 de agosto de 1931) [1]
El día 27 de abril de 1937 moría Antonio Gramsci después de pasar casi once años en la cárcel. Dejaba escritos un total de treinta y tres cuadernos de tipo escolar, además de casi medio millar de cartas, dirigidas a familiares y amigos [2]. Los cuadernos manuscritos suman unas tres mil páginas que contienen más de dos mil notas, además de algunos ejercicios de traducción del alemán, del ruso y del inglés.
A pesar de que en el momento de su detención era uno de los autores más brillantes de Italia, no había publicado hasta entonces ningún ensayo o artículo académico. Había escrito más de novecientos artículos en diferentes diarios obreros (Avanti!, Il Grido del Popolo, L’Ordine Nuovo, L’Unità), aunque apenas había firmado algunos de ellos con las siglas A. G. o con el seudónimo Alfa Gama. El suyo fue un trabajo al servicio de un proyecto colectivo, que huía del narcisismo y el reconocimiento público, algo tan común en nuestros días.
Mientras que las condiciones físicas y su mermada salud se lo permiten, Gramsci dedicará la mayor parte de los años de su reclusión a la reflexión sobre diferentes cuestiones de carácter político y filosófico, hasta completar los Quaderni del carcere, probablemente la obra marxista más rica y substancial del siglo XX. El trabajo de estudio y redacción de los cuadernos fue también la particular forma que tuvo de continuar con la batalla política y cultural después de su arresto [3].
Alejado de cualquier tipo de dogmatismos o de fáciles certezas, Gramsci propone un pensamiento político donde destaca su esfuerzo por conocer primero, e interpretar después, la realidad realmente existente. Se trata de un autor que fue capaz de interpretar la realidad y los problemas de su propio tiempo, pero que sostiene un pensamiento que continúa siendo de utilidad y que nos ayuda a entender y a reflexionar sobre los problemas de nuestros días. Así, la obra de Gramsci puede y debe ser leída desde nuestro presente para reflexionar sobre los problemas de hoy.
El interés por su obra queda suficientemente demostrado en la inmensa bibliografía que desde los años 40 del pasado siglo se ha ido acumulando y que en la actualidad cuenta con cerca de diecisiete mil textos publicados en casi todas las lenguas del mundo. El comunista sardo ha sido uno de los autores marxistas que mejor han resistido a la crisis que significó el fin de la experiencia histórica del considerado socialismo real a finales del siglo pasado. Su obra ha sido capaz de sobrevivir incluso al hundimiento del PCI, el partido que ayudó a nacer y del que era secretario general en el momento de su detención.
La enorme temática recogida en sus Cuadernos ha sido utilizada por filósofos, historiadores, antropólogos, economistas y politólogos. Pero dicho interés provocó que tanto su obra como su pensamiento fueran disputados por tendencias distintas a lo largo de los años [4]. También los distintos conceptos y las categorías desarrolladas por Gramsci y que forman parte de su particular universo intelectual: hegemonía, filosofía de la praxis, nacional-popular, reforma intelectual y moral, revolución pasiva, guerra de posiciones o bloque histórico, han sido ampliamente utilizadas por un gran número de intelectuales. Pero como ha ocurrido con otros autores, no siempre se hizo una lectura filológicamente correcta de su obra, ni ceñida a la necesaria contextualización histórica.
A lo largo del tiempo se hicieron interpretaciones muy diversas, cuando no contrapuestas, de su pensamiento que generaron no pocos debates intelectuales. Los últimos se han vivido en los últimos años alrededor del populismo, debates en los que, con más o menos razón, aparecía el nombre de Gramsci relacionado con este. Autores como Ernesto Laclau o Chantal Mouffe, referentes de cierto «populismo de izquierdas», han utilizado ciertas categorías gramscianas, como la de «pueblo», llegando a afirmar que tenían en Gramsci una de sus principales fuentes de inspiración, aunque su lectura haya deliberadamente infiel y se realizara filtrada por los análisis de algunos de los intérpretes liberales del comunista sardo.
Enfrentarse a un autor ya desaparecido, que en vida nunca se planteó exponer su concepción del mundo de una manera sistemática y a una obra tan rica y compleja como son los Quaderni no es tarea fácil. Debemos recurrir aquí al propio Gramsci, quien al inicio de los Apuntes de filosofía del Cuaderno 4, sugería para afrontar el estudio de la obra de un autor como Marx que «Si se quiere estudiar una concepción del mundo que nunca haya sido expuesta sistemáticamente por su autor, hay que hacer una labor minuciosa […] la búsqueda del leiv-motiv, del ritmo del pensamiento, es más importante que las citas aisladas» [5].
Todo aquel que tenga la intención de acercarse a su pensamiento dispone de gran cantidad de obras publicadas, aunque desgraciadamente estas no siempre se encuentran disponibles. Desde las diferentes reediciones de los volúmenes agrupados por temas, pasando por algunas selecciones de sus artículos periodísticos, las Cartas de la prisión o las varias antologías de su obra. Entre estas antologías, se pueden destacar la Antología que preparara Manuel Sacristán en 1970 y publicada por la editorial Siglo XXI [6]; los Escritos políticos (1917-1933) publicados en 1977 por Cuadernos de Pasado y Presente; Para la reforma moral e intelectual, una selección de textos de Francisco Fernández Buey con introducción de Antonio A. Santucci publicada en 1998 por Los Libros de la Catarata, y mucho más recientemente los Escritos (Antología), en edición de César Rendueles, publicada en 2017 en Alianza Editorial.
Pero quien se proponga afrontar la obra de Gramsci deberá necesariamente enfrentarse a la lectura de los Quaderni. Y, como sostiene Gianni Francioni, uno de los más reconocidos estudiosos de la obra de Gramsci de la actualidad, todos aquellos que quieran iniciarse en el estudio de los Quaderni necesitarán de algunos elementos para enfrentarse a la difícil tarea que esto puede significar. Quien pretenda, además, leerlos en su totalidad y de forma sistemática, estará obligado a cumplir un recorrido que no siempre se corresponde al de la cronología real de su elaboración. Surge aquí la necesidad de reconstruir previamente la verdadera estructura e historia ―interna y externa— de los manuscritos y de dotar al lector de una especie de brújula que le permita orientarse. De esta manera podrá asimilar el ritmo del pensamiento con el que fueron elaborados los cuadernos, el emerger progresivo de los problemas y de los conceptos, y la interconexión de los senderos de su investigación [7].
Con el mismo sentido, aunque de una manera infinitamente más modesta, el presente artículo pretende ser una introducción y una pequeña guía de lectura para todos aquellos que pretendan adentrarse en este rico universo gramsciano que forman los Quaderni.
La cárcel
A pesar de ser diputado, Gramsci sería arrestado en Roma el 8 de noviembre de 1926 siguiendo las medidas especiales adoptadas por el régimen fascista contra todos aquellos grupos, principalmente comunistas y socialistas, a los que considera peligrosos para su supervivencia. En un primer momento sería recluido en la cárcel de Regina Coeli de Roma. El 25 de noviembre sería enviado a la isla de Ustica, donde permanecerá desde el 7 de diciembre hasta el 20 de enero de 1927, cuando es trasferido a la cárcel de San Vittore de Milán. Aquí se le permitiría recibir libros y revistas del exterior, gracias a una cuenta que le abriría su amigo Piero Sraffa en la librería milanesa de Sperling & Kupfer, la misma que continuará suministrándole en los años que permanecerá en la prisión de Turi.
El 11 de mayo de 1928 el prisionero es enviado nuevamente a Roma, donde el 4 de junio será procesado por el Tribunal especial para la defensa del Estado bajo las acusaciones de «actividad conspirativa, instigación a la guerra civil e incitación a la lucha de clases». Durante el juicio, el fiscal Michele Isgró, llegaría a afirmar que: «debemos de impedir funcionar a este cerebro durante veinte años» [8]. Sería condenado a 20 años, 4 meses y 5 días de cárcel.
El 8 de julio es transferido de la cárcel de Regina Coeli y el 19 de julio de 1928 llegará como detenido a su destino definitivo, la cárcel de Turi, en la provincia de Bari. El 3 de agosto de 1931 Gramsci sufrirá un grave episodio de hemoptisis que lo dejará en un estado de postración durante varios meses. Sin embargo, el médico de la prisión considera que sus condiciones de salud son compatibles con la detención y deberá de transcurrir más de un año antes de que el prisionero pueda ser visitado por un médico de su confianza. El 7 de marzo de 1933 sufre un nuevo episodio que confirma el agravamiento de sus condiciones de salud. Desde ese momento deberá ser asistido en la celda por algún compañero de prisión; su testimonio posterior será muy valioso para la reconstrucción de su método de trabajo.
Gramsci presentará una solicitud para su traslado a un centro de salud que será aceptada meses más tarde, después de una larga y compleja negociación. Finalmente, el 7 de diciembre de 1933, después de un viaje tortuoso y de una escala en la cárcel de Civitavecchia, es hospitalizado, siempre en estado de detención, en la clínica del doctor Cusumano de Formia, donde permanecerá hasta agosto de 1935. En los meses subsiguientes presentará varias solicitudes para poder ser expatriado junto a su familia, en Moscú o en Cerdeña, sin recibir ninguna respuesta. Aunque formalmente se encuentra en libertad condicional, Gramsci sigue sometido a una vigilancia continua y obsesiva por orden del jefe del gobierno fascista.
El 24 de agosto de 1935 será hospitalizado en la clínica Quisisana de Roma, un centro mucho más apropiado para su deteriorado estado de salud. El 25 de abril de 1937, dos días después de recibir la noticia de la finalización de las medidas cautelares que finalmente significaban su puesta en libertad, padecerá una hemorragia cerebral. Morirá dos días después, el 27 de abril, a la edad de 46 años.
Se inicia la redacción de los Quaderni
A pesar de las precarias condiciones carcelarias y de su frágil estado de salud, Gramsci trabajará en su celda entre los años 1929 y 1935, reuniendo treinta y tres cuadernos manuscritos que formarán sus Quaderni del carcere, su obra más conocida e importante.
El primer programa de trabajo formulado por Gramsci después de su arresto aparece en una carta a su cuñada Tatiana del 19 de marzo de 1927 escrita desde la cárcel milanesa de San Vittore. Hace referencia a cuatro posibles temas a desarrollar: una investigación acerca de los intelectuales italianos, sus orígenes, sus agrupaciones según las corrientes de la cultura, sus diversos modos de pensar, etc.; un estudio de lingüística comparada; un estudio del teatro de Pirandello y acerca de la transformación del gusto teatral italiano y un ensayo acerca de la novela de folletín por entregas y acerca del gusto popular en literatura [9]. Unos días más tarde, el 27 de marzo de 1927, Gramsci dirige al Juez Instructor del Tribunal Militar de Milán una solicitud para poder disponer en su celda de pluma, tinta y un centenar de hojas de papel para poder escribir trabajos de carácter literario. No le será concedida esta petición, así el 11 de abril escribirá a Tatiana: «esperaba poder obtener el uso permanente de una pluma, me había propuesto escribir los trabajos a los que me referí, sin embargo, no lo obtuve y me desagrada insistir» [10]. El 23 de mayo de 1927 le escribía a Tatiana: «un verdadero estudio creo que me sería imposible, por muchas razones, no sólo psicológicas, sino incluso técnicas; me es muy difícil abandonarme completamente a un argumento o a una sola materia y profundizar en ella, como se hace cuando se estudia seriamente. […] Estoy decidido a hacer del estudio de las lenguas mi principal ocupación» [11].
Un año después, no han cambiado las condiciones carcelarias que le permitan desarrollar en la práctica cualquier programa de trabajo. Así, escribe a su esposa el 30 de abril de 1928 que «estudio, leo, en los límites de mis posibilidades, que no son muchas. Un trabajo intelectual sistemático no es posible, por falta de medios técnicos» [12].
Seguirá perseverando, y el 13 de agosto, habiendo sido ya condenado y encontrándose en la cárcel de Turi, escribirá a su hermano Carlo pidiéndole que prepare una instancia al ministerio competente para pueda ser recluido en celda individual y que «se le permita disponer de papel y tinta para poder dedicarse a cualquier trabajo de carácter literario y al estudio de la lengua» [13]. La instancia será contestada positivamente y Gramsci será traslado a una celda individual en la que dispondrá, bajo ciertas limitaciones, de los medios para dedicarse al estudio: pluma, tinta, lápices y cuadernos debidamente numerados. Cabe señalar que este hecho no constituye una benévola concesión de las autoridades carcelarias hacia su persona, sino que esta posibilidad estaba contemplada en el Reglamento general de los establecimientos carcelarios de la época, si bien excluyendo el acceso a publicaciones de carácter político.
El 29 de enero de 1929 escribirá a Tatiana que ya dispone en su celda de lo necesario para poder comenzar a escribir. El 9 de febrero le explicará que tiene la intención de «leer según un plan previsto y profundizar en determinados argumentos». En esta misma carta le dice que, aunque ha comenzado ya a escribir en la celda, se trata «tan sólo de traducciones, para soltar la mano: en tanto pongo orden en mis pensamientos» [14]. Gramsci iniciará la redacción de los cuadernos en febrero de 1929 y la finalizará a mediados de 1935, cuando el derrumbe de sus fuerzas físicas, como consecuencia de su enfermedad, le hacen imposible continuar con la labor iniciada.
Cómo fueron escritos los Quaderni
Gramsci había solicitado a la dirección de la prisión que se le permitiera usar hojas de papel para poder tomar las necesarias notas de trabajo. En lugar de esto, el director de la cárcel de Turi Gerlando Parmegiani dará la orden de que se le entreguen una serie de cuadernos escolares. El uso de estos cuadernos no es causal, pues facilitaba muchísimo el control de los trabajos del recluso por parte de las autoridades carcelarias. Además, al tratarse de páginas previamente numeradas por el centro, evitaban que alguna pudiera ser arrancada y se utilizara como medio de comunicación con otros internos o con el exterior de la prisión.
Todos los libros a disposición del detenido estaban custodiados en un almacén, junto al resto de sus enseres personales, y solo podrá contar con un número limitado de libros en su celda [15]. Cuando necesitaba consultar algún otro libro, debía solicitarlo a la administración del almacén, y allí le eran entregados tantos ejemplares como devolvía, de manera que el número de libros de los que podía disponer en su celda era siempre cuatro. Las mismas limitaciones cuantitativas serán aplicadas a la disposición de los cuadernos de trabajo del detenido, de manera que entre cuadernos, libros y revistas, el total de ejemplares de los que podía disponer en su celda no podía superar el número de cuatro. Estas limitaciones para el desarrollo de su labor marcarán la futura obra y tendrán una importancia capital en la clasificación de los cuadernos. Gramsci deberá organizar su trabajo de redacción utilizando un complejo sistema de rotaciones entre la celda y el almacén, que le permitiera ampliar al máximo las posibilidades de su estudio.
A simple vista, los Quaderni pueden parecer una obra relativamente sencilla, formada por una serie de notas manuscritas. La caligrafía es clara y perfectamente inteligible, y contienen poquísimas correcciones. Sabemos, por diversos testimonios, que ya desde su etapa periodística Gramsci utilizaba un particular método de trabajo consistente en componer mentalmente los textos durante un determinado espacio de tiempo, para después volcarlos directamente al papel. Pero, en realidad, se trata de páginas falsamente «limpias», pues los cuadernos se revelan como un verdadero laberinto de papel, en el que puede resultar muy fácil perderse.
Las condiciones en que debe desarrollar su labor le obligan a trabajar paralelamente en varios cuadernos a la vez, retomando aquellos que había iniciado en periodos precedentes, para incorporar nuevas notas en los espacios que quedaban en blanco. En algunos momentos, parece que comienza a escribir a la mitad de un cuaderno, para después pasar al principio de este. En ocasiones hace referencia en una de las páginas iniciales a un texto que se encuentra en un cuaderno posterior. Podemos encontrar superposiciones temporales en su escritura que atraviesan horizontalmente los cuadernos, y en consecuencia momentos de la redacción en los que no pasa de un cuaderno a otro, sino de una nota a otra en la alternancia de los diferentes cuadernos [16].
La organización de los Quaderni
Gramsci iniciará la redacción de los cuadernos el día 8 de febrero de 1929, fecha que señala en el encabezamiento del Cuaderno 1. En su primera página, que lleva el título de Notas y apuntes, enumerará los dieciséis temas que se propone desarrollar y que conformarán su primer programa de trabajo:
1) Teoría de la historia y la historiografía. 2) Desarrollo de la burguesía italiana hasta 1870. 3) Formación de los grupos intelectuales italianos: desarrollo, actitudes. 4) La literatura popular de las «novelas por entregas» y las razones de su persistente fortuna. 5) Cavalcante Cavalcanti: su posición en la estructura y en el arte de la Divina Comedia. 6) Orígenes y evolución de la Acción Católica en Italia y en Europa. 7) El concepto de folklore. 8) Experiencia de la vida en la cárcel. 9) La «cuestión meridional» y la cuestión de las islas. 10) Observaciones sobre la población italiana: su composición, función de la emigración. 11) Americanismo y fordismo. 12) La cuestión de la lengua en Italia: Manzoni y G. I. Ascoli. 13) El «sentido común» (cfr. 7). 14) Revista tipo: teórica, crítico-histórica, de cultura general (divulgación). 15) Neo-gramáticos y neo-lingüistas («esta mesa redonda es cuadrada«). 16) Los nietecitos del padre Bresciani.
Se trata de un «programa» que no se debe tomar como definitivo de lo que finalmente conformarán los Quaderni, ya que será modificado y actualizado en varias ocasiones, a medida que avance en su trabajo, durante sus años de reclusión. Es posible reseguir este progreso en algunas de las cartas que escribe a Tatiana, como la del 25 de marzo de 1929, tan sólo unas semanas más tarde de iniciar la redacción de los Quaderni. En esta, le informará de su intención de «ocuparse prevalentemente y de tomar notas sobe estos tres temas: 1º La historia italiana del siglo XIX, con especial atención a la formación y al desarrollo de los grupos intelectuales; 2º La teoría de la historia y de la historiografía y 3º El americanismo y el fordismo» [17].
Una vez iniciada la elaboración de los cuadernos en febrero de 1929, Gramsci hará una división en la organización de su trabajo. La escritura será dividida en dos áreas diferentes: por un lado los cuadernos A, B, C y 9 que dedicará a las traducciones, y por otro los cuadernos 1 y 2 que destinará a lo que podríamos considerar como trabajo teórico. Los cuadernos de traducciones estarán divididos por lenguas: Cuadernos 1 y B alemán, Cuaderno C con ejercicios de inglés en la primera parte y de alemán en la segunda y el Cuaderno 9 de ruso. Los trabajos de traducciones se prolongarán hasta principios de 1932, fecha en que serán definitivamente abandonados.
El primer año de trabajo en la redacción de los cuadernos lo dedicará principalmente a las traducciones. No obstante, comenzará la elaboración del Cuaderno 1, mientras que el Cuaderno 2 será iniciado pero quedará momentáneamente detenido, y no será retomado hasta mayo de 1930. La distinción de Notas y apuntes que indicaba en el inicio del Cuaderno 1 será ampliamente superada por anotaciones, que son al mismo tiempo reflexiones teóricas y notas bibliográficas. El cuaderno asumirá las características de lo que a propuesta de Valentino Gerratana se conoce como cuaderno misceláneo. Contiene breves notas sobre distintos argumentos precedidos de un signo de parágrafo y de un título, que permitirá al autor establecer una continuidad entre las distintas anotaciones sobre un mismo argumento.
En los meses que siguen tratará de ampliar el ámbito de su trabajo, que superará las notas de carácter disperso que hasta ese momento habían centrado su labor. Obligado por las limitaciones derivadas de su reclusión carcelaria, comenzará a trabajar a la vez en diferentes cuadernos y a desarrollar, de forma paralela, varias cuestiones simultáneamente, dando inicio a los que se denominan como cuadernos mixtos. Llegará a escribir un total de siete cuadernos mixtos, el primero de los cuales sería el Cuaderno de traducciones A. Este cuaderno será dividido en dos partes, división que le permitirá trabajar en dos traducciones distintas al mismo tiempo, como si dispusiera de dos cuadernos en lugar de uno. Los cuadernos B y C serán organizados de la misma forma.
En mayo de 1930, una vez ha finalizado el Cuaderno 1, comenzará con la redacción del Cuaderno 3. Ese mismo mes de mayo iniciará también el Cuaderno 7, que dedicará a la traducción de una antología de escritos de Marx y que lo ocupará hasta julio de 1931. En noviembre de 1930, el Cuaderno 7 será dividido en dos partes, usando el espacio restante para la redacción de una serie de notas de carácter misceláneo. Mientras tanto, el Cuaderno 2 tomará la función de libreta bibliográfica, que servirá como apoyo a la redacción de otros cuadernos, al menos hasta octubre de 1931.
Le seguirá la redacción del Cuaderno 4 en el que, aparte de las notas misceláneas, se comienza a delinear una diferenciación temática que pretende separar de las notas algunas cuestiones que aparecen en su programa para su desarrollo a posteriori. Lo hará reservando una serie de bloques homogéneos de notas, precedidas por un título, dentro de algunos cuadernos mixtos. Así, la primera mitad del Cuaderno 4 es destinada a notas sobre el Canto decimo del infierno de Dante, la redacción de las cuales se prolongará hasta septiembre de 1932. La segunda parte del cuaderno contendrá la primera serie de Apuntes de filosofía – Materialismo e idealismo.
En la redacción de los cuadernos misceláneos se pueden identificar tres secuencias de trabajo claramente determinadas. Una primera secuencia corresponde a la redacción de los cuadernos 1, 3 y 5: el cuaderno 3 finaliza en octubre de 1930 y el cuaderno 5 es recopilado entre los meses de octubre y diciembre de 1930. Una segunda secuencia comprende la primera, la segunda y la tercera serie de los Apuntes de filosofía. Comprenden el Cuaderno 4b [18], redactado entre mayo y noviembre de 1930; el Cuaderno 7b, de noviembre de 1930 a noviembre de 1931, y el Cuaderno 8b, de noviembre de 1931 a mayo de 1932. Y una tercera secuencia que comienza con un grupo de notas que conectan con la primera y más larga de estas, y que titulaba Los intelectuales, notas para las cuales Gramsci sustraerá parte del espacio que había reservado en el Cuaderno 4 para el Canto decimo del infierno. Esta tercera secuencia quedaría constituida por el Cuaderno 4c, redactado en noviembre de 1930; el Cuaderno 6, escrito entre noviembre de 1930 y enero de 1932; el Cuaderno 8c, de enero a abril de 1932; el Cuaderno 9b, de abril a septiembre de 1932; el Cuaderno 9d, de septiembre a noviembre de 1932; el Cuaderno 14, de diciembre de 1932 a febrero de 1933; el Cuaderno 15, de febrero a septiembre de 1933 y finalmente el Cuaderno 17, de septiembre de 1933 a junio de 1935.
El Cuaderno 8 se había pensado originalmente como colector de las notas de la Historia de los intelectuales italianos. Está concebido como el primero de los cuadernos que Gramsci denominará como especiales, destinado a reprender y a reelaborar algunas notas escritas anteriormente en los cuadernos misceláneos. El Cuaderno 8 permanecería con tan sólo dos páginas escritas durante todo un año; mientras tanto escribía nuevas notas sobre la historia de los intelectuales en otros cuadernos y desarrollaba otras secciones de su trabajo. El 7 de septiembre de 1931 le explicará en una carta a Tatiana que está realizando un estudio sobre los intelectuales italianos y sobre su papel determinante como instrumento de creación de hegemonía sobre el Estado, que Gramsci entendía no meramente como sociedad política sino como un complejo equilibrio entre esta y la sociedad civil. Aunque en esta misma carta le promete enviarle «un esbozo de la materia, que no podrá ocupar menos de 50 páginas» [19], desgraciadamente, no lo hará nunca.
En noviembre de 1931 finaliza la segunda serie de notas filosóficas en el Cuaderno 7. Su intención de iniciar una tercera serie de notas lo hacen disponer finalmente del Cuaderno 8. Comenzará su escritura en la página 51, dejando así la primera parte del cuaderno disponible para poder completar su historia de los intelectuales italianos. En enero de 1932 comenzará la redacción de una serie de notas misceláneas en la primera parte de dicho cuaderno, perdiendo este su originaria destinación y pasando entonces a convertirse en un cuaderno mixto.
A partir de la primavera de 1932 Gramsci se dedicará principalmente a la redacción de cuadernos de carácter monográfico, que define como especiales, en los que trascribe, de forma más o menos reelaborada, buena parte de las anotaciones precedentes.
Entre marzo y abril de 1932 reunirá en la segunda página del Cuaderno 8, que hasta entonces permanecía todavía en blanco, un nuevo listado de temas que titulará Selección de materias [20], y que constituye el proyecto de los que posteriormente serían los cuadernos monográficos:
1° Intelectuales. Cuestiones escolásticas.; 2° Maquiavelo.; 3° Nociones enciclopédicas y temas de cultura.; 4° Introducción al estudio de la filosofía y notas críticas a un Ensayo popular de sociología.; 5° Historia de la Acción Católica. Católicos integrales – jesuitas – modernistas.; 6° Miscelánea de notas variadas de erudición. (Pasado y presente); 7° Risorgimento italiano (en el sentido de la Edad del Risorgimento italiano de Omodeo, pero insistiendo sobre los motivos más estrictamente italianos); 8° Los nietitos del padre Bresciani. La literatura popular (Notas de literatura); 9° Lorianismo.; 10° Apuntes sobre periodismo.
A excepción de la agrupación número 6, Pasado y presente, todo el resto de materias recogidas en esta Selección pasarán a formar los doce cuadernos especiales o monográficos. Durante el período que Gramsci pasará en la cárcel de Formia, se añadirían algunos temas que inicialmente no formaban parte de la lista, como los Cuadernos 22 (Americanismo y fordismo), 25 (Al margen de la historia. Historia de los grupos sociales subalternos), 27 (Observaciones sobre el «folklore») y el 29 (Notas para una introducción al estudio de la gramática). No aparecerá en esta agrupación de materias ninguna referencia al que habría de convertirse en el primer cuaderno especial, el Cuaderno 10, dedicado a la filosofía de Benedetto Croce y a la teoría de la historia de la historiografía, es decir, al materialismo histórico.
Llegados a este punto, podemos hacer una clasificación de los diferentes cuadernos atendiendo a su tipología:
- Cuadernos de traducciones, aquellos que contienen sólo traducciones (Cuadernos A-D).
- Cuadernos misceláneos, contienen notas sobre diferentes temáticas (Cuadernos 1, 2, 3, 5, 6, 14, 15, 17).
- Cuadernos monográficos o especiales, contienen notas sobre un mismo argumento (Cuadernos 10 al 13, 16 y del 18 al 29).
Las últimas páginas de los cuadernos serían escritas probablemente en junio de 1935. A partir de ese momento, la redacción se detiene definitivamente. El estudio de la correspondencia entre Tatiana Schucht, Piero Sraffa y los familiares de Gramsci indica que, desde mayo de 1935, y debido al agravamiento de sus problemas de salud, este no se encontraba ya en condiciones de continuar con su trabajo.
Sabemos que, de las revistas a las que Gramsci estaba abonado entre 1934 y 1937, la que corresponde a la de fecha más baja citada en los Quaderni, es un fascículo de la revista Crítica del 20 de mayo de 1935. Ningún fascículo con fecha posterior a esta revista será mencionado en los manuscritos. Continuará recibiendo revistas y conservará numerosos recortes de diarios y de revistas publicados entre enero de 1935 y abril de 1937. Esta documentación demuestra que aunque estuviera físicamente imposibilitado por su enfermedad como para continuar escribiendo, mantendría hasta el final una lucidez intelectual y un interés por el estudio de las cuestiones a las que, superando dificultades, restricciones y prohibiciones, había dedicado los últimos años de su vida.
Publicación de los Quaderni
Los cuadernos de notas serían guardados por Tatiana Schucht el mismo día de la muerte del autor. Serán conservados primero en la embajada soviética de Roma y después en Moscú, para finalmente ser entregados a la dirección del Partido Comunista Italiano al final de la guerra.
Los materiales serán leídos por Palmiro Togliatti, entonces Secretario General del PCI, además de amigo y viejo compañero desde los tiempos de la fundación del diario L’Ordine Nuovo en Turín. Después de su estudio, se toma la decisión de publicarlos en una edición popular en varios volúmenes divididos por temas. Se pretende así facilitar al máximo la lectura, haciéndolo accesible al mayor número de personas posible. Como hemos tratado de explicar anteriormente, se trata de un material muy complejo, tanto por su carácter de notas como por la multiplicidad de los temas que abarca o por su propia estructura. La edición fue encargada a Felice Platone, siendo supervisada directamente por Palmiro Togliatti.
Unos años después, con ocasión del primer congreso de estudios gramscianos realizado en Roma en enero de 1958, se comenzará a plantear la necesidad de una nueva edición que recoja fielmente la totalidad de los Quaderni, publicándolos tal y como fueron escritos por Gramsci. Después de años de trabajo, será Valentino Gerratana quien, al frente de un equipo de colaboradores del Istituto Gramsci, actualmente Fondazione Istituto Gramsci, publique en 1975 la primera edición crítica de los Quaderni del carcere [21].
La edición recogía los 29 cuadernos de notas, excluyendo los 4 cuadernos de traducciones y las traducciones presentes en los Cuadernos 7 y 9, e incluía un enorme aparato crítico. La edición pretende «ofrecer un instrumento de lectura que permita seguir el ritmo de desarrollo del pensamiento de Gramsci» en las páginas de los Cuadernos [22]. La edición procuraba reproducir los textos tal y como estos habían sido escritos, procurando que ninguna distracción exterior se interpusiera entre estos y el lector. Los cuadernos se ordenaron siguiendo el orden escritura, conservando entre paréntesis la numeración que añadiera Tatiana en números romanos. La marca de párrafo (§), seguida en muchos casos de un título, que Gramsci casi siempre hace preceder a las notas, se integró con un número progresivo en cada cuaderno, con la intención de facilitar la necesaria consulta.
Al iniciar la revisión de sus notas en 1932, Gramsci tacharía con largos trazos de pluma, que sin embargo no obstaculizaban su lectura, muchas notas escritas en primera redacción para ser posteriormente reelaboradas. En la edición crítica de Gerratana se distinguirán entre textos A, o de primera redacción; textos B, o de redacción única y textos C, de segunda redacción. Los textos A aparecen con un cuerpo de letra ligeramente más pequeño que el resto, y cuentan además con unas notas al pie que indican la correspondencia con el texto C. La obra cuenta además con un importantísimo aparato crítico que pretendía «responder a la exigencia de proporcionar al lector todos los instrumentos útiles para una comprensión más exacta del texto y para la profundización del estudio de la obra gramsciana» [23], y que ha sido de gran valor para varias generaciones de gramscianos de todo el mundo.
En 1977, con ocasión del Congreso gramsciano de Florencia, Gianni Francioni expone algunas propuestas de corrección a las soluciones adoptadas en la edición Gerratana. Las tesis de Francioni, que serán ampliadas y desarrolladas en su libro L’officina gramsciana [24], pretendían la reconstrucción de un recorrido lógico y diacrónico de la historia interna de los cuadernos gramscianos, para lo cual era necesario aplicar de manera sistemática y consciente los criterios de datación, pero también corregir algunos errores que se habían producido. Francioni sería capaz de ajustar mucho mejor la datación, no sólo de los cuadernos individuales, sino también de diferentes bloques de notas contenidos en algunos de ellos, demostrando que la clasificación propuesta en la edición no siempre se correspondía a la redacción. Las tesis de Francioni provocaron un amplio debate entre los estudiosos de Gramsci, algunos de los cuales, como el mismo Gerratana, plantearon diversas objeciones a las nuevas propuestas de datación y ordenamiento de los textos [25], sobre todo a partir de 1990, cuando se empieza a delinear la publicación de una nueva edición crítica de los Cuadernos de la cárcel en el marco de una edición nacional de los escritos de Gramsci.
En la actualidad se está trabajando en una nueva edición crítica de los Quaderni coordinada por Gianni Francioni y en la que colaboran dos de los más importantes intelectuales gramscianos: Fabio Frosini y Giuseppe Cospito [26]. La nueva edición contiene los ejercicios de traducción realizadas por Gramsci en la prisión entre 1929 y 1932. Después de realizar una cuidadosa revisión de los cuadernos de traducciones, se llegó a la conclusión de que estos son más que simples ejercicios utilizados «para soltar la mano», como afirmara el propio Gramsci en algunas de sus cartas; forman parte del plan de trabajo teórico del conjunto de los Quaderni. Una vez reconstruida la cronología con que fueron escritos los cuadernos de traducciones, se ha comprobado que las traducciones no son solamente la ocupación principal durante el primer año de escritura de Gramsci en la prisión, sino que sigue siendo una de sus líneas de trabajo hasta su abrupta interrupción a principios de 1932. Los Quaderni di traduzioni fueron publicados el año 2007 [27], coincidiendo con el setenta aniversario de la muerte del comunista sardo. En 2017 fue publicado el segundo volumen de la nueva edición que contiene los cuadernos misceláneos escritos por Gramsci entre 1929 y 1935. Queda pendiente la publicación de un tercer volumen dedicado a los cuadernos monográficos.
En esta nueva edición, ocho de los doce cuadernos misceláneos y dos de los diecisiete monográficos o especiales presentan una clasificación diferente a la anterior edición de Gerratana. En los cuadernos misceláneos, las principales diferencias de clasificación están en el Cuaderno 4, que debe ser antepuesto al Cuaderno 3. Comienza con las notas que se refieren a El canto décimo del infierno (Cuaderno 4 [a], §§ 1-11) que en la edición de Gerratana se corresponden con los §§ 78-88. Le seguirán los Apuntes de filosofía. Materialismo e idealismo, Primera serie (Cuaderno 4 [b] §§ 1-50) correspondientes a los §§ 1-48 en la edición precedente, las notas misceláneas sobre los intelectuales (Cuaderno 4 [c], §§ 1-29) numeradas por Gerratana como §§ 49-77, y aquellos, escritos en épocas posteriores aprovechando los espacios que quedaban libres en las notas sobre Dante (Cuaderno 4 [d], §§ 1-7), que habían sido numeradas anteriormente como §§ 89-95.
Los cuadernos monográficos o especiales serán publicados siguiendo el orden de redacción real (Cuadernos 10, 12, 13, 11, 16 y 18-29), que difiere ligeramente del recogido en la edición anterior. Los cuadernos 10 y 11 serán los que muestren más diferencias con respecto a la edición de 1975. El cuaderno 10 se eliminará la división en dos partes establecida por Gerratana y las notas seguirán el orden cronológico con que fueron redactadas. En el cuaderno 11, en cambio, la numeración de las notas se retomará en cada una de las secciones en las que Gramsci ha querido dividir el cuaderno, modificándose también el orden de algunos párrafos. En esta edición, las notas de primera redacción, que Gramsci borraría con una gran retícula que permite seguir perfectamente su lectura y que aparecen en la edición de Gerratana con un cuerpo de letra menor, tendrán las mismas dimensiones que el resto de notas pero añadiéndose dos líneas verticales continuas en los márgenes que permiten distinguir la parte que fuera borrada en los cuadernos originales [28].
Existe todavía una tercera edición de los Quaderni que, dada su importancia, entendemos merece la pena mencionar. Se trata de una interesante edición facsímil de los manuscritos de Gramsci, al cuidado de Gianni Francioni, que los reproducen tal y cómo estos fueron escritos. Fueron publicados en 2009 por el Istituto della Enciclopedia italiana (Treccani) en colaboración con la Unione Sarda.
Como hemos señalado anteriormente, los Quaderni, una obra aparentemente simple, formada por una serie de apuntes y notas de materiales diversos, pueden, sin el equipamiento adecuado, llegar a convertirse para el lector en un «laberinto de papel» en el que es fácil perderse [29]. La importante labor de investigación desarrollada, principalmente en Italia, en los últimos años por un grupo de estudiosos de la obra de Gramsci, facilitará la tarea a todos aquellos que quieran iniciarse en su estudio. Además, las correcciones respecto de la nueva edición resultan de gran ayuda para realizar una lectura diacrónica de los textos, asimilando el ritmo del pensamiento del comunista sardo.
Dado que, por su amplitud y complejidad, será difícil contar en los próximos tiempos con la publicación de la nueva edición crítica de los Quaderni traducida al castellano, al final del presente artículo se adjunta un anexo con una tabla [30] de correspondencias entre la nueva edición crítica y la publicada por la Editorial Era, con el objetivo de facilitar el trabajo a aquellos lectores que pretendan iniciar la lectura de los Quaderni siguiendo la nueva ordenación.
Notas
[1] Antonio Gramsci, Lettere dal carcere; ed. a cargo de Antonio A. Santucci, Sellerio Editore, Palermo, 1996, pp. 446-447. Al no existir ninguna edición en lengua castellana que recoja la totalidad de las cartas que Gramsci redactara desde la prisión, aunque se han publicado varias selecciones de estas, en este trabajo se ha utilizado la edición integral italiana.
[2] Las Cartas desde la cárcel escritas por Gramsci durante su cautiverio son una obra imprescindible para conocer la dimensión, no sólo personal, sino política del personaje, además de un necesario complemento al estudio de los Quaderni.
[3] Guido Liguori, «Genesi e struttura dei Quaderni del carcere di Gramsci», ponencia del autor para el Laboratorio permanente di studi gramsciani dell’Unicall Seminario dell’8 ottobre 2013.
[4] Para acercarse a las diferentes interpretaciones de la obra y el pensamiento del comunista sardo, desde sus contemporáneos hasta casi nuestros días, se puede consultar el magnífico libro de Guido Liguori, Gramsci conteso. Interpretazioni, dibattiti e polemiche 1922-2012, Editori Reuniti, Roma, 2012.
[5] Antonio Gramsci, Cuadernos de la cárcel; Tomo 2, Cuaderno 4, Ediciones Era, México D.F., 2000, p. 214.
[6] El año 2013 la antología de Sacristán fue reeditada por la editorial Akal y en la actualidad se puede conseguir en librerías.
[7] Gianni Francioni, Come lavorava Gramsci en QUADERNI DEL CARCERE, edizione anastatica dei manoscritti, edición especial de la Biblioteca Treccani y y l’Unione Sarda, Roma, 2009. p. 23.
[8] Manuel Sacristán, prólogo a Introducción al estudio de la filosofía de Antonio Gramsci, Crítica, Barcelona, 1985. p. 8.
[9] Antonio Gramsci, Lettere dal carcere; ed. a cargo de Antonio A. Santucci, Sellerio Editore, Palermo, 1996, pp. 54-58
[10] Lettere dal carcere, ed. cit., pp. 67-71.
[11] Lettere dal carcere, ed. cit., pp. 86-89.
[12] Lettere dal carcere, ed. cit., pp. 186-187.
[13] Lettere dal carcere, ed. cit., pp. 203-205.
[14] Lettere dal carcere, ed. cit., pp. 235-237.
[15] Sabemos por el testimonio de Gustavo Trombetti, quien fuera compañero de celda de Antonio Gramsci a partir de junio de 1932, que este podía disponer en su celda de cuatro libros personales y algún diccionario.
[16] Gianni Francioni, «Un labirinto di carta (Introduzione alla filologia gramsciana)»; publicado en International Gramsci Journal, vol. 2, 2016.
[17] Lettere dal carcere, ed. cit., pp. 246-251.
[18] Se utiliza la clasificación de la nueva edición crítica de los Cuadernos de la cárcel. En esta, algunos cuadernos, como el 4, han sido divididos en varias partes, que corresponden diferentes temáticas. Se han referenciado con las letras minúsculas a, b, c y d, dentro de unos corchetes: [ ].
[19] Lettere dal carcere, ed. cit., pp. 454-459.
[20] Cuadernos de la cárcel, Tomo 3, Cuaderno 8, ed., p. 214.
[21] La edición de Gerratana fue publicada por Giulio Einaudi Editori. En 2014 se publicó una nueva edición de la obra que sustituye a la de 1975. Existe una edición de los Cuadernos de la cárcel en castellano publicada por la editorial mexicana Ediciones Era dividida en seis volúmenes que en la actualidad sólo es posible conseguir en librerías de viejo.
[22] Prefacio de Valentino Gerratana en el Tomo 1 de la edición de los Cuadernos de la cárcel, Ediciones Era, México, 1999 (2ª ed.), p. 30.
[23] Valentino Gerratana, prefacio a la edición de los Cuadernos de la cárcel en el Tomo 1 de la edición Era, p. 33.
[24] Gianni Francioni, L’officina gramsciana. Ipotesi sulla struttura dei Quaderni del carcere, Bibliopolis, Nápoles, 1984.
[25] En este sentido se pueden consultar los textos de F. Franceschini, «‘Folklore’ vs ‘Folclore’ e un problema di datazione nei Quaderni del carcere«, Rivista di Letteratura Italiana, VI, 1988; V. Gerratana, Gramsci. Problemi di metodo, Roma, Editori Riuniti, 1997; G. Mastroianni, Per una rilettura dei «Quaderni del carcere» di Antonio Gramsci, Belfagor, XLVI, 1991.
[26] El plan de trabajo de la nueva edición está dividida en tres partes: 1) Cuadernos de traducciones, que no formaban parte de la edición de Gerratana; 2) Cuadernos misceláneos y 3) Cuadernos especiales. Los dos primeros tomos han sido publicados por la editorial Treccani: QUADERNI DEL CARCERE 1. QUADERNI DI TRADUZIONI (1929-1932), a cargo de Giuseppe Cospito y Gianni Francioni, Roma, Istituto della Enciclopedia Italiana 2007, 915 pp., y QUADERNI DEL CARCERE 2. QUADERNI MISCELLANEI (1929-1935), a cargo de Giuseppe Cospito, Gianni Francioni y Fabio Frosini. Roma, Istituto della Enciclopedia Italiana, 2017, 850 pp., ISBN 8812006472.
[27] Antonio Gramsci, Quaderni di traduzioni (1929-1932), al cuidado de Giuseppe Cospito y Gianni Francioni, Roma, Istituto dell’Enciclopedia Italiana, 2007.
[28] Se puede ampliar la información respecto de las características filológicas de la nueva edición crítica de los Cuadernos en el texto de Giuseppe Cospito, «Verso l’edizione critica e integrale dei Quaderni del carcere”, publicado en la revista Studi Storici, LII, 4, 2011, pp. 881-904.
[29] Gianni Francioni, Come lavorava Gramsci. Ed. Cit. pag. 21
[30] El apéndice que se adjunta a este artículo reproduce fielmente la tabla elaborada por Giuseppe Cospito en «Verso l’edizione critica e integrale dei Quaderni del carcere”.
Anexo
Esta información puede descargarse también en PDF aquí.
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