¿Cómo viven los vivos con los muertos? Hasta que el capitalismo deshumanizó a la sociedad, todos los vivos esperaban la experiencia de la muerte. Era su futuro final. Los vivos eran en sí mismo incompletos. De esa forma vivos y muertos eran interdependientes. Siempre. Sólo una forma de egotismo extraordinariamente moderna rompió esa interdependencia. Con consecuencias desastrosas para los vivos, ahora pensamos en los muertos en términos de los eliminados.
Xavier Pedrol
Un día en Madrid para compartir ideas alternativas
El pasado sábado, 17 de enero, tuvo lugar en Madrid, en la Escuela Popular de Prosperidad, más conocida como «La Prospe», un jornada de reflexión y debate convocada por las revistas Viento Sur, El Viejo Topo y mientras tanto. La asistencia fue notable, sobre todo por la tarde en la que pudimos contar algo más de un centenar de personas concentradas en la sala. En total, a lo largo del día, fueron más de trescientas personas las que asistieron en uno u otro momento al acto, de las cuales, un buen número, además de los miembros de las revistas barcelonesas convocantes, habían llegado de otras partes de la península.
La jornada estaba estructurada en tres partes, dos previstas por la mañana y una por la tarde. El modelo de discusión establecido fue el siguiente: para cada parte había una mesa con tres ponentes encargados de iniciar el debate y un moderador. En la sesión matinal se abordó el tema de Europa. En concreto, la primera parte de la mañana se dedicó al análisis del proyecto de Constitución europea y a las posibles alternativas, y la segunda a las experiencias y propuestas para hacer posible otro modelo de construcción europea. Las personas que iniciaron la discusión en las respectivas mesas fueron, por un lado, Miren Etxezarreta, Agustín Moreno y Gerardo Pisarello en la primera y Rosa María Borrás, Leopoldo Salgui y Ladislao Martínez en la segunda. Todas ellas coincidieron en un punto: la necesidad de oponerse al actual proyecto de constitución europea. Sintéticamente, el razonamiento esgrimido fue que el actual proyecto propugna, en clara continuidad con los acuerdos de Maastricht, un modelo neoliberal en el plano económico y tecnocrático en el plano político, que queda además «blindado» a través del establecimiento de complicados mecanismos de reforma, que torna irrisorios los tímidos avances que integra. Pese al acuerdo de los asistentes en este punto, se puso de manifiesto también la falta de sintonía con las posturas adoptadas por las organizaciones de izquierda institucionales, especialmente en sectores de Izquierda Unida y en gran parte de CC.OO. Desde el público, se informó asimismo de la reunión en Barcelona prevista para los próximos días 7 y 8 de febrero para constituir una Plataforma y una Campaña estatales contra el actual proyecto de Constitución Europea.
La sesión de la tarde tuvo, precisamente, como tema central de discusión la relación entre los partidos políticos y los movimientos sociales. Contó con la presencia de Manuel Monereo, Justa Montero y Daniel Bensaid para iniciar el debate. Sus intervenciones, así como las que las siguieron, coincidieron, aunque con distintos acentos y matices, en la crisis de los tradicionales modelos de organización e intervención políticas y la necesidad de transformar la relación entre los partidos y los movimientos. También ocupó buena parte de las intervenciones el nuevo ciclo abierto por la emergencia de los llamados «movimientos antiglobalización».
En suma, se trató de una jornada interesante que creó un clima propicio para el intercambio de ideas y permitió dar un paso más en la necesaria consolidación de redes alternativas para hacer frente a la crisis de múltiples dimensiones que nos atenaza. Hay que agradecer, pues, a los amigos de Viento Sur sus esfuerzos organizativos y el éxito de la jornada, que esperamos tenga continuidad el próximo año. Los miembros, suscriptores, lectores y simpatizantes de mientras tanto hemos de contribuir a ello.
30 /
1 /
2004