La diferencia fundamental [de la cultura obrera] con la cultura de los intelectuales que tan odiosa me resultaba es el principio de modestia. El militante obrero, el representante obrero, aunque sea culto, es modesto porque, se podría decir, reconoce que existe la muerte, como la reconoce el pueblo. El pueblo sabe que uno muere. El intelectual es una especie de cretino grandilocuente que se empeña en no morirse, es un tipo que no se ha enterado que uno muere, e intenta ser célebre, hacerse un nombre, destacar… esas gilipolleces del intelectual que son el trasunto ideal de su pertenencia a la clase dominante.
Revista mientras tanto número 113
Invierno
2009
Afganistán y los atentados multiusos
por José Luis Gordillo
Propiedad intelectual
Introducción
La propiedad intelectual: de la voluntad del lobby al texto de la ley
por José A. Estévez Araujo
Orwell 2.0: Las implicaciones de la HADOPI sobre la vida en Internet
por Sulan Cristina Wong Ramírez
Derechos globales de propiedad sobre la información: La historia del TRIPS en el GATT
por Peter Drahos
Negociando con Al Capone: protección a cambio de propiedad intelectual
por Peter Drahos
La tragedia de los bienes privatizados: patentes e investigación científica
por Sulan Cristina Wong Ramírez
El copyright y el mundo no occidental. Propiedad creativa indebida
por Joost Smiers
Las ideas cercadas: el confinamiento y la desaparición del dominio público
por James Boyle
CUESTIÓN DE PALABRAS
por Álvaro García
RESEÑA
Resaca ideológica en Wall Sreett
por Andreu Espasa
CITA