¿Cómo viven los vivos con los muertos? Hasta que el capitalismo deshumanizó a la sociedad, todos los vivos esperaban la experiencia de la muerte. Era su futuro final. Los vivos eran en sí mismo incompletos. De esa forma vivos y muertos eran interdependientes. Siempre. Sólo una forma de egotismo extraordinariamente moderna rompió esa interdependencia. Con consecuencias desastrosas para los vivos, ahora pensamos en los muertos en términos de los eliminados.
¡No a la guerra!
La situación de extrema tensión política y militar gestada en Europa a lo largo de los últimos meses ha desembocado en una intervención militar rusa en Ucrania que pone en grave peligro la paz en nuestro continente.
Las razones aducidas por las partes en litigio, Rusia y los países miembros de la OTAN, para defender sus posturas ─seguridad, soberanía, libertad, etc.─ y el enquistamiento e inamovilidad de sus posiciones, recuerdan momentos históricos previos al desencadenamiento de graves conflictos con terribles consecuencias económicas y humanas para millones de personas.
ESTO NO PODEMOS ACEPTARLO.
La población europea está siendo arrastrada a participar en un juego geopolítico en el que no tiene nada que ganar. Son los grandes poderes económicos, como de costumbre, los que pretenden sacar provecho del enfrentamiento.
Se han difundido bulos como los tantas veces oídos sobre las intenciones del adversario y los medios se han encargado de agitar los ánimos de la población para prepararla anímicamente a lo que se daba por hecho: la inevitabilidad de la violencia guerrera.
Sin menospreciar otros enfoques que ayudan a entender el actual conflicto como uno más de los que enfrentan a las potencias entre sí a causa de sus intereses geopolíticos y económicos contrapuestos, desde Attac queremos poner el acento en la gravedad de las consecuencias más directas e inmediatas del choque militar. Por un lado, el incremento del poder y beneficios de la industria armamentista y energética-especulativa, síntesis ambas del actual factótum “grandes-fondos-de-inversión”. Por otro, el sufrimiento y empobrecimiento del grueso de la ciudadanía afectada, que sufrirá con el estallido de la guerra, además de graves pérdidas humanas, la destrucción habitacional y un encarecimiento salvaje de todos los bienes y servicios dependientes de los precios de la energía. Basta recordar cómo han quedado los países que han experimentado guerras “liberadoras”.
Lo que la situación actual reclama con urgencia esoponerse, de la forma más unitaria y contundente posible, a esta deriva militar del conflicto, de graves consecuencias para el sistema-mundo en el que vivimos. Tiempo habrá para proponer los términos por donde ha de transitar la solución diplomática y negociada del conflicto.
El uso de la fuerza debe desterrarse absolutamente y para siempre de las relaciones internacionales. Attac España y su Consejo Científico animan a los movimientos sociales españoles y europeos a sumarse a una necesaria y urgente movilización ciudadana por el NO A LA GUERRA.
[Fuente: Attac España]
25 /
2 /
2022