La diferencia fundamental [de la cultura obrera] con la cultura de los intelectuales que tan odiosa me resultaba es el principio de modestia. El militante obrero, el representante obrero, aunque sea culto, es modesto porque, se podría decir, reconoce que existe la muerte, como la reconoce el pueblo. El pueblo sabe que uno muere. El intelectual es una especie de cretino grandilocuente que se empeña en no morirse, es un tipo que no se ha enterado que uno muere, e intenta ser célebre, hacerse un nombre, destacar… esas gilipolleces del intelectual que son el trasunto ideal de su pertenencia a la clase dominante.
PAPELES
A. Giménez
Revista trimestral publicada desde 1985 por el área Ecosocial de la fundación FUHEM y coeditada con Icaria editorial. Aborda temas relacionados con la sostenibilidad, la cohesión social y la democracia, considerando la paz como eje transversal de análisis. PAPELES dedica su último número a un extenso catálogo de prácticas corruptas (cohecho, malversación de caudales públicos, tráfico de influencias, estafas, sobornos, evasión de impuestos, pago de comisiones, puertas giratorias) que ilustra la necesidad de construir una nueva cultura cívica, con artículos de S. Álvarez, F. Aguilera Klink, O. Carpintero, P. Ramiro y E. González, M. Villoria, J-A. Estévez, M. Bandera, J-L. Fernández Casadevante y T. Medina. Funciona por suscripción, tanto en su versión papel como en la electrónica.
12 /
2016