La diferencia fundamental [de la cultura obrera] con la cultura de los intelectuales que tan odiosa me resultaba es el principio de modestia. El militante obrero, el representante obrero, aunque sea culto, es modesto porque, se podría decir, reconoce que existe la muerte, como la reconoce el pueblo. El pueblo sabe que uno muere. El intelectual es una especie de cretino grandilocuente que se empeña en no morirse, es un tipo que no se ha enterado que uno muere, e intenta ser célebre, hacerse un nombre, destacar… esas gilipolleces del intelectual que son el trasunto ideal de su pertenencia a la clase dominante.
Carta Maior
Antonio Giménez Merino
Como sucede en otros muchos lugares, el dinamismo de la sociedad brasileña no alcanza la repercusión deseable en la llamada “opinión pública”, atenazada singularmente en este país por los significados de lo político elaborados en el mercado y expandidos por unos medios de comunicación de propiedad altamente concentrada. Uno de los alternativos que más hace por romper esta dinámica es Carta Maior, revista electrónica nacida bajo el impulso del Fórum Social Mundial de Portoalegre, en 2001. Carta Maior se ocupa de los aspectos clásicos de la emancipación a través de colaboradores de primer nivel y en asociación con revistas latinoamericanas y europeas.
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2015