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El rechazo a la civilización. Sobre quienes no se tragaron que las Indias fueron esa maravilla

Panínsula,

Barcelona,

219 págs.

María Rosa Borrás

El rescate de la memoria y la neutralización del olvido (título del tercer capítulo de esta obra) parece ser el principal objetivo que persigue este estudio histórico. El autor, historiador y profesor de la Universidad de Barcelona especialista en la historia de Latinoamérica, ha adoptado un enfoque distinto de otras obras conocidas sobre los perfiles del colonialismo hispánico en América: reseguir amplias citas sobre la «obra civilizatoria», del pasado y del presente, y conducir así al lector hacia una percepción clara de quienes fueron los «excluidos, marginados o manipulados del ayer» que se rebelaron en contra de invasores y agresores.

El relato tiene tres partes: 1) extensa recopilación de citas relativas a lo que él llama la «historia sagrada» y la «leyenda apologética y legitimadora», citas enlazadas con breves comentarios y seleccionadas de tal modo que dan una clara imagen del pensamiento fascista inspirador de tal leyenda; 2) un análisis pormenorizado de las formas y protagonistas de la resistencia «a la civilización», y 3) la caracterización de sociedades alternativas que se forjaron en la lucha contra el invasor (aclara ahí cuestiones confusas como quienes eran los cimarrones, bucaneros, filibusteros, piratas y corsarios).

En definitiva una narración histórica muy interesante para entender cómo se articulan los dos discursos occidentales que pretenden justificar la agresión a América, en palabras del autor, «uno sacralizador y ensalzador de la gesta y otro tergiversador: en todas partes la invasión fue dantesca y en desesperado intento de enmascarar el genocidio se llamó bárbaros a los asesinados y civilizados a los asesinos» (pág. 171). Afirmación harto justificada por la abundante y pertinente documentación que esta obra aporta.

12 /

2004

La lucha de clases, que no puede escapársele de vista a un historiador educado en Marx, es una lucha por las cosas ásperas y materiales sin las que no existan las finas y espirituales. A pesar de ello, estas últimas están presentes en la lucha de clases de otra manera a como nos representaríamos un botín que le cabe en suerte al vencedor. Están vivas en ella como confianza, como coraje, como humor, como astucia, como denuedo, y actúan retroactivamente en la lejanía de los tiempos.

Walter Benjamin
Tesis sobre la filosofía de la historia (1940)

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