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Una nación conservadora. El poder de la derecha en Estados Unidos

Debate,

Barcelona,

582 págs.

Carles Mercadal

Aunque son el director y el corresponsal en Washington, respectivamente, de la revista The Economist, Micklethwait y Wooldridge, los autores de esta extensa y documentada obra, hacen gala de un fino sentido del humor para analizar las causas de que el centro de gravedad de la política estadounidense se haya desplazado tan hacia la derecha en los últimos años y de que el movimiento de los “neocon” marque la pauta ideológica en aquel país.

Los autores dedican los primeros capítulos del libro a rastrear los orígenes de la derecha norteamericana más dura en las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial, cuando apenas contaban en una nación decantada en términos generales hacia posturas liberales e incluso progresistas, para profundizar luego en el lento ocaso de ese liberalismo de rostro más o menos amable, ya a finales de los años sesenta, y el avance imparable de los postulados de la derecha más extremista (eso sí, con fracasos tan sonados como el de Newt Gingrich mediada la década de los noventa).

Especial mención merecen los capítulos centrales, dedicados al análisis de cómo logró la derecha más conservadora conquistar la hegemonía cultural en el país mediante la creación de una red de revistas, instituciones y organizaciones de ámbito local que propagaron el nuevo credo antiliberal, mientras que, en los últimos, Micklethwait y Wooldridge abordan los caballos de batalla que unen a un, por otra parte, movimiento heterogéneo: la defensa a ultranza del derecho a portar armas, la oposición obcecada al derecho a abortar y al feminismo, el completo desprecio por cualquier concepción social o asistencial del Estado y la defensa de un “neopaternalismo”, el patriotismo rampante y la obsesión por la “guerra contra el terror”, la adhesión a comunidades evangelistas que propugnan leer la Biblia en un sentido puramente literal, etc., todo ello adornado con algunas anécdotas que resultan entre hilarantes y sobrecogedoras. En resumen, aunque no comulguemos con la visión “liberal-europea” desde la que escriben los autores, la lectura de este libro es muy recomendable por lo ilustrativo que resulta acerca de los vientos ideológicos que corren hoy en día en la metrópoli del imperio.

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2007

¿Cómo viven los vivos con los muertos? Hasta que el capitalismo deshumanizó a la sociedad, todos los vivos esperaban la experiencia de la muerte. Era su futuro final. Los vivos eran en sí mismo incompletos. De esa forma vivos y muertos eran interdependientes. Siempre. Sólo una forma de egotismo extraordinariamente moderna rompió esa interdependencia. Con consecuencias desastrosas para los vivos, ahora pensamos en los muertos en términos de los eliminados.

John Berger
Doce tesis sobre la economia de los muertos (1994)

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