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Ecce comu. Cómo se llega a ser lo que se era

Paidós,

Barcelona,

173 págs.

Antonio Madrid

Este texto tiene dos ingredientes: uno declarativo y otro de interpretación del mundo actual. En lo declarativo, Vattimo se reconoce como un catocomunista (católico + comunista). La parte católica, como la comunista, la acaba anudando con su actividad caritativa de juventud. En esta parte del libro, más que como un filósofo centrado en la hermenéutica, aparecería como un filósofo que da prioridad a la experiencia como instrumento de aprendizaje moral y político. También se declara creyente en la Unión Europea, admirador de Castro, Chávez y Morales y comunista reencontrado (esto significa el subtítulo del libro: “Cómo se llega a ser lo que se era”). No es poco, ni poca la confusión, para un pensador que se reconoce como nihilista.

En la parte de lectura del mundo actual, Vattimo reproduce cosas que ya han sido repetidas por muchísimos autores: crisis de la democracia formal, la deriva burocratizante de los partidos políticos, la necesidad de recuperar la acción política de las bases, la incidencia de los medios de comunicación en la generación de conciencia política, la crítica a Berlusconi… Nada que no se haya dicho ya repetidas veces.

El libro tiene poca claridad conceptual en nociones básicas, abundan los lugares comunes y no se aportan propuestas. Se anuncia más que lo que finalmente se ofrece. Al final de la lectura, la conclusión es ésta: un buen tema (cómo entender y practicar el comunismo hoy) que ha sido mal tratado.

11 /

2009

Mas no por ello ignoramos
que también el odio contra la vileza
desencaja al rostro,
que también la cólera contra la injusticia
enronquece la voz. Sí, nosotros,
que queríamos preparar el terreno a la amistad
no pudimos ser amistosos.

Bertolt Brecht
An die Nachgeborenen («A los por nacer»), 1939

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