La «otredad» política se fundamenta en algo enteramente distinto [a conseguir «bazas de representación política» más o menos amplias y más o menos honradamente gestionadas]: en la construcción de ámbitos públicos voluntarios de interrelación social, abiertos y, sobre todo, capaces de autodeterminarse. […] Su germen es el asociacionismo voluntario: la entrega voluntaria de actividad y tiempo personal puestos en común con otros para realizar objetivos compartidos.
Revista mientras tanto número 096
Otoño
2005
NOTAS EDITORIALES
El «muro» de Melilla y nosotros
El Katrina y la política
... y mañana, y pasado y el otro
Habermas y Europa
por José Mª Ripalda
Pobreza típica y trabajo atípico
por Luciano Vasapollo
«Sobre el camarada Ricardo». El PSUC y la dimisión de Manuel Sacristán (1969-1970)
por Giaime Pala
Cervantes fuera de palacio
por Juan-Ramón Capella
La democracia y los expertos
por Joaquim Sempere
El concepto de cultura como eufemismo y sustitutivo ideológico de raza
por José Miguel Benítez Casteleiro
Aportaciones a un debate: la apropiación privada de la innovación social
por J. Büchner
Occidente en la encrucijada
por Ramón Campderrich Bravo
Nadie hablará de nosotros
por Josep Torrell
RESEÑAS
Alternativas teóricas para hacer posible otro mundo
por Joaquim Sempere
Indiferencia y responsabilidad
por Ramón Campderrich Bravo
DOCUMENTO
Dictamen Tribunal Internacional sobre Iraq
CITA