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Revista mientras tanto número 097

Invierno

2005

NOTAS EDITORIALES
Dilemas de la izquierda ante el debate estatutario
Desconcierto y división de la izquierda en el debate estatutario
Modesta contribución al debate del Estatut
Autoritarismo de escaparate en Barcelona
La revuelta de la banlieue: ¿dónde está la izquierda?

Materiales para la memoria
Las víctimas y la batalla por el derecho a la memoria: La comisión interministerial para el estudio de la situación de las víctimas de la Guerra Civil y el franquismo
por Sergio Gálvez Biesca

Memoria histórica y progreso democrático
por Jordi Borja

Espejo roto
por Xavier Domènech

Entre el souvenir memorial y la construcción de una historia crítica de la memoria
por Jordi Font Agulló

Arqueología forense de la Guerra Civil: justicia y memoria de la represión fascista
por Ermengol Gassiot Ballbè

Mi memoria del cine
por Josep Torrell

¡Alemania, Alemania!
por Octavi Pellissa

Entre paternalismo e igualitarismo
por Giaime Pala

Los muertos que vendrán
por Josep Torrell

EL EXTREMISTA DISCRETO
Apología de la transición española. Carta abierta al comandante Fidel Castro

CITA

Mientrastanto97

La diferencia fundamental [de la cultura obrera] con la cultura de los intelectuales que tan odiosa me resultaba es el principio de modestia. El militante obrero, el representante obrero, aunque sea culto, es modesto porque, se podría decir, reconoce que existe la muerte, como la reconoce el pueblo. El pueblo sabe que uno muere. El intelectual es una especie de cretino grandilocuente que se empeña en no morirse, es un tipo que no se ha enterado que uno muere, e intenta ser célebre, hacerse un nombre, destacar… esas gilipolleces del intelectual que son el trasunto ideal de su pertenencia a la clase dominante.

Manuel Sacristán Luzón
M.A.R.X, p. 59

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