La diferencia fundamental [de la cultura obrera] con la cultura de los intelectuales que tan odiosa me resultaba es el principio de modestia. El militante obrero, el representante obrero, aunque sea culto, es modesto porque, se podría decir, reconoce que existe la muerte, como la reconoce el pueblo. El pueblo sabe que uno muere. El intelectual es una especie de cretino grandilocuente que se empeña en no morirse, es un tipo que no se ha enterado que uno muere, e intenta ser célebre, hacerse un nombre, destacar… esas gilipolleces del intelectual que son el trasunto ideal de su pertenencia a la clase dominante.
Paula Tavares
Cosechas
De diez en diez años
cada círculo
completa sobre sí
un viaje
nace, brota del suelo
y al cabo de diez años
se forma espera y cae el primero
por gravedad
el día vigésimo octavo
entre diez y diez años
se prepara
para la siembra
la tierra
a los veinte surge
el arado
la lluvia
la sonrisa
ALGUNOS DIEZ AÑOS MÁS TARDE
SE ESPERA EL FIN
de veintiocho
en
veintiocho días
Las cosas delicadas se tratan
con cuidado,
Filosofía cabinda
Me deshuesaste
cuidadosamente
inscribiéndome
en tu universo
como una herida
una prótesis perfecta
maldita necesaria
guiaste todas mis venas
para que desembocaran
en las tuyas
sin remedio
medio pulmón respira en ti
el otro, si me acuerdo
casi no existe
Hoy me he levantado pronto
he pintado con tacula [1] y agua fría
el cuerpo encendido
no bato la mantequilla
no me abrocho el cinturón
VOY
al sur a saltar el cercado
[Del libro: Ritos de passagem (1985). Traducción: Fernando González García]
[1] Planta de la que se obtiene un tinte rojo.
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2025