La política electoral, si bien no debe desestimarse, no puede ubicarse en el centro de ninguna acción política radical seria, orientada a cambiar las instituciones que sustentan el sistema político, desmantelar las ideologías hegemónicas y fomentar el tipo de conciencia de masas en que habría de basarse un cambio social y político desesperadamente necesario.
Juan-Ramón Capella
Una búsqueda de perspectiva
Escribo estas líneas cuando aún sigue sin estar del todo claro que el Psoe sea capaz de formar gobierno. De no ser así, lo más deseable sería una repetición electoral, ya que la alianza cavernaria de PP y Vox resultaría un verdadero desastre para el país.
Alguna reflexión sobre Sumar. Es en realidad, de momento, una coalición de partidos, no del todo estable. Debería, ante todo, tratar de dejar de serlo, y convertirse en un verdadero gran partido ecosocialista. Pero esto son palabras mayores que exigen reflexión aparte.
1. Merece la pena destacar algunas de las grandes y pequeñas debilidades de la pasada coalición de gobierno, y la posibilidad de que tales debilidades permanezcan en el futuro.
Como pequeñas debilidades: la incapacidad de rectificar a tiempo las incongruencias de la ley del “sólo sí es sí”. Con fuego amigo dentro del gobierno, además. Eso no se debe repetir.
Una segunda debilidad: el gobierno ha hecho frente bien a las dificultades creadas por problemas como la inflación mundial y el incremento de los precios de la energía, prestando ayudas donde más necesario era, etc. Pero nada de eso quita para que todos percibamos un tremendo incremento del coste de la vida, manifiesto en nuestros bolsillos, que en su discurso el pasado gobierno ha pretendido ignorar, al limitarse a recordar todo lo que ha hecho, pero sin entrar en ese pequeño detalle, porque considerarlo puede conducir a hablar de escala móvil de salarios y pensiones, para adaptarse, aunque sea con retraso, a la inflación. El gobierno de coalición pasado ha pagado electoralmente un precio por estas debilidades.
2. Hay otras de mayor calado, que consideraremos también de menor a mayor. El pasado gobierno de coalición de izquierda no ha hecho absolutamente nada para materializar en sus prácticas que el Estado no es confesional. No ha hecho nada por proscribir la presencia de autoridades ejerciendo de tales ni de funcionarios militares uniformados en actos religiosos, etc., ni ha revertido “patronazgos” religiosos de institutos armados, como los impuestos por el último ministro del interior del PP (hoy procesado), señor. Fernández Díaz, que alegremente ponía a los cuerpos funcionariales a su cargo bajo la advocación de “vírgenes” diversas. También parece deplorable la presencia de sobrealimentados legionarios de uniforme en actos “tradicionales” de las “Semanas Santas”: si participan por tradición, deberían hacerlo vestidos de civil y sin entonar cánticos militares. En suma: una ley debería poner coto a la participación pública de las autoridades políticas y militares en actividades confesionales, por una parte, y por otra establecer aquellos actos de las diferentes confesiones, religiosas o no, en los que la participación de tales autoridades fuera deseable, ya por tradición, ya para significar la libertad en este campo.
3. La población sigue sin tener explicaciones acerca del cambio de política en relación con el antiguo Sahara español. Parece que se ha abandonado del todo a la población saharaui, pese a las resoluciones de la ONU, a la voluntad del gobernante marroquí. Una decisión así, aparte de deslegitimar al gobierno que la ha tomado, se debe, en primer lugar, explicar, y en segundo lugar consultar a la población española: es un acto demasiado feo para que carguemos con él. En una democracia los actos políticos importantes deben ser públicamente debatidos y decididos.
4. La peor de las debilidades del gobierno saliente ha consistido, a mi modo de ver, en unirse a los halcones euroamericanos en la cuestión de la guerra en Ucrania, con el consiguiente aumento del gasto militar. El gobierno ha enviado un material de guerra muy costoso a uno de los bandos, y tropas a los alrededores de un conflicto que puede convertirse fácilmente en una guerra abierta en el teatro europeo. Aquí sostenemos que debería haberse empleado bien la ayuda española, de modo que fuera a parar a la población ucraniana sufriente y no a los frentes de guerra, por una parte; y que la implicación en maniobras militares de la Otan cerca del escenario bélico, además de mostrar el carácter ofensivo y no meramente defensivo de esta alianza militar, es peligrosa por implicar a plazo medio riesgos para la población española en caso de extensión del conflicto.
El gobierno de España actúa contra los intereses de su propia población al permitir el incremento de fuerzas extranjeras en la base de Rota, que puede convertirse en blanco de un adversario.
El gobierno no actúa eficientemente en favor de Ucrania al no haber hecho el menor esfuerzo por propiciar un alto el fuego, un armisticio.
5. Este conjunto de debilidades del gobierno anterior ha de ser erradicado. Es fundamental para los ucranianos y para los españoles la terminación del conflicto bélico, o al menos su apaciguamiento.
6. Es preciso reexaminar la contradictoria situación de la Unión Europea. De un lado se ha plegado como un solo hombre a los dictados otanistas de los norteamericanos. Eso pese a complicaciones internas: en Francia, sin duda con oposición; en Polonia y estados bálticos, con entusiasmo. Pero, por otra parte, la UE ha adoptado las políticas económicas keynesianas que no quiso adoptar en la crisis de 2008. El alcance de este nuevo keynesianismo no está claro, pero el conjunto de problemas —a lo que se debe añadir el auge de una nueva derecha extrema en varios países— señala que se debe estar muy atentos a lo que ocurre en este importantísimo plano de la Unión.
7. La conversión de una coalición electoral en un partido ecosocialista no es una cuestión menor ni fácil. Para empezar, una coalición electoral como Sumar es poco más que un grupo de capitanes sin ejército. Y un partido sólo existe cuando es un ejército con capitanes. El principal activo con que cuenta un futuro partido ecosocialista es hoy la voluntad ecologista y la voluntad de redistribución económica, de menor injusticia social, cuando menos, que vive en las cabezas de una minoría de conciudadanos, es decir, la idea de una orientación estratégica del futuro partido —que puede colisionar en ocasiones con las conveniencias del grupo de capitanes—. Pero es fundamental tejer base de partido, crear contactos permanentes entre personas, algo así como células al menos telemáticas, para que de ese tejido puedan nacer orientaciones particulares y acciones colectivas.
Esto último no será fácil. La sociedad española está muy atomizada como consecuencia de las prácticas neoliberales. Los pasos a la práctica individuales para empresas colectivas, en este poco animante ambiente, no menudearán. Hay sin embargo sectores sociales donde la atomización es menor: los institutos de enseñanza media, las universidades, ciertas capas de trabajadores intelectuales, los sindicatos, que deben revisar su orientación corporativa, las asociaciones vecinales, ciertas organizaciones no gubernamentales. En esos sectores puede nacer el tejido de partido ante el cual los capitanes hayan de mostrar su responsabilidad. Esos sectores pueden ayudar a dar voz a los que hoy no la tienen, incluir a los excluidos del sistema social. Dar pasos adelante.
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8 /
2023