La diferencia fundamental [de la cultura obrera] con la cultura de los intelectuales que tan odiosa me resultaba es el principio de modestia. El militante obrero, el representante obrero, aunque sea culto, es modesto porque, se podría decir, reconoce que existe la muerte, como la reconoce el pueblo. El pueblo sabe que uno muere. El intelectual es una especie de cretino grandilocuente que se empeña en no morirse, es un tipo que no se ha enterado que uno muere, e intenta ser célebre, hacerse un nombre, destacar… esas gilipolleces del intelectual que son el trasunto ideal de su pertenencia a la clase dominante.
Revista mientras tanto número 091-092
Verano-Otoño
2004
NOTAS EDITORIALES
Ecosocialismo: vieja y nueva izquierda
Venezuela en el espejo
El polvorín palestino
¿Auge de la prostitución?
25 AÑOS DE MOVIMIENTOS SOCIALES
Presentación
Evolución, crisis y mutaciones de la izquierda transformadora y alternativa
por Jaime Pastor
Globalización, reformas laborales y conflictividad laboral
por Emili Cortavitarte Carral
Movimiento vecinal: Claroscuros de una lucha necesaria
por Albert Recio y Andrés Naya
El movimiento ecologista. La lucha antinuclear y contra el modelo energético en España
por Ladislao Martínez
Movimiento feminista: una trayectoria singular
por Justa Montero
Trayectoria y efectos del movimiento pacifista
por Enric Prat
Objeción de conciencia, insumisión, movimiento antimilitarista
por Rafael Ajangiz
El movimiento estudiantil universitario. De la Ley de Autonomía Universitaria (1979) a la Ley Orgánica de Universidades (2001)
por Carlos Vaquero
Los movimientos por la okupación. 20 años liberando espacios de la especulación del capital
por Robert González
De la peligrosidad social a las siglas LGBT
por Jordi Petit
Las ONGD y la solidaridad internacional en España hoy. Campañas y movimientos
por Marisa Revilla Blanco
CITA