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Juan-Ramón Capella

Cajón Desastre

Derecha-Derecha

Ha quedado claro que el PP sólo va a poner palos en las ruedas al intento de conseguir que Eta abandone definitamente las armas. O lo hacen ellos o no lo hace nadie.

Y cuentan con algunas complicidades: en el Consejo General del Poder Judicial, en algún juez-estrella de la Audiencia Nacional, esa jurisdicción que llaman especializada pero que en realidad es una jurisdicción de excepción, al igual que diversas piezas de la legislación antiterrorista: desde la ley de partidos a la propia ley antiterrorista, que tiene además contenidos que afectan al derecho penitenciario.

El PP cuenta también con la intoxicación mediática de la Cope, la emisora de la conferencia episcopal, y seguramente con la mayoría de ésta. Aunque el PP es ahora minoría socialmente, no hay que engañarse: ha activado a su gente para que viva en el infierno de mentiras que el partido reparte impertérritamente. Es una derecha inflamada, y ya se sabe que los descerebrados inflamables resultan altamente peligrosos.

Bambi, más feo

Las complicidades del gobierno con los norteamericanos van quedando cada vez más al descubierto a pesar de la fábula oficial del “desencuentro”, muy rentable electoralmente pero que cada vez responde menos a la realidad. El gobierno ha mirado para otro lado en los vuelos de la CIA. Colabora en Afganistán, en la ONU y en la OTAN. Y se camufla entre los gobiernos de la Unión Europea, mucho más complacientes con Guantánamo que la Eurocámara. Todo hace temer que cuando los Usa tengan un gobierno menos impresentable —pero que hará, no os quepa duda, la misma política que Bush— el Psoe volverá a la amistad oficial de los tiempos de Felipe González.

Por otra parte el pacto de Bambi con Convergència va más allá del Estatut de Cataluña: prefigura una alianza parlamentaria de la derecha nacionalista con el centro reformista representado por el Psoe, en detrimento de la patética izquierda parlamentaria en las Cortes y en el Parlament de Cataluña. Bambi se libera así de la molesta necesidad de apoyarse en Esquerra Republicana. Todo lo cual significa que las políticas sociales del gobierno socialista han tocado a su fin. Ya han dicho que no tienen la menor intención de legislar sobre eutanasia.

Eutanasia

Será una batalla próxima. Importante, porque todos nos hemos de morir y es esencial para cada uno hacerlo sin sufrimiento, conservar la libertad de decidir y en caso necesario poder obtener ayuda para morir. Este asunto no sólo es básico para cada uno de nosotros, sino también para las personas a las que queremos, y que confían en nosotros. Es básico para todos, quieran o no ejercer lo que ha de ser un derecho.

Habrá que hablar, pues, de los médicos. Valdría la pena empezar por el principio. ¿Recordáis aquella escena de Gigante en que el médico de los ricos de Texas no atiende a los mexicanos (que por cierto ya estaban allí cuando los yankees se apoderaron del territorio)? Eso también pasa hoy en Venezuela —por eso, y no porque carezca de médicos, ha “importado” médicos cubanos— y también aquí, en la medicina privada. Dicho sea esto para que el lector recuerde que entre los médicos, profesionales cualificados, también hay de todo.

Y entre el de todo habría que mencionar a los médicos que creen que el sufrimiento lo manda Dios, y por tanto no hay que intervenir paliativamente; los médicos que siempre serán objetores a la eutanasia de cualquier tipo; están además los médicos del Opus Dei, que no son pocos, y los de movimientos “católicos” parecidos. Cuando nos ponemos en manos de los médicos —de la Seguridad Social, de las mutuas— no sabemos qué ideología médica profesan.

Y tenemos derecho a conocerla, pues en muchos casos graves los médicos nos secuestran el derecho a decidir, ya sea considerando que poseer toda la información sobre nuestra enfermedad podría convertirnos en enfermos incómodos, difíciles de administrar hospitalariamente, ya porque se arroguen ellos, directamente, el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos.

Este asunto no se puede abandonar en las oportunistas manos de los políticos profesionales: hay que debatir, hay que criticar; hay que reivindicar el derecho a conocer la ideología de los médicos y a decidir por nosotros mismos. Hay que combatir la letra pequeña de los documentos que suscribimos para otorgar nuestro consentimiento supuestamente informado a los actos médicos.

Quedan muchos pasos que dar por el camino de la regulación de la eutanasia voluntaria como derecho fundamental de los seres humanos.

La Madera

Mucho llenarse la boca de “estado de derecho”, pero a la hora de la verdad la madera es la madera y el poder judicial mira para otro lado.

La madera se ha pasado varios pueblos en el trato dispensado a los detenidos por la ocupación de un agujero negro del sistema, un centro para inmigrantes que la policía tiene en Barcelona. Y se ha pasado no ya por la peligrosidad de los ocupantes alternativos, sino porque éstos la han molestado sacando a la luz lo que los maderos tienen que ocultar. Además ha denigrado en la prensa a los ocupantes, que para muchos de nosotros, ciudadanos poco informados, merecen toda nuestra consideración.

Os propongo un juego para el verano: poner la calcomanía del burrito catalán a los coches de la policía cuando sus dueños estén ocupados en sus prolongados desayunos en el bar. El bisturí de la crítica, que decía K. Marx.

El Estatut ha venido…

… y nadie sabe cómo ha sido. Tiene el flamante apoyo de una tercera parte del censo electoral. Da a las instituciones catalanas más poder público del que han tenido nunca. Lo malo es que estas instituciones con competencias ampliadas son administradas por la clase política más corrupta que Catalunya ha tenido jamás.

El fútbol mundial

Este entretenimiento no sólo es un gran soporte publicitario sino un estupendo soporte para la legitimación política. Es un asunto tan importante que lleva a las competiciones a los funcionarios más importantes del país: al rey y al heredero de la corona.

El fúrbol (sic) está bien legitimado por los intelectuales mediáticos. Pero es una de esas cosas a las que Marx llamó el opio del pueblo.

7 /

2006

La lucha de clases, que no puede escapársele de vista a un historiador educado en Marx, es una lucha por las cosas ásperas y materiales sin las que no existan las finas y espirituales. A pesar de ello, estas últimas están presentes en la lucha de clases de otra manera a como nos representaríamos un botín que le cabe en suerte al vencedor. Están vivas en ella como confianza, como coraje, como humor, como astucia, como denuedo, y actúan retroactivamente en la lejanía de los tiempos.

Walter Benjamin
Tesis sobre la filosofía de la historia (1940)

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