¿Cómo viven los vivos con los muertos? Hasta que el capitalismo deshumanizó a la sociedad, todos los vivos esperaban la experiencia de la muerte. Era su futuro final. Los vivos eran en sí mismo incompletos. De esa forma vivos y muertos eran interdependientes. Siempre. Sólo una forma de egotismo extraordinariamente moderna rompió esa interdependencia. Con consecuencias desastrosas para los vivos, ahora pensamos en los muertos en términos de los eliminados.
El Lobo Feroz
Cajón Desastre
Huelga Nacional Política
Eso es lo que han hecho los egipcios, sí señor. Y han determinado una transición que debe conducir a un régimen laico y democrático. La agitación del multiverso árabe es una muy buena noticia: significa que muchas personas saldrán del horizonte mental del feudalismo, la religión, la desigualdad legal. El escaso apoyo oficial europeo a los movimientos árabes causa vergüenza.
En el fondo Europa y nosotros somos así, señores. A partir de marzo los turistas europeos surcarán el Mediterráneo en naves imponentes mientras los emigrantes no europeos lo harán en patera. Eso es lo que tenemos los europeos: la hipocresía de los gobernantes se corresponde con el impresentable comportamiento de tantos paisanos, bien adaptados a las relaciones entre las personas que propone la sociedad capitalista.
Pero ahí esta Gaddafi
En Libia y en Bahrein se dispara contra la gente inerme. En Libia, se la bombardea. Un paso más en la barbarie (y mañana, quién sabe, nos puede tocar a nosotros). Gadafi debe ser juzgado y condenado: en Libia, en el mejor de los casos, o por un tribunal penal internacional.
Boletín Oficial del Estado
Primera semana de febrero. Asignación de las subvenciones estatales anuales a partidos políticos: al Partido Popular, por un importe de 34.470.400,58 euros; al Partido Socialista Obrero Español, por un importe de 32.629.432,74 euros; al PSC-Psoe, 5.716.965,04 euros; a IU, por un importe de 1.826.649,74 euros; al PNV, 1.151.023,89 euros.
Como se puede ver, la falta de proporcionalidad entre votos y escaños de la Ley electoral se traduce en una tremenda y mucha mayor desproporción entre los fondos públicos asignados a los diferentes partidos.
No somos ciudadanos iguales. En subvenciones los votantes del Psoe ganan a los de Izquierda Unida por 18 a 1 aproximadamente.
La naturaleza del regalo
Se trata, naturalmente, de los trajes de Francisco Camps, el presidente de la Generalitat valenciana. «Nadie se vende por un traje», decía Mariano Cero Principios Rajoy. Y, ciertamente, la cuantía de unos trajes es —dada la cuantía de lo defraudado por la trama Gürtel— una migajita. Pero lo que al Lobo le interesa es sobre todo la naturaleza del regalo. El Lobo sabe que, en los tiempos que corren, la gente hace regalos poco tradicionales: unos tickets de viaje, unas entradas para el teatro, etc. Ahora bien: ¿trajes? ¿Trajes a medida?. Eso supone una gran familiaridad entre donante y donatario. Comprar un traje es algo muy personal; sólo los padres o esposas compran trajes a los hijos o maridos, que por lo común se los compran solitos. Y un traje a medida, por otra parte, supone una aceptación del regalo prolongada y sostenida en el tiempo: pues hay que elegir tejidos y tomar medidas, ir a pruebas del sastre, dar por bueno el resultado final. Son varias y sucesivas las ocasiones de aceptación: ésta va mucho más lejos que el recibo de un sencillo regalo ocasional cuya devolución podría significar una ofensa al que regala. No. Aquí hay más. Complacida complicidad y dilución del «efecto sorpresa» del regalo. La complicidad viene establecida por la naturaleza misma de lo dado. Una complicidad que confirma el «amiguito del alma» y el «te quiero un huevo», que a pesar de lo modelnos que nos hemos vuelto causan vergüenza ajena.
Camps es un personaje de Telecinco.
Ya lo hemos visto en ocasiones anteriores: el PP espera que la justicia la diriman los votos. O, en otras palabras: que la ciudadanía acepte la corrupción y se ponga la venda ante los ojos. Al igual que hicieron tantos italianos con Berlusconi.
Así son los que aspiran al gobierno, y no hay dios que nos asista.
González Pons
Ha llamado a tomar la calle como en Egipto. Recordémoslo. Puede ocurrir, si llegara al poder el Partido Popular. Con más recortes sociales, menos servicios, derogación de derechos civiles, corrupción canonizada y prolongación de la crisis, ya me dirán.
No estaría mal una huelga nacional para reformar en profundidad el sistema político a base de libertad, igualdad, solidaridad y responsabilidad.
Nucleares, no gracias.
El lobby nuclear ha ganado una batalla importante: las centrales nucleares ya no tienen fecha de caducidad determinada. Un regalo de Zapatero y su ministro de industria a Endesa e Iberdrola. Antes se sabía lo que decían que podían durar esas centrales; ahora, ni se sabe.
Sólo los simplones pueden creer que la energía nuclear es barata y segura. Las compañías nucleares externalizan los costes y los cargan a los contribuyentes. Ahí están los cementerios de residuos nucleares. Y los gastos del Consejo de Seguridad Nuclear, con su deber de sigilo incluido («Los miembros del Pleno deberán guardar sigilo, incluso después de cesar en sus funciones, de cuantas informaciones reservadas o confidenciales hubieran tenido», dice el Real Decreto de 5 de noviembre de 2010). El secretismo que rodea todo lo nuclear habla por sí solo a grandes voces. El coste del desmantelamiento futuro de las centrales, ¿es amortizado en el coste de la energía o se traslada al erario público? El sigilo, ¿es para que no nos inquietemos por los accidentes e incidentes comunicados?
El gobierno ha tenido otra actuación innecesaria y peligrosa, imperdonable. Se abren nuevos tiempos para las comisiones cívicas antinucleares.
Nucleares, no gracias
Mesas cívicas, comisiones ciudadanas
Construyamos redes reales, y no solamente virtuales, de personas contrapuestas a las políticas neoliberales en todos los campos: en los centros de salud, de educación, de trabajo, entre los jubilados, en la vida cívica, en los sindicatos, en la ecología, en el transporte, en el uso del agua, en los proyectos urbanos. Comisiones ciudadanas en pueblos, en barrios, en empresas, donde se pueda. Eduquemos a nuestros conciudadanos para impedir que comulguen con ruedas de molino. Critiquemos los modos de vida que nos son impuestos por el poder. Obliguemos a que instituciones y partidos den su brazo a torcer a la verdadera voluntad popular que suplantan.
Poner en pie un verdadero movimiento cívico exige ser capaz de arrimar el hombro junto con gentes que no piensan exactamente como uno. Si hay movimiento de verdad, el debate de ideas se abrirá paso por sí mismo.
Febrero 2011
3 /
2011