La lucha de clases, que no puede escapársele de vista a un historiador educado en Marx, es una lucha por las cosas ásperas y materiales sin las que no existan las finas y espirituales. A pesar de ello, estas últimas están presentes en la lucha de clases de otra manera a como nos representaríamos un botín que le cabe en suerte al vencedor. Están vivas en ella como confianza, como coraje, como humor, como astucia, como denuedo, y actúan retroactivamente en la lejanía de los tiempos.
Julieta Valero
Niño soñado
Baviera, noviembre de 2012
María, hay nieve por todas partes.
Los árboles se visten de caída, detienen
la breve desgracia.
Para que sepan
los copos, les leo: que nos convertimos
en nosotros mismos cuando algo
nos es concedido o nos es
arrebatado.
Sangre qué dura
la que se espera.
En: De Chueca al cielo. 100 poemas celebrando la diversidad LGTBI
(recopilado por Lawrence Schimel), Transexualia / Área de Políticas de Género y Diversidad del Ayto. de Madrid, 2018
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2022