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El Lobo Feroz

Pseudopolítica

Mi Big Brother no se contentó con el exabrupto con que le obsequié en su última visita y trató de volver a la carga.

—Pero, vamos a ver, ¿qué tienes en contra de Unidas-Podemos?

Tuve que darle lo que nuestros padres llamaban una lección de cosas, o algo parecido:

—No se trata de Unidas-Jodemos, sino de toda la clase política y al decir clase política no me refiero solo a los políticos profesionales, sino a los murgas de la radio y la televisión, a los señoritos doctores que únicamente hablan de porcentajes de votos, alianzas, electorales, etc., y nunca de las cuestiones de fondo a las que tendría que hacer frente la política. No tanto por mala fe —que también en muchos casos— cuanto por ignorancia o estupidez, se dedican a desinformar al pueblo, a la población, a la gente, cuando parecen informar. Le hacen al sistema el favor de llevar al toro hipánico por donde le conviene a la oligarquía.

»Tenemos algunos problemas esenciales de los que no se habla en vísperas electorales:

»Uno: que el cambio tecnológico de la informatización de la producción destruye muchísimos más empleos de los que crea, y esta destrucción se acelerará en el futuro. Aparecen trabajos de esclavos, trabajos precarios, brevísimos. ¿Se puede consentir la degradación del trabajo? La pregunta política es: ¿de qué han de vivir las personas que no tengan nunca empleo o no lo tengan durante períodos prolongados? Si hubiera una izquierda, tendría que decir: de un subsidio público; y, para financiarlo, que hay que actuar  en serio y sin complejos sobre la fiscalidad de las rentas altas y quizá de todas, sin que esto sea tan duro que impida la inversión productiva. De paso, reforzar y extender el impuesto sobre el lujo.

»Dos: una perspectiva de cambio civilizatorio determinado por la crisis ecológica, alguno de cuyos aspectos, como el cambio climático causado por la destrucción de la capa de ozono, se empieza a sentir claramente ya. Pues esto no es nada comparado con lo que se nos va a venir encima muy pronto. Toda la clase política fía el futuro al crecimiento económico, pero los condicionantes ecológicos exigen algo distinto. Son necesarias políticas de decrecimiento en bastantes ramas industriales y en el consumo, y eso se puede contraponer, de hecho ya lo hace, a los intereses corporativos de los trabajadores y a la oposición  de las clases medias que quieren revivir el consumismo. Contraposiciones: hemos visto ya a sindicalistas favorables a la fabricación de armas de guerra para conservar puestos de trabajo; son corporativistas sin saberlo o a pesar de saberlo. La izquierda, si de verdad la hubiera, tendría que lidiar con este tipo de problemas y dejarse de monsergas parlamentarias. Lo institucional se daría en otra fase y por añadidura. 

»¿Te acuerdas de la irrealista pretensión de sorpassar al Psoe? ¿Y ahora, la de ir a unas elecciones en que toda la izquierda perderá posiciones? Ni Psoe ni UP han querido evitarlas.

»Tres: la soberanía de la población española ha desaparecido en buena medida: una parte ha sido transferida a la Unión Europea, con sus políticas neoliberales que no hacen más que volver endémica la crisis; otra parte se la tomado el Imperio, obligando a gastos militares desmesurados e inútiles para nosotros; y otra parte de la soberanía, la del león, ha ido a parar a los grandes consorcios de intereses económicos. Por otro lado la financiarización de la economía se ha comido las tres cuartas partes de los ahorros, o más, de las clases medias y de los asalariados que eran capaces de ahorrar. Pura piratería, y encima se regaló dinero público a los bancos a fondo perdido. Artistas que son los neoliberales.

»El Estado, mientras no haya un impulso vigoroso de una izquierda o lo que sea que hoy no existe, no hará otra cosa que maquillar la situación. Con el peligro de que crezca una opinión analfabeta, solo atenta a esa debilidad del Estado, exigiendo medidas autoritarias: ya tenemos aquí el populismo de derechas.

»Subrayo: la izquierda de verdad está desaparecida o es residual; apenas hay clase obrera, sino más bien una multitud desorientada y demasiado desorganizada. No es para ser políticamente optimista. Eso sí: mucha gente tiene gadgets para entretenerse hasta morir.

Big Brother se quedó pensativo un rato (reflexionar no es su fuerte).

—¿Y la sentencia del famoso procés?

—Espero que les zurzan. Además de atentar contra las instituciones, han cometido barbaridades que no son delito pero son aun peores: engañar a su propia clientela, dividir a la población de Cataluña, dar alas a la derecha españolista. Tenemos además a una serie de personajes de tebeo: el actual presidente de la Generalitat, que deshonra el cargo, y uno de los jordis, no sé cuál, que ha escrito un libro titulado Ho tornarem a fer. Que les zurzan bien zurcidos. Nada de 135, pero ley al canto y palo al que se mueva al margen de ella…

—Tómate un tranxilium —me dijo Big Brother, que como buen Big Brother me quiere mucho.

29 /

9 /

2019

¿Cómo viven los vivos con los muertos? Hasta que el capitalismo deshumanizó a la sociedad, todos los vivos esperaban la experiencia de la muerte. Era su futuro final. Los vivos eran en sí mismo incompletos. De esa forma vivos y muertos eran interdependientes. Siempre. Sólo una forma de egotismo extraordinariamente moderna rompió esa interdependencia. Con consecuencias desastrosas para los vivos, ahora pensamos en los muertos en términos de los eliminados.

John Berger
Doce tesis sobre la economia de los muertos (1994)

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