¿Cómo viven los vivos con los muertos? Hasta que el capitalismo deshumanizó a la sociedad, todos los vivos esperaban la experiencia de la muerte. Era su futuro final. Los vivos eran en sí mismo incompletos. De esa forma vivos y muertos eran interdependientes. Siempre. Sólo una forma de egotismo extraordinariamente moderna rompió esa interdependencia. Con consecuencias desastrosas para los vivos, ahora pensamos en los muertos en términos de los eliminados.
El Lobo Feroz
Pasos (perdidos) de semana santa
Mi amigo Tom —el pastor alemán manipulado que fue por la CIA— se ha aficionado a acudir a mi guarida desde que recogí sus opiniones en mientras tanto. Aunque no lo dice, está deseando volver a «salir». Lo malo es que no siempre es brillante u original. Intenté estimularle con un poco de maría, pero la rechazó irritadísimo: «¿Quieres que vuelva a ser un adicto, como hizo la CIA conmigo?». Nada más lejos de mi intención. Al final he pensado que, para estimularle, lo mejor sería emborracharnos juntos. Recurrí al orujo gallego y puse en marcha la grabadora del móvil. Tom me pidió inmediatamente coca-cola para hacer un galicialibre. Yo casi no bebo coca-cola, pero tengo una reserva para cuando se me pone mala la tripita: es mano de santo. Por algo decía Manuel Sacristán que la coca-cola era el mejor invento de los gringos. Y si lo decía Sacristán…
«… lo del bombardeo químico de El Assad no se aguanta por ningún lado. Desde luego, no es un angelito, pero ¿para qué emplear armas químicas cuando está ganando la guerra? Sabe que esa acusación le enajena apoyos. Quienes usan armas químicas en Siria son los rebeldes azuzados y financiados por los sauditas…»
«Pero hubo una explosión química», opongo yo. «Claro. Pero pudo deberse a que una bomba del gobierno cayera sobre armamento químico rebelde». (Cuando ve mi cara de incredulidad prosigue:) «No es tan raro. La famosa bomba del Coliseum, en la Barcelona de 1938, cayó sobre un convoy de municiones y mató a muchísima gente, entre ella a Julia Gay, la madre de los Goytisolo…»
—Muchas cosas sabes tú. En el 38 ni existíamos….
Pero Tom se pierde y empieza a hablar de los Goytisolo: que si el pequeño es un tostón, que si José Agustín es un poeta excelente —en eso estamos de acuerdo: algunos versos de los buenos poetas se quedan para siempre en la memoria, y eso da su verdadera medida—.
¿Por dónde íbamos?
«Que sois muy ingenuos. Nadie ha protestado por el bombardeo humanitario de Trump. No te puedes fiar de nada. La CIA está en todo. Promocionó el expresionismo abstracto…»
Tengo que soportar una parrafada imparable en que despotrica contra todo el arte contemporáneo: que si la crítica literaria, cinematográfica, musical o de pintura está amañada, al servicio de los mercaderes; que si da constantemente gato por liebre y corrompe el gusto de la gente. Que todo son happenings y manierismo…
«Eres un reaccionario —le digo—; un reaccionario de izquierda».
Se queda pensativo y silencioso. Finalmente: «¿Tú no?» Pero Tom vuelve con su monotema: «La Constitución de la República Federal Alemana, o sea, la Constitución de Alemania, la redactó un coronel del OSS, antepasada de la CIA. Cuando Habermas habla de patriotismo constitucional me entra la risa» —y se pega otro lingotazo de galicialibre, que va ya por la segunda botella—. «Además me callo muchas cosas. El 11 de septiembre…».
Trato de nuevo de cambiar de tema para no entrar en un bucle y comento las últimas disposiciones judiciales que recortan la libertad de expresión. «Hay mucho juez carca —le digo—; lo de Wyoming es caca pura, y lo del twitero…» Tom se encrespa: «De acuerdo en lo de los jueces, pero el twitero es tonto del culo. A Carrero no le mató ETA: en realidad le voló sobre todo la CIA, que puso a ETA sobre la pista de las misas, luego esperó a que los etarras hubieran hecho el túnel para la voladura, y la víspera del atentado sustituyó la goma 2 de ETA por un explosivo mucho más potente, el C4 del ejército yankee… Eso lo sabe hasta Pilar Urbano. ETA fue solo la mano de obra». «¿Y por qué querrían los yankees acabar con Carrero?» —pregunto yo. «Pues porque Carrero no quería entrar en la OTAN y ponía pegas a las bases americanas en España, no como estos de ahora. Le liquidaron por eso, pero la tontería nacionalista vasca no se quiere enterar… La CIA premia y soborna; está en todo…». «No me dirás que Azúa o Savater son de la CIA», le provoco; pero Tom no entra al trapo: lo que quiere ahora es hablar del búnker bajo la Cibeles pero se trabuca y pasa a Snowden. «Es un héroe» —empieza; le quito de las manos la botella de orujo y se calla, malhumorado. Yo tengo sueño y dolor de cabeza y él, por fin, se va haciendo eses.
Abril de 2017, Viernes de Dolores. Dedicado a J. L. Gordillo
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