¿Cómo viven los vivos con los muertos? Hasta que el capitalismo deshumanizó a la sociedad, todos los vivos esperaban la experiencia de la muerte. Era su futuro final. Los vivos eran en sí mismo incompletos. De esa forma vivos y muertos eran interdependientes. Siempre. Sólo una forma de egotismo extraordinariamente moderna rompió esa interdependencia. Con consecuencias desastrosas para los vivos, ahora pensamos en los muertos en términos de los eliminados.
Agustín Moreno
Las lecciones de Gamonal
Victoria rotunda de los vecinos. El alcalde de Burgos ha anunciado la retirada definitiva del proyecto de bulevar de Gamonal. Pero quien lo ha retirado en realidad han sido los vecinos con su lucha, su unidad y su determinación de resistir. Personas corrientes haciendo cosas extraordinarias han demostrado que sí se puede. La sumisión no sirve de nada, y, aunque circula por ahí una especie de circular de un partido donde se habla de que los españoles son un pueblo maduro pero dócil, Gamonal ha demostrado lo contrario. Junto con los obreros, los jubilados, las señoras del barrio han estado codo con codo los jóvenes, que son la mayoría de los detenidos.Esas eran las peligrosas personas que se reunían a diario en asamblea y que se manifestaban indignadas contra unas obras-pelotazo que nadie quería. Los estudiantes de los institutos dejaron de ir a clase y convocaron huelga. Han ardido las redes socialesy los medios de comunicación alternativos con la denuncia y la solidaridad, rompiendo el muro de silencio que intentaba imponer la prensa de la zona. Los intereses especulativos no hubieran renunciado a una oportunidad de negocio redondo expropiando patrimonio público y privatizándolo si no encuentran tanta resistencia. La lucha ha dado su fruto y éste es una victoria indiscutible: impedir el atraco, aguantar la represión.
Ahora solo falta que se destine buena parte de los millones de euros previstos para las obras en mejorar las dotaciones sociales y las infraestructuras del barrio de común acuerdo con los vecinos. Para poder pacificar realmente la situación, deberían retirarse los cargos contra los vecinos detenidos, porque ellos también han sido rehenes de unas circunstancias que no provocaron.
Se han destapado turbios intereses. Por el humo se ha sabido qué fuego había detrás. El conflicto ha puesto la lupa sobre los escandalosos manejos existentes en Burgos y los anteriores escándalos de corrupción urbanística. El dato que ha estremecido a toda España es el desorbitado precio de la vivienda en Burgos. Algo que solo se explica por la alianza del caciquismo del ladrillo con la élite política y mediática local. Se ha conocido la adjudicación irregular de las obras. Toda España ha sabido —o recordado— quien es Méndez Pozo y sus antecedentes delictivos, así como sus relaciones con el PP, incluido con Aznar cuando era presidente de Castilla-León. Está aumentando el rechazo popular contra la corrupción y el despilfarro. Con el paro y la pobreza existente no se puede tolerar el saqueo de lo público y la privatización de los espacios que son de todos.
La represión ha sido inútil. Se intentó cortar la movilización manu militari. El gobierno ha tenido la tentación de machacar con la represión a todo un barrio y empezó a mandar cada vez más tropas de los antidisturbios (UIP). Pero si se aporreaba y detenía, los vecinos no se intimidaban e iban a la comisaria y acababa habiendo más detenidos y más concentraciones de apoyo en un bucle sin fin. La dinámica de acción-reacción es imparable y el resto de España no hubiera permanecido quieta. También se evidencia la inutilidad de la nueva legislación represiva que prepara el PP. Imaginemos que estuviera en vigor ya el nuevo Código Penal y la llamada Ley de Seguridad Ciudadana. El volumen de las multas y las penas de cárcel para los detenidos habría supuesto la existencia de un nuevo tipo de presos políticos en el país, campañas desolidaridad, denuncias de Amnistía y vergüenza en los foros internacionales. Lo que le faltaba a la “Marca España”
Gamonal somos todos. La solidaridad ha ayudado a la solución del conflicto. Costó unos días que empezase la movilización de apoyo a la lucha de Gamonal. Han salido a la calle en unas cuarenta ciudades y se ha pagado un tributo alto en detenidos, especialmente en Madrid. Pero se ha demostrado que la represión no sirve para acabar con luchas justas. También ha metido el miedo en el cuerpo al PP por la dinámica de extensión del conflicto que se empezaba a producir: el llamado efecto Gamonal. No hay que olvidar que estamos entrando en vísperas electorales. Lo lamentable es que no haya habido una convocatoria de solidaridad más amplia y nutrida de la izquierda política, los sindicatos y de movimientos sociales de los que se podía esperar más.
Ni atentados ni infiltrados. La incompetencia política se demuestra cuando se crean problemas donde no los había y no se resuelven cuando existen. También han hecho el ridículo con sus declaraciones el ministerio del Interior y otros políticos del PP. Ejemplo de ello es decir que hay turismo de grupos itinerantes violentos, algo que desmiente la propia policía y los hechos cuando se conoce que son de Burgos todos los detenidos. O cuando la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, habló de “atentados”. ¿Qué quería decir: altercados o atentados? O no sabe de lo que habla o se confunde al hablar y las dos cosa son penosas. En la lucha de Gamonal solo había vecinos y vecinas que estaban hasta el gorro de los trapicheos que se traían el ayuntamiento dela derecha y de los caciques locales de siempre.
Peligrosa pedagogía para el poder autoritario. El autoritarismo del poder político conduce a que se produzcan esas situaciones. Ya lo dije: No está bien que se quemen contenedores, pero nunca se debería despreciar tanto a la gente para que saque la conclusión de “es la única manera de que hagan caso”.Y esta frase se escucha cada vez más en diferentes lugares y sobre un paisaje de humeantes barricadas en boca de ciudadanos corrientes.
La revuelta popular de Gamonal le ha quitado pantalla a la visita de Rajoy a Obama. Hasta The New York Times se ha hecho eco de ella. Y como dice un paisano: ”si no se lía no se enteran ni los de Miranda de Ebro de lo del bulevar”. En la misma línea y de forma genial, El Roto planteaba: ¡Déjate de musiquitas, si quieres hacerte oír tendrás que meter ruido!
Cambio de ciclo: van a aumentar las luchas y las victorias. Gamonal y la huelga de la limpieza de Madrid, entre otras, son luces brillantes en este largo túnel. Dice Sáenz de Santamaría: “Todos los indicadores ven una recuperación económica que no sé si casa mucho con las protestas sociales”. Es evidente que no se entera de nada. Si empieza cierta recuperación económica, que no espere el gobierno y la patronal que el mapa del recorte de los derechos va a quedar inmóvil. ¿Alguien se cree que si las empresas empiezan a tener facturación y beneficios van a poder mantener los salarios de miseria, la precariedad en el empleo y la ausencia de convenios? Los que vivimos el franquismo sabemos que los derechos lo mismo que se pierden se conquistan de nuevo. Los trabajadores y los ciudadanos empezarán un nuevo ciclo de recuperación de libertades y de derechos perdidos, de exigencia y movilización. Y se puede acelerar el proceso en la coyuntura electoral próxima. Siempre que por encima de la pregunta que se hacían los clásicos del movimiento obrero, de “¿tribunos o burócratas?”, se sitúe la unidad de toda la izquierda puesta al servicio de las clases populares. Es otra lección de Gamonal.
[Fuente: Cuarto Poder]
18 /
1 /
2014