La diferencia fundamental [de la cultura obrera] con la cultura de los intelectuales que tan odiosa me resultaba es el principio de modestia. El militante obrero, el representante obrero, aunque sea culto, es modesto porque, se podría decir, reconoce que existe la muerte, como la reconoce el pueblo. El pueblo sabe que uno muere. El intelectual es una especie de cretino grandilocuente que se empeña en no morirse, es un tipo que no se ha enterado que uno muere, e intenta ser célebre, hacerse un nombre, destacar… esas gilipolleces del intelectual que son el trasunto ideal de su pertenencia a la clase dominante.
La Redacción
Fe de errores
En el número 122-123 de mientras tanto, el último de la edición impresa, se han deslizado algunos errores, el más importante de los cuales afecta al artículo de Antonio Izquierdo Escribano, «Balance del mundo que hemos aprendido: tres décadas de experiencia migratoria en España». El error está en las tablas 3 y 4 relativas a la actividad laboral. En ambas los años están invertidos. Las columnas de datos que figuran debajo de 2008 son las registradas en el año 2014 y viceversa. Lo más sencillo es cambiar el orden. Donde dice 2008 hay que sustituirlo por 2014 y donde figura 2014 debe decir 2008. En el título de ambas tablas también hay que cambiar el orden y poner primero 2014 y luego 2008.
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2015