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Lawrence Ferlinghetti

El mundo es un lugar hermoso

 

El mundo es un lugar hermoso

en el que nacer

si no te importa que la felicidad

no siempre sea

divertidísima

si no te importa un toque de infierno

de vez en cuando

justo cuando todo va bien

porque ni siquiera en el cielo

cantan

todo el tiempo

El mundo es un lugar hermoso

en el que nacer

si no te importa que mueran algunas personas

todo el tiempo

o que quizá solo pasen hambre

parte del tiempo

lo que no está tan mal

si no te pasa a ti

Oh el mundo es un lugar hermoso

en el que nacer

si no te importa mucho que haya

algunas mentes comatosas

en los más altos cargos

o una bomba o dos

de vez en cuando

sobre vuestras cabezas

o algunas otras indecencias

de las que nuestra sociedad de Marca Registrada

es víctima

con sus hombres distinguidos

y sus hombres de extinción

y sus sacerdotes

y otros patrulleros

y sus diversas segregaciones

y comisiones del Congreso para investigaciones

y otras astricciones

de las que nuestra necia carne

es heredera

Sí el mundo es el mejor lugar de todos

para un montón de cosas como

hacerse el gracioso

y hacer el amor

y hacerse el triste

y cantar canciones vulgares o

inspirarse

y pasear

mirándolo todo

y oler las flores

y tocar el culo a las estatuas

e incluso pensar

y besar a la gente

hacer bebés y llevar pantalones

y agitar sombreros y

bailar

e ir a bañarse al río

de picnic

en pleno verano

y en general

                            “vivir a lo grande”

pero entonces justo en medio de todo eso

llega sonriente

                                                                          el hombre de la funeraria

De: A Coney Island of the Mind, 1958.

Traducción de Francisco Javier Mena

 The world is a beautiful place – Poema recitado por el autor (en inglés):

https://www.youtube.com/watch?v=l11MUjuK43M

 

 

Dos chatarreros en un camión, dos tipos guapos en un Mercedes

En el semáforo esperando luz verde

nueve de la mañana centro de San Francisco

un camión de basura amarillo brillante

dos basureros con sus chaquetas de plástico rojo

de pie en el peldaño trasero

colgando uno a cada lado

y bajando la mirada hacia

un elegante Mercedes descapotable

con una elegante pareja en él

El hombre

con un moderno traje de tres piezas en lino

con melena rubia hasta los hombros y gafas de sol

La joven rubia con su peinado informal

con una minifalda y medias de colores

de camino a su estudio de arquitecto

Y los dos chatarreros en pie desde las cuatro

mugrientos del trabajo

de camino a casa

El más viejo de los dos con cabello gris de hierro

y espalda encorvada

mirando hacia abajo como

una gárgola de Quasimodo

Y el más joven de los dos

también con gafas de sol y melena

de una edad similar a la del conductor del Mercedes

Y ambos chatarreros contemplando ahí abajo

como desde una enorme distancia

a la estupenda pareja

como si vieran un anuncio inodoro de televisión

en el que todo es siempre posible

Y la luz roja por un momento

uniendo a los cuatro

como si acaso algo fuera posible

entre ellos

dentro de ese pequeño golfo

en la alta mar

de esta democracia

De: Landscapes of Living and Dying, 1979

Traducción de Rosana Alija

[Lawrence Ferlinghetti, 1919-2021]

5 /

3 /

2021

¿Cómo viven los vivos con los muertos? Hasta que el capitalismo deshumanizó a la sociedad, todos los vivos esperaban la experiencia de la muerte. Era su futuro final. Los vivos eran en sí mismo incompletos. De esa forma vivos y muertos eran interdependientes. Siempre. Sólo una forma de egotismo extraordinariamente moderna rompió esa interdependencia. Con consecuencias desastrosas para los vivos, ahora pensamos en los muertos en términos de los eliminados.

John Berger
Doce tesis sobre la economia de los muertos (1994)

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