El capitalismo de desastre se aprovecha de las crisis para consolidar el poder y enriquecer a unos pocos a costa de muchos.

La doctrina del shock (Naomi Klein)

Todos recordamos lo que hacíamos el pasado 28 de abril a las 12:33h, el momento del apagón total en la península Ibérica. Para algunos no fue más que una anécdota, un parón forzoso del trabajo; mientras que para mucha otra gente tuvo consecuencias dramáticas y, en global, hubo pérdidas millonarias difíciles de cuantificar. En pocos días, las tertulias se centraron en el evento, y rápidamente nos hemos familiarizado con lo que para muchos eran términos novedosos: cero absoluto, generación sincrónica, isla energética, inercia sintética, etc.

A pesar de las dificultades para averiguar las causas del apagón, incluso para el operador del sistema eléctrico, en tiempo récord aparecieron voces que con toda certeza identificaron el culpable: las energías renovables. Más allá de que en todo «cisne negro»^[1] hay avispados que aseguran que lo vieron venir, la batalla contra las renovables no es nueva, y durante los años ha adoptado diferentes formas: culpar a las renovables de los aumentos de precios, bloquear el acceso al autoconsumo^[2] o, más recientemente (y de forma más sutil), la campaña a favor de alargar la vida de las centrales nucleares. Tampoco es nuevo atacar a las renovables cuando hay un apagón masivo: ya se hizo en Texas y en Australia del Sur, aunque finalmente se vio que la presencia de renovables no fue la causa de estos sucesos^[3].

El trilema del sistema eléctrico

Hoy en día, hay consenso a nivel generalizado (a nivel técnico, legislativo y social) respecto a que un sistema eléctrico ha de cumplir 3 características principales que conviven en difícil equilibrio: cumplir la seguridad de suministro, suministrar energía a un precio asumible, y garantizar la sostenibilidad. Encontrar simultáneamente el punto óptimo de los 3 vértices del trilema no es posible, así que se trata de encontrar un punto de equilibrio satisfactorio. Hay que recordar que el tercer punto clave, la sostenibilidad, se introdujo hace pocas décadas, a raíz de una mayor conciencia ambiental derivada de la constatación del cambio climático^[4], y que su consolidación como eje del trilema ha sido desigual. Sin embargo, en el sistema eléctrico Ibérico, la integración de tecnologías renovables ha sido notable, y el operador del sistema ha sido visto como un referente mundial en este aspecto.

Las energías renovables en el trilema energético

No hace tanto que las energías renovables eran también conocidas como «energías alternativas», lo que no hacía sino desvelar su falta de presencia en el mix eléctrico. Sin embargo, en pocos años las mejoras tecnológicas y de precio, así como la demanda social, han hecho que actualmente las energías renovables sean las principales tecnologías energéticas de presente y de futuro^[5]. De hecho, la fotovoltaica es la tecnología más económica, y la eólica la segunda en cuanto a coste nivelado de la energía^[6]. En cuanto a la sostenibilidad ambiental, aunque la fotovoltaica o la eólica no son en absoluto inocuas, debería resultar sonrojante nombrar las centrales de carbón, gas o nucleares en un contexto de sostenibilidad ambiental, por mucho que lo diga la UE^[7]. Por tanto, ante las ventajas de las renovables en precio y sostenibilidad, solo cabe atacarlas por el tercer elemento del trilema: la seguridad de suministro. Da igual que todavía no se conozcan las causas del apagón; da igual que existan tecnologías para que las renovables mantengan perfectamente la frecuencia de red. Ante un pequeño shock como el del apagón, hay quien ha visto la oportunidad perfecta para señalar a las renovables. Además, ha coincidido con el crescendo de la campaña por resucitar al zombi nuclear.

¿Qué molesta tanto de las renovables?

A pesar de los palos en las ruedas que se han ido poniendo para la implantación de las renovables, su aumento en el mix eléctrico peninsular ha sido muy destacado, y las empresas tradicionales del oligopolio eléctrico no han permanecido precisamente ajenas a este boom ni a sus beneficios^[8]. Sin embargo, para estas empresas sería mucho más cómodo tener un sistema de generación como el de antes, con pocos actores controlando centrales muy grandes, que tener que repartir el pastel con cualquier persona que decida instalar unas pocas placas fotovoltaicas en su casa. La fotovoltaica, en concreto, es una tecnología barata y tremendamente modular, y hoy en día puede generar su propia energía: la pesadilla del oligopolio. En el otro extremo se encontraría la nuclear, que precisa de centrales enormes con una tecnología al acceso de muy pocos. Por eso, puestos a tener que aceptar la presencia inevitable de las renovables, las grandes eléctricas prefieren las instalaciones «macro» (macroparques eólicos; centrales fotovoltaicas multimegavatio), y, si se puede, mantener el parque nuclear actual con todas las ayudas estatales que les sea posible conseguir.

Avanzando hacia el cuadrilema energético

Introducir el eje de la sostenibilidad en la generación eléctrica ha sido un logro que ha marcado la evolución del sistema eléctrico ibérico en muchos aspectos: tecnologías de generación, mejora en el control de redes, planificación estratégica, etc. También ha facilitado que, una vez derogados los bloqueos regulatorios, cualquier consumidor pueda disponer de una instalación de autoconsumo renovable. Pero la situación actual dista mucho de ser óptima en cuanto a la calidad democrática del sistema eléctrico. Se siguen fomentando las grandes instalaciones, y unas pocas empresas siguen controlando la generación, distribución y comercialización en porcentajes escandalosos^[9]. Por eso es necesario pasar del trilema al cuadrilema energético: frente a las campañas de desprestigio de las renovables y en pro de la nuclear, urge avanzar hacia un sistema que no solo mantenga el eje de la sostenibilidad, sino que también tenga como aspecto principal la generación distribuida, con la mayor cercanía posible entre generación y consumo y la participación del mayor número de actores posibles. De lo contrario, siempre estaremos a merced de los intereses que unos pocos quieran imponer al resto, aún en contra de las necesidades sociales, económicas o ecológicas de la mayoría.

Notas

1. La teoría del cisne negro, de Nicholas Nassim Taleb, aplica para los sucesos sorpresivos y de gran impacto. Según la teoría, cuando suceden este tipo de eventos aparecen explicaciones a posteriori que lo racionalizan, haciendo de esta forma que parezcan predecibles y esperables, cuando en realidad no lo eran ↑
2. Ya en 2012 (Real Decreto-ley 1/2012) se suprimieron los incentivos económicos para la implantación de energías renovables, con una campaña mediática que acusaba a las energías renovables de haber disparado los costes del sistema eléctrico. Posteriormente el conocido como «impuesto al sol» (en realidad un peaje de respaldo que apareció en el Real Decreto 900/2015) bloqueó de facto las instalaciones fotovoltaicas por hacerlas inviables económicamente. ↑
3. Terrazzino, Hernan. «Lecciones del apagón de South Australia de 2016», La Vanguardia, 6 de mayo de 2025. https://www.lavanguardia.com/participacion/lectores-corresponsales/20250506/10646039/lecciones-apagon-south-australia-2016.html ↑
4. Puntualmente, ha habido sucesos que han puesto el énfasis en uno de los ejes clave. Por ejemplo, a raíz de la catástrofe de Fukushima, hubo varios países que pararon sus centrales nucleares o renunciaron a este tipo de energía, como Japón o Alemania, poniendo así un mayor énfasis en la sostenibilidad. ↑
5. La nueva demanda eléctrica fue atendida en 2024 en su mayoría por las energías renovables (38%), seguidas por el gas natural (28%). Además, la nueva potencia instalada de energías renovables (700 GW) supuso un récord anual por vigésimo año consecutivo. Barrero F. Antonio. «El mundo ha instalado en 2024 siete mil megavatios de potencia nuclear y 700.000 de renovables». Energías Renovables, 24 de marzo de 2025. https://www.energias-renovables.com/panorama/la-demanda-mundial-de-energ-a-ha-20250324 ↑
6. «Levelized Cost Of Energy (LCOE)». Acceso 25 de mayo de 2025, https://www.transicionenergetica.es/energias-renovables/lcoe/ ↑
7. «Taxonomía: el Parlamento acepta incluir el gas y la energía nuclear». Acceso 25 de mayo de 2025, https://www.europarl.europa.eu/news/es/press-room/20220701IPR34365/taxonomia-el-parlamento-acepta-incluir-el-gas-y-la-energia-nuclear ↑
8. Endesa, Iberdrola y Naturgy, además de todo el parque nuclear (7 GW) disponen de más de 36 GW de potencia instalada en energías renovables Masa, Raúl. «Iberdrola, Endesa y Naturgy produjeron tanta energía con nuclear como con renovable en 2023». Economía Digital, 3 de marzo de 2024, https://www.economiadigital.es/empresas/iberdrola-endesa-naturgy-nuclear-renovable.html ↑
9. A pesar de que hace décadas que se liberalizó el sector eléctrico en España, éste sigue estando dominado por unas pocas empresas. Por ejemplo, Endesa, Iberdrola y Naturgy tienen el 80% del negocio doméstico. Además, estas 3 empresas y EDP controlan el 95% de la red de distribución y gran parte de la generación. ↑