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Josep Torrell Jordana

Abane Ramdane: vida y muerte de un revolucionario

1925-2025. Centenario de Franzt Fanon

Al interesarse por la revolución argelina se suele mencionar del nombre de Ahmed Ben Bella, primer presidente de Argelia tras la guerra de 1954-1962. Pero Ben Bella estuvo encarcelado desde 1956 hasta el fin de la guerra en marzo de 1962. Por tanto, no fue él quien estuvo al mando del Frente de Liberación Nacional (FLN) ni del Ejército de Liberación Nacional (ALN).

El que ha sido llamado «el padre de la independencia de Argelia», Abane Ramdane, había sido asesinado en 1957. Asesinado por el propio FLN y borrado durante muchos años de la historia.

Frantz Fanon, durante sus conversaciones con Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir, confesó su amargura por no haber hecho nada para evitar el vil asesinato de dos de sus amigos y compañeros: Patrice Lumumba y Abane Ramdane.

Patrice Lumumba (1925-1961) tenía la misma edad que Fanon, y fue el primero en ocupar el cargo de primer ministro de la República Democrática del Congo entre junio y septiembre de 1960, cuando fue asesinado por las fuerzas armadas bajo la orden de la CIA. Su muerte fue un símbolo claro de la lucha anticolonial. Por ejemplo, Octavi Pellissa, militante exiliado en la República Democrática de Alemania (RDA), al enterarse de su muerte propuso que se pusiera el nombre de Lumumba en una calle de Leipzig, propuesta que el ayuntamiento aceptó. Por su parte, Pier Paolo Pasolini utilizó el material rodado de la detención (y asesinato) de Lumumba en dos de sus películas, La rabia (1963) y Apuntes para una Orestíada africana (1970).

Por el contrario, nadie recuerda a Ramdane. Han sido pocos —y con retraso— los historiadores que han descrito su papel en la revolución de 1954-1957: Mohamed Lebjaoui (197o), Mohamed Larbi (1980), Khalfa Mameri (1988) y los biógrafos de Fanon: David Macey (2000) y Alice Cherki (2000). Es quizá el momento de conocer quién fue realmente Abane Ramdane.

¿Quién fue?

Abane Ramdane (1920-1957) tuvo un papel clave en la independencia argelina. Supo unir dentro del FLN a todas las facciones de la resistencia del país, incluidos los comunistas, los ulemas reformistas, y los demócratas de Ferhat Abbas. Fue él quien logró crear el modelo de organización del FLN y del ALN en el Congreso de Soummam en 1956.

Nacido en la región de Cabilia de una familia de agricultores acomodados, en la Segunda Guerra Mundial se alistó en los Tirailleurs argelinos y combatió en Europa contra los nazis. En la primavera de 1946, desmovilizado, empezó su militancia en el Partido del Pueblo Argelino (PPA) y su Movimiento por el Triunfo de las Libertades Democráticas (MTLD), y en diciembre de 1948 fue elegido miembro del Comité Central del MTLD y la Organización Especial, brazo armado clandestino del MTLD. Ante el acoso francés, volvió a Argelia. La Organización Especial fue desmantelada por el ejército francés entre 1950-1951, Ramdane fue arrestado y pasó cinco años encarcelado.

En el 1 de noviembre de 1954 empezó la guerra de Argelia. En enero de 1955, Ramdane salió de la cárcel en Francia, regresando a Argelia. Participó en las reuniones con el Partido Comunista Argelino, que el 1 de julio de 1956 se sumó al FLN después de haberse disuelto como partido. Se creó un sistema de zonas de operación o wilayas (Orania, Algérois, Cabilia, Constantina y Aurés) y posteriormente la Zona Autónoma de Argel (ZAA) bajo la dirección de Ramdane.

Uno de los problemas del FLN en sus inicios era no tener un himno propio. Ramdane contactó con el poeta encarcelado Mufdi Zakariah, al que le dijo lo que quería y, en líneas generales, lo que debía decir el himno. Una vez tuvo la letra de Zakariah, contactó con el músico Mohamed Fawzi, y le planteó la música que debía funcionar como himno para los guerrilleros en las montañas y los presos en las cárceles. Al día siguiente volvió a encontrase con Fawzi, que le entregó el «Qasaman», el himno del FLN. La pieza se grabó en Túnez y se pasó a diario en Radio Argel, e inmediatamente se convirtió en el himno del FLN entre las guerrillas y los presos, siendo aún hoy el himno de Argelia.

En febrero de 1956, ante la creación de un sindicato contrario al FLN, Ramdane creó también, en pocos días, la Unión General de los Trabajadores Argelinos (UGTA), con importantes miembros de los obreros de toda Argelia.

En agosto de 1956 se celebró el Congreso del FLN en Soumman, con Ramdane y el apoyo de dos jefes de wilayas: Krim Belkacem (Zona 3-Cabilia) y Larbi Ben M’hidi (Zona 5-Oranie).

El congreso de Soumman es clave en la historia del FLN. Se estructuró su organización política y militar; y nada de lo que defendió el congreso de Soummam se refiere al islam.

En la reunión se acordó la creación de nuevos órganos: el Consejo Nacional de la Revolución Argelina (CNRA) y el Comité de Coordinación y Ejecución (CCE). Fueron miembros del CNRA Larbi Ben Mhidi (ALN), Abane Ramdane, Belkacem Krim (ALN), Amar Ouamrane, Youcef Zirout y Lakhdar Ben Tobbal. Cinco civiles y dos guerrilleros. En el CCE, Abane Ramdane, Larbi Ben Mhidi, Belkacem Krim, Benyocef Ben Khedda y Saâda Dahlef. Es el momento que muchos analistas aseguran que Ramdane era el único dirigente del FLN.

Ahmed Ben Bella se opuso inmediatamente a las decisiones del Congreso de Soummam y cuestionó la composición del CNRA creado por el congreso. Ben Bella no había sido elegido en ningún momento. En el mes de octubre de 1956, tras el congreso, se detuvo a Ahmed Ben Bella, Mohamed Khider, Mostefa Lacheraf, Mohammed Boudiaf y Hocine Aït Ahmed, que permanecieron en prisión hasta 1962.

El Congreso de Soummam había afirmado la primacía de la política sobre lo militar y la importancia central de la lucha interna, al crear órganos de decisión y deliberación muy circunscritos. La reunión del Consejo Nacional de la Revolución Argelina celebrada en El Cairo el 27 de agosto de 1957 adoptó el informe de actividades en el que participó Abane Ramdane. El Concilio proclamó que «todos aquellos que participan en la lucha de liberación con o sin uniforme son iguales».

Empieza entonces la brecha entre partidarios de los militares del ALN sobre los civiles de FLN, y al revés. Ben Bella, en la cárcel en Francia, denuncia la primacía del interior sobre el exterior y de los civiles sobre los militares de ALN. Por su parte, Ramdane conservó un recuerdo ingrato de su cruce con la wilaya 5, que a su gusto era demasiado militar y no muy política. Allí no estaban verdaderamente en guerra, y los responsables, entre ellos Houari Boumediene, eran ascendidos a dedo.

En septiembre de 1956 en Guenzet, cerca de la capital tunecina, tuvo lugar la reunión preparatoria del CNRA, donde Abane criticó vivamente a la wilaya 5, a la que calificó de «feudal» y se enemistó con su nuevo jefe, Abdelhamid Boussouf. La víspera de su partida, el CCE y el CNRA se reorganizaron: el ejecutivo pasó de cinco a doce miembros, Abane y Krim fueron los únicos que conservaron su puesto, y solo quedaron tres políticos ante nueve jefes guerrilleros. En el CNRA, cuyo número pasó de 17 a 22, los coroneles ganaron peso y desde entonces se volvieron mayoritarios.

A principios de 1957, Abane Ramdane y Ben M’hidi deciden iniciar la batalla de Argel. El motivo fue el poder dado a los paracaidistas del general Massu para desmantelar la organización del FLN, instaurar la tortura para perseguir a los independentistas y poner así fin a los militantes del FLN en Argel. Las tropas patrullaban la ciudad, registraban las entradas de los lugares públicos, la Casba de Argel estaba rodeada de alambre de espino; todos los que entraban o salían eran registrados. La película La batalla de Argel (La battaglia di Algeri, 1966) de Gillo Pontecorvo es una excelente versión del episodio, que acabaría en octubre de 1957.

La represión por parte de los franceses consiguió la captura de Ben M’hidi, torturado hasta la muerte por los servicios secretos franceses, en marzo de 1957. El fracaso de la batalla de Argel y la liquidación de M’hidi dejó en mal lugar a Ramdane, quien decidió dejar la comandancia de la wilaya 5 a Abdelhafid Boussouf como un acto de pacificación (que no tuvo resultados).

Hacia finales de 1957, Belkacem Krim, Abdelhafid Boussouf y Ben Tobbal (el «triunvirato de las B») empiezan a urdir una conjura para deshacerse de Abane Ramdane de una vez por todas. Entre el 22 y el 27 de diciembre de 1957, mientras viajaba a Marruecos para hablar con Mohamed V, fue estrangulado y su cadáver se hizo desaparecer, para más tarde construirse la versión de que «murió en el campo del honor». El periódico Moudjahid atribuyó falsamente a los franceses la responsabilidad de su muerte.

La muerte de Abane Ramdane encumbró al triunvirato, pero pronto ellos mismos serán eclipsados por otra figura militar, Houari Boumédiène, jefe del nuevo Estado Mayor General.

El exdiputado argelino Khaifa Mameri (autor de una serie de folletos de dirigentes de la revolución argelina —el de Ramdane va por la 9.ª edición—) escribe: «las circunstancias vinieron a servir a sus cualidades excepcionales: el coraje, la lucidez, la audacia, pero también un conocimiento inigualable del mundo y de los desafíos que lo animan».

David Macey constata que Abane Ramdane fue el gran organizador del Congreso de Soumam: «el éxito representó un triunfo personal para Abane Ramdane y parecía consagrarlo como la como la figura dirigente en el interior del FLN. […] El triunfo de Abane Ramdane significó una derrota política para Ben Bella». En mayo de 1957, con el beneplácito de Ramdane, Fanon vio cómo se le empezaba a considerar portavoz del FLN (más que como psicoanalista): ambos eran defensores de la «línea dura» en el seno del FLN. La muerte de Ramdane estaba claro que representaba el crecimiento del islam entre el FLN. «Abane Ramdane no era filósofo, pero sabía que la violencia entraña una contra-violencia que desemboca en una salida infernal».

Alice Cherki ha incidido en la relación entre Fanon y Ramdane. En 1955, Fanon inició su compromiso con Amities Algériens. Alguien de esta asociación, Salah Louanchi, le propuso ser el psicoanalista de los miembros del FLN. Al poco tiempo se dio cuenta que este contacto «había sido inspirado por el que sería su amigo: Abane Ramdane». Ramdane y Ben Khedda fueron los que le instaron en 1956 a dimitir del hospital de Blida, intentando alejar a Fanon de los peligros que ellos, clandestinos, empezaban a vislumbrar. En Túnez, «lo que ulcera verdaderamente a Abane es la actitud de los coroneles [del FLN]. Lo que le inquieta es la tendencia del ejercicio a un poder absoluto: “Son los futuros potentados orientales”», lo que, sin mencionarlos, es uno de los problemas que aparecen en Los condenados de la tierra. El primer dato que apuntaba en esa dirección fue la matanza de Melouza en junio de 1957. El capitán Amirouche, jefe del FLN de la wilaya 3, ordenó matar a muchos de los miembros del FLN no musulmanes. Fanon no explicó sus pensamientos, pero era consciente, como decía Ramdane en privado, de que los autores de la masacre eran «guardianes de cabras». Abane era mucho más radical: «Una noche, nos dijo: “La lucha será larga. Muchos entre vosotros no sobrevivirán. Pero después de la independencia esto no hará más que empezar”» [redacción propia].

Es decir, que Fanon y Abane eran conscientes de que la independencia del colonialismo era un sendero plagado de problemas. La historia les ha dado la razón.

Fuentes

Charki, Alice, Franz Fanon, portrait, Points, París, 2011.

Macey, David, Franz Fanon, una vie, trad. de Christophe Jaquet y Marc Saint-Uphéry, La Découverte, París, 20122.

Mameri, Khalfa, Abdabe Ramdane: le père de l’independance de l’Algerie: pourquou?, Thala Éditions, Alger, 20169.

Schatz, Adam, La clínica rebelde. Las vidas revolucionarias de Franz Fanon, trad. de Raquel Marqués, Debate, Barcelona, 2024.

Serena, Jean Pierre, «Los orígenes del poder de los militares en Argelia», orientXXI, 22 de junio de 2020, https://orientxxi.info/magazine/articles-en-espagnol/los-origenes-del-poder-de-los-militares-en-argelia,3981.

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La diferencia fundamental [de la cultura obrera] con la cultura de los intelectuales que tan odiosa me resultaba es el principio de modestia. El militante obrero, el representante obrero, aunque sea culto, es modesto porque, se podría decir, reconoce que existe la muerte, como la reconoce el pueblo. El pueblo sabe que uno muere. El intelectual es una especie de cretino grandilocuente que se empeña en no morirse, es un tipo que no se ha enterado que uno muere, e intenta ser célebre, hacerse un nombre, destacar… esas gilipolleces del intelectual que son el trasunto ideal de su pertenencia a la clase dominante.

Manuel Sacristán Luzón
M.A.R.X, p. 59

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