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Sergei Ursuliak

El justo (2022)

¿Por qué tanto resquemor?

Josep Torrell Jordana

Hace un año, en una nota sobre el centenario de Lenin, advertía del cine como mecanismo para creación de una identidad soviético-militar. Aduje que en la producción de películas o series televisivas, entre 2000 y 2023, se encuentran 578 largometrajes que tienen un tema exclusivamente basado en el ejército patriota en la segunda guerra mundial. Es un nivel de películas enorme, sin precedentes en otros países.

Esos 578 son los que he visto yo, pero hay muchísimos más. La razón parece ser un gusto dominante del público ruso: la querencia nacional por «la Gran Guerra Patriótica».

Cuando escribí aquello no había visto la película Праведник (2022), de Sergei Ursuliak, película rusa que en algún país de habla hispana se conoce como El justo de las naciones, en francés como El justo y en inglés Tzadik (el justo o el caritativo, en hebreo).

La película muestra la huida hasta territorio soviético de unos doscientos o trescientos judíos de Bielorrusia, dirigidos por un capitán del ejército rojo (Nikolái Kiselyov, protagonizado por el notable actor Alexander Yatsenko) y un pequeño puñado de partisanos. En 1942, los nazis habían decidido, por orden expresa de Hitler, declarar a Bielorrusia territorio libre de judíos (judenfrei), así que la inmensa mayoría de protagonistas de la película son judíos, conducidos por un ruso: lo cual no suele ser normal en las películas rusas.

Hay una segunda razón para que se produjera esta huida del holocausto. En 1942 los ejércitos soviéticos en la zona bielorrusa estaban en clara derrota y replegándose también hacia territorio seguro. La primera secuencia de la película es una multitud de soldados del ejército rojo apresados por las tropas alemanas. Les imponen arrastrar unos maderos, alisando el terreno, pero mueren por las minas que han colocado anteriormente los propios soldados rusos.

La cuarta secuencia, un ataque a un cuartel alemán, lleva al capitán Kiselyov a descubrir un grupo de trescientos judíos pendientes de ejecución. La cuestión que se plantea a Kiselyov es si dejarlos ahí o llevárselos con él y elige la segunda opción.

Al llegar al puesto de mando, dos jefes del ejército rojo ven que los presos judíos pueden representar una salida a la desbandada del ejército soviético: detener su propia persecución a cambio de presentar ante los alemanes a un grupo de trescientos judíos. Eso es lo que sucede.

El tema de la primera hora de la película es la huida de los judíos dirigidos por Kiselyov, pero su desarrollo posterior, sin embargo, es una bofetada a los que pretenden una oda al ejército rojo. Esto es lo que ha soliviantado a las webs rusas y lo que ha dificultado la difusión de la película. La copia en YouTube dice que la película está colgada desde junio de 2024, pero lo cierto es que hasta el inicio de 2025 no ha habido modo de verla.

El justo no es, ciertamente, una gran película, pero el resquemor que ha suscitado pone de manifiesto que la norma de «lo que debe ser contado sobre el ejército ruso» no acepta una película crítica como ésta.

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2025

La principal conversión que los condicionamientos ecológicos proponen al pensamiento revolucionario consiste en abandonar la espera del Juicio Final, el utopismo, la escatología, deshacerse del milenarismo. Milenarismo es creer que la Revolución Social es la plenitud de los tiempos, un evento a partir del cual quedarán resueltas todas las tensiones entre las personas y entre éstas y la naturaleza, porque podrán obrar entonces sin obstáculo las leyes objetivas del ser, buenas en sí mismas, pero hasta ahora deformadas por la pecaminosidad de la sociedad injusta.

Manuel Sacristán Luzón
Comunicación a las jornadas de ecología y política («mientras tanto», n.º 1, 1979)

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