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Más lecturas veraniegas

A. R. A.

Naomi Oreskes y Erik M. Conway

El gran mito. Cómo las empresas nos enseñaron a aborrecer el Gobierno y amar el libre mercado

Capitán Swing, Madrid, 2024, 752 pp.

 

Esta obra constituye una detallada historia de los esfuerzos llevados a cabo por el capitalismo estadounidense para evitar políticas dañinas para sus intereses, como las regulaciones de determinados sectores o la intervención pública directa. Abarca un siglo de intervenciones en las que diversas organizaciones y grandes empresarios han invertido millones de dólares en orientar el discurso público en beneficio de sus intereses. Se trata de una explicación detallada de cómo se construye hegemonía interviniendo en una variedad de campos: el académico, los medios de comunicación y entretenimiento, las sectas religiosas, los informes técnicos… Las políticas neoliberales implantadas a principios de los años ochenta no fueron el resultado de una coyuntura desfavorable, sino la culminación de una larga serie de intentos de controlar las políticas gubernamentales. El mismo Ronald Reagan era un actor que llevaba años haciendo propaganda a cuenta de General Motors. Aunque la historia que cuenta es muy estadounidense (y explica parte de la especificidad americana, como la inexistencia de un sistema de salud universal y la debilidad de los servicios públicos), es útil para entender cómo funcionan en todas partes los grandes grupos de interés y cómo la «sociedad civil respetable» está al servicio de estos grupos de poder empresarial.

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César Rendueles

Comuntopía. Comunes, postcapitalismo y transición ecosocial

Akal, Madrid, 2024, 208 pp.

 

Un libro necesario en todo debate sobre alternativas. César Rendueles tiene el mérito de la claridad expositiva y de ofrecer propuestas de debate sugerentes. El libro se estructura en cuatro partes. En la primera se presentan las ideas centrales de los comunes, partiendo del discutible artículo de Garrett Hardin «La tragedia de los comunes», para abordar a continuación la crucial aportación de Elinor Ostrom. Es una buena exposición del debate teórico. En el segundo capítulo se aborda el hecho histórico de la apropiación privada de gran parte de los comunes en la fase de implantación de la economía capitalista. El tercero trata la relación entre el Estado, la burocracia y los comunes, un debate interesante aunque, quizá, soslaye en parte el papel del mercado y trate a la empresa privada como un todo. El último capítulo está dedicado a abordar el tema de la crisis ecosocial y a analizar el papel que los comunes pueden desempeñar en ella.

Es un texto breve, bien escrito y con muchas ideas, necesarias en una situación en que es obvio que no funcionan ni la utopía neoliberal del mercado de competencia perfecta ni la de la planificación central omnipresente (curiosamente, en la teoría económica ortodoxa se llega al mismo resultado de «óptimo social» en una economía totalmente descentralizada o en otra regida por un «dictador benevolente», dos formas de teorizar la nada). Cualquier transformación orientada a la democracia económica deberá combinar espacios de gestión pública, unidades productivas descentralizadas (no necesariamente capitalistas, pues pueden ser cooperativas o empresas con algún tipo de control social) y comunes con normas específicas de control. Éste es el campo de reflexión al que se nos invita.

30 /

8 /

2024

¿Cómo viven los vivos con los muertos? Hasta que el capitalismo deshumanizó a la sociedad, todos los vivos esperaban la experiencia de la muerte. Era su futuro final. Los vivos eran en sí mismo incompletos. De esa forma vivos y muertos eran interdependientes. Siempre. Sólo una forma de egotismo extraordinariamente moderna rompió esa interdependencia. Con consecuencias desastrosas para los vivos, ahora pensamos en los muertos en términos de los eliminados.

John Berger
Doce tesis sobre la economia de los muertos (1994)

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