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Paula Requeijo y Yanna G. Franco

El plan de la ola reaccionaria para acabar con los derechos sexuales y reproductivos

Estos días, a raíz de la Convención Nacional Republicana, se ha publicado en diferentes medios información sobre el Proyecto 2025 un documento de más de 900 páginas elaborado por la Fundación ultraconservadora Heritage. El texto establece una serie de objetivos de cara a los primeros seis meses del segundo mandato de Donald Trump y detalla las estrategias jurídicas y comunicativas para alcanzarlos. Entre estos objetivos, es central el refuerzo de la familia heteropatriarcal dificultando el derecho al aborto o derogando las leyes que reconocen derechos al colectivo LGTBIQ+.

Lo que recoge Proyecto 2025 no es novedoso en lo que se refiere a la eliminación de los derechos sexuales y reproductivos. De hecho, hace ya seis años que el EPF (Foro Parlamentario Europeo de Población y Desarrollo) alertó de la existencia de un documento similar titulado «An Agenda For Europe: Restoring The Natural Order» en el que una red de más de cien organizaciones de una treintena de países europeos, entre las que figuran Hazte Oír o Vox aquí en España, detallaba estrategias para lograr que «el orden natural» volviera a reinar en el viejo continente. Este «orden natural» supone que la familia heteropatriarcal sea la única forma posible de organización en todas las esferas. No debe existir ninguna estructura o imaginario en el que no sea nuclear. Y, para lograrlo, es necesario revertir las conquistas de derechos humanos en materia de sexualidad y salud reproductiva.

Es sorprendente que, a lo largo del último lustro, los medios europeos apenas hayan hablado de la Red Agenda Europa, ya que la ola reaccionaria tiene cada vez más poder y lo que recoge el documento filtrado por el EPF puede determinar no solo nuestro futuro sino nuestro presente como personas residentes en Europa.

La propia Agenda Europa se autodefine como una «red informal» (Agenda Europe Network, 2018). Ejerce su influencia a través de distintos partidos, grupos y asociaciones de ultraderecha. Su origen se remonta a 2013, fecha en la que apareció en la órbita de Bruselas un blog anónimo llamado Agenda Europe, centrado en criticar los avances legislativos en el reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos. Poco después, la red perfiló su estrategia y la difundió entre sus afines en diferentes cumbres anuales.

En 2019 este lobby clandestino se vio obligado a publicar una versión oficial del documento en su blog después de la alerta del EPF y de la difusión del documental francés Aborto, los cruzados contraatacan (Avortement, les Croisés Contre-Attaquent, 2018). El texto, como su título indica, aborda «la necesidad» de ajustar las legislaciones de los países al «derecho natural». Considera que éste es absoluto e independiente de procesos políticos e ideologías, al igual que el sistema de derechos humanos posterior a la II Guerra Mundial y los ordenamientos jurídicos nacionales. A continuación, enuncia y explica las teorías y políticas que, a su juicio, contravienen la «ley natural»: el marxismo, el darwinismo, el relativismo, el feminismo, el «homosexualismo», la teoría de género y la llamada ideología de la igualdad y la no discriminación.

Los temas clave que trata se agrupan en tres ejes temáticos: matrimonio y familia, derecho a la vida e igualdad y no discriminación. Todos ellos están atravesados por la cuestión del género, tanto en referencia a los derechos de las mujeres como a los de los colectivos y las personas que se apartan de los modelos conservadores y heteropatriarcales de construcción de la identidad, la personalidad, la afectividad, las relaciones interpersonales y la salud sexual y reproductiva.

En el primer eje, el texto define la familia como el matrimonio indisoluble entre hombre y mujer, con el propósito de procrear. Se opone al matrimonio entre personas del mismo sexo y a sufragar a través de los servicios públicos las operaciones de cambio de sexo. Cuestiona las prácticas anticonceptivas y el divorcio. Sí, han leído bien. No hay ningún error tipográfico. El divorcio. En el segundo eje, derecho a la vida, defiende el antiabortismo y la prohibición de la reproducción asistida. En el tercer eje, igualdad y no discriminación, define la igualdad al más puro estilo neoliberal como «un ataque a la libertad». Así, las acciones positivas se catalogan de discriminatorias. También se opone al concepto de violencia de género y a la educación sobre cuestiones sexuales y de igualdad.

Tras la presentación de estos tres ejes temáticos, que representan los objetivos a alcanzar, se recogen las estrategias comunicativas para lograrlos y el glosario de términos a emplear. En una primera lectura, llama la atención lo bien estructurado que está el texto al vertebrarse en torno a estas tres partes claramente diferenciadas. En una segunda lectura, más detenida, es fácil darse cuenta de que organizaciones, formaciones y grupúsculos de la ola reaccionaria consideran de suma importancia contar con una precisa organización discursiva a nivel estatal y global. Tras décadas de implantación del capitalismo tardío, han entendido que para ganar la batalla cultural, política y social es imprescindible desplegar una estrategia discursiva a nivel mundial que convierta su discurso en dominante.

Son perfectamente conscientes también de que el sentido, los sistemas de sentido que ahora son globales, se construye a través del discurso. Saben perfectamente que la normalización de su discurso supone la naturalización de sus ideas, pensamientos, emociones y comportamientos. De ahí, el esfuerzo, material y humano, por elaborar documentos como Proyecto 2025 o «An Agenda For Europe»: saben que sin las herramientas adecuadas no se consigue dominar el discurso y, por tanto, tampoco el éxito político, social o cultural.

Durante esta segunda lectura también es imposible no pensar en las reflexiones en torno al lenguaje de Bajtin o en el modelo de la Ventana de Overton. Si, como decía el pensador ruso, no hay en el lenguaje «palabras y formas neutrales» ya que éste está completamente «recorrido por intenciones», ¿cómo no va a ser esencial el lenguaje a la hora de dar la batalla y ganar los sentidos comunes en el terreno de los derechos sexuales y reproductivos? Por otro lado, como Overton explicó en su modelo, es posible que las ideas, sentimientos o comportamientos que hoy se perciben extraños, anacrónicos o indeseables se conviertan en familiares, modernos o deseables con la debida producción y puesta en circulación discursiva apoyada en medios y redes sociales. Sin olvidar la pertinencia. El contexto es determinante, y la ola reaccionaria que nos revela sus deseos e intenciones y los trucos para que se materialicen en Proyecto 2025 o Agenda Europa es muy consciente de esto. De ahí que, en un primer momento, se hable solo del aborto: un derecho sobre el que el movimiento antigénero lleva décadas trabajando para enmarcarlo en la mente de la ciudadanía como una lástima, un fracaso o una gran pena, en el mejor de los casos, o un atentado contra la vida humana, un asesinato o una barbarie, en el peor.

Con campañas coordinadas internacionalmente como «40 Días por la Vida», en la que voluntarios antiabortistas de todo el mundo se turnan para rezar y ayunar delante de las clínicas de interrupción voluntaria del embarazo durante 40 días seguidos, una gran parte de la población ya identifica el aborto no como lo que es, un derecho, sino como una injusticia a combatir. De ahí la urgencia de iniciativas como la desarrollada a través de la plataforma My voice, my choice que, desde abril de 2024, recoge firmas en toda la Unión Europea para exigir el acceso a un aborto seguro en la UE para todas las mujeres con independencia de su origen o situación.

El aborto es uno de los orgullosos caballos de batalla de la ola reaccionaria. Sin embargo, hay otros caballos de batalla que se ocultan porque todavía no los ha trabajado con ahínco y sabe que generarían un amplio rechazo social. No se deben poner todas las cartas sobre la mesa hasta que la labor discursiva no haya sido lo suficientemente intensa. Recuerden cómo definen los populares europeos a Meloni, esa «mujer seria y fiable» que no se parece en nada a la ultraderecha que representa, por ejemplo, otra mujer como Le Pen. En esas primeras legislaturas contenidas, como la de la «ejemplar» Meloni, se hablará del aborto pero no se mencionarán, o se hará solo de pasada, los métodos anticonceptivos o la reproducción asistida. Objetivos que revela sin ambages el documento de Agenda Europa.

La reproducción asistida es un asunto que construyen situando a las mujeres que deciden tener descendencia solas y al colectivo LGTBIQ+ en el punto de mira, ya que consideran que son estas mujeres y este colectivo los que, yendo contra el orden natural (no olviden el título del documento), tienen hijos fuera del espacio indicado: la pareja heteropatriarcal.

Otro de los caballos de batalla de la Agenda Europa, el cuestionamiento del divorcio, tampoco lo mencionan todavía las más de cien organizaciones que integran la red (recuerden a Hazte Oír o Vox) ya que el documento era de «uso interno» y, por tanto, se podía hablar sin miedo ni contención, sin paños calientes. Como mucho, se refieren a la importancia de «prevenir las rupturas familiares» o «de concienciar del valor fundamental de la familia para la sociedad». Es lo que hizo Vox hace un par de meses con su propuesta al Govern Balear, apoyada por el PP que preside esta comunidad. Es curioso que el mismo Abascal y la presidenta balear, Marga Prohens, se hayan divorciado.

La ola reaccionaria tiene muy claro que, para reforzarse en el poder y convertir sus ideas en las del sentido común, en las del espíritu de los tiempos, debe trabajar de forma incansable el discurso propagandístico, especialmente, en las esferas jurídica y mediática. De ahí la voluntad a nivel estatal (pese a que el Estado nación haya perdido peso) y global de elaborar documentos como estos que funcionan a modo de hoja de ruta. En toda campaña propagandística es fundamental definir unos objetivos e idear las estrategias discursivas para alcanzarlos. Por eso no sorprende que los documentos de las redes reaccionarias de ultraderecha sean exactamente iguales, un calco unos de otros: desde Proyecto 2025 a Agenda Europa pasando por el Global Language Dictionary de la organización sionista The Israel Project. Todos ellos tienen un argumentario común y hacen hincapié en estrategias comunicativas, políticas y también judiciales (lawfare) similares y en emplear un determinado glosario de términos.

Hay que tener en cuenta que la órbita de asesores conservadores que rodea al Partido Republicano o a Donald Trump está presente en la elaboración o bien en la supervisión de estos textos: Frank Luntz, Steve Bannon o Russell Vought son solo algunos ejemplos. Recordemos, además, que el Partido Republicano tiene callo en estas cuestiones: fue pionero en incorporar a «asesores de RRPP y comunicación política» (lo ponemos entre comillas porque para nosotras son propagandistas) como Edward Bernays o el matrimonio Whitaker-Baxter hace ya casi un siglo.

Todo lo expuesto sólo nos puede llevar a una conclusión: la imperiosa necesidad de que la ciudadanía europea que, se supone, habita un «sistema democrático», conozca qué pretende hacer la ola reaccionaria integrada por organizaciones, partidos y grupos muy conocidos y, por desgracia, también muy normalizados, con sus derechos sexuales y reproductivos: construirlos discursivamente como si fueran antinaturales, injustos y peligrosos para, una vez colonizado el sistema(s) de sentido(s) ELIMINARLOS mientras proclama que la sociedad avanza. La memoria, ya se sabe, es frágil y la ola reaccionaria tiene la esperanza de que, en unos años, quién sabe si con suerte una o dos décadas, una gran parte de la ciudadanía haya olvidado lo que son los derechos humanos a la salud sexual y reproductiva.

[Fuente: Ctxt. Paula Requeijo es profesora de Comunicación Política de la Universidad Complutense de Madrid. Codirectora del grupo de investigación Intercom y coordinadora de la revista académica Cuadernos de Información y Comunicación. Yanna G. Franco es profesora de Economía Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid. Codirectora del Grupo Interdisciplinar de Investigaciones Feministas y directora de la revista académica Comunicación y Género]

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2024

¿Cómo viven los vivos con los muertos? Hasta que el capitalismo deshumanizó a la sociedad, todos los vivos esperaban la experiencia de la muerte. Era su futuro final. Los vivos eran en sí mismo incompletos. De esa forma vivos y muertos eran interdependientes. Siempre. Sólo una forma de egotismo extraordinariamente moderna rompió esa interdependencia. Con consecuencias desastrosas para los vivos, ahora pensamos en los muertos en términos de los eliminados.

John Berger
Doce tesis sobre la economia de los muertos (1994)

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