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Peter Balakian

GRANADA

 

Perséfone te comió

y fue al infierno.

 

Mi abuela

caminó contigo bajo su blusa–

 

sus dos hijas

renqueando con ella.

 

Todos los días una semilla

para cada una de ellas.

 

No importa por qué carretera de la muerte

caminaran

 

estabas: manzana de semillas,

granate, carmín,

 

spiritus ovum–

 

caída como halcón en barrena

del alma–

 

piel roja de cuero

para tiempos duros.

 

A veces alzaba su vista

a la luna y te veía.

 

[Peter Balakian (1951), estadounidense de origen armenio, es poeta, prosista y académico experto en estudios de genocidio. Ha recibido numerosos premios (entre ellos el Premio Raphael Lemkin 2005 o el Pulitzer de Poesía 2016) por su obra, fuertemente influenciada por la memoria del genocidio armenio, que sigue siendo negado por Turquía y no reconocido por muchos países. La granada es una fruta muy preciada en Oriente Próximo (incluida Palestina), donde se considera un símbolo de abundancia y prosperidad y se dice que cada fruto tiene una semilla que procede del paraíso.]

30 /

5 /

2024

La diferencia fundamental [de la cultura obrera] con la cultura de los intelectuales que tan odiosa me resultaba es el principio de modestia. El militante obrero, el representante obrero, aunque sea culto, es modesto porque, se podría decir, reconoce que existe la muerte, como la reconoce el pueblo. El pueblo sabe que uno muere. El intelectual es una especie de cretino grandilocuente que se empeña en no morirse, es un tipo que no se ha enterado que uno muere, e intenta ser célebre, hacerse un nombre, destacar… esas gilipolleces del intelectual que son el trasunto ideal de su pertenencia a la clase dominante.

Manuel Sacristán Luzón
M.A.R.X, p. 59

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