¿Cómo viven los vivos con los muertos? Hasta que el capitalismo deshumanizó a la sociedad, todos los vivos esperaban la experiencia de la muerte. Era su futuro final. Los vivos eran en sí mismo incompletos. De esa forma vivos y muertos eran interdependientes. Siempre. Sólo una forma de egotismo extraordinariamente moderna rompió esa interdependencia. Con consecuencias desastrosas para los vivos, ahora pensamos en los muertos en términos de los eliminados.
Josep Torrell
Pasolini: antes y después
Marco Antonio Bazzocchi, Alfabeto Pasolini
Trad. de Juan Ramón Capella y Víctor M. Vasallo
Trotta, Madrid, 2023, 204 págs.
A Juan Ramón, in memoriam
Mirar a Pasolini hoy es una circunstancia algo diferente. Ha cambiado el siglo: los días de hoy presenta enormes diferencias en relación con el contexto del asesinato de Pasolini, en 1975. Ahora Pasolini es un autor del pasado s. XX, aunque sus escritos y sus películas sigan siendo muy actuales.
También ha cambiado la mirada sobre su obra. Hacia el cambio de siglo, se publica una edición completa de las cartas de Pasolini; también entonces se publicaron las Opere (novelas, cuentos, poesías, teatro, películas, crítica en arte o literatura y los textos en materia de política y sociedad).
Hasta 2023, los escritos directamente políticos son los libros El caos (1968), Escritos corsarios (1975) y Cartas luteranas (1976). Estos textos se leen ya en casi en todo el mundo. También los libros de poesía siguen publicándose, así como las piezas de teatro. Las películas se proyectan en todos los mass media. Y empieza a llamar la atención Appunti per una Orestiada africana, la película que no se hizo pero que después Pasolini montó entera como un atípico documental, cuando la verdad es que rueda toda la película como documental atípico, cuyos elementos se cruzan entre sí, mezclando sonido e imagen, imágenes documentales y acciones interpretadas (siempre con no profesionales), etcétera. También se ha reconstruido La rabbia (añadiéndose la mirada de un espectáculo televisivo contra Pasolini).
En 2022 —el centenario del nacimiento de Pasolini— se publicó una nueva edición de Petróleo, con más de trescientas páginas inéditas, a cargo de Walter Siti (autor de la edición las Opere). El año del aniversario ha dado a un vigoroso numeroso de libros (como este Alfabeto Pasolini, hoy reseñado). O varias exposiciones (puesto que él dibujaba y pintaba). Todo perfila un nuevo Pasolini. Hoy Pasolini es un ser algo diferente, aunque las personas críticas que lo lean van a encontrar a uno de los nuestros.
Todos los escritos de Pasolini contienen algo cierto, pero esta certeza, al mismo tiempo, es como un oxímoron (dos palabras que son una flagrante contradicción: por ejemplo «la desesperada vitalidad» de Pasolini). Así, todos ellos presentan una contradicción, que aparece al poco tiempo. Pasolini sabía lo que decía, aunque sabía también que podía crear una aparición contradictoria.
Los mejores estudios sobre Pasolini coinciden en decir que esta aparición contradictoria es la conjunción del mundo y la acción de Pasolini. Dicho de otro modo: del tiempo de Pasolini y el tiempo de la realidad. En los últimos tiempos de su vida, esta realidad se fue hundiendo, como una garra en su interior, causándole las más crueles heridas. Es decir, como decía Marx: la historia avanza siempre por el lado peor. Por eso hoy hay que tratar de dar con otra imagen de Pasolini. Que en lo político, claramente, es un «corsario».
En el año 1998 Marco Antonio Bazzocchi escribió Pier Paolo Pasolini. Su editor le sugirió una reedición, pero Bazzocchi le contestó amistosamente que era demasiado pronto. Por ejemplo, la redacción de Petróleo no era para Bazzocchi definitiva.
Para confeccionar su Alfabeto Pasolini (en que aparecen las películas de Pasolini, sus libros, todo el teatro, etcétera), Bazzocchi tuvo en cuenta tres ideas: inventar un alfabeto para reagrupar sus temas; corregir algunos puntos insignificantes del primer texto; e introducir nuevos nombres, como por ejemplo el denominado «perro» («can», en el libro), que Pasolini usaba en sus últimos escritos para mostrar su soledad y el infierno del mundo en que él vivía.
El «alfabeto» es el primero y el más enjundioso en esta concepción: cómo debía organizarse el nuevo Pasolini. El alfabeto parte de ideas-fuerza que entroncan entre sí (mediante flechas), variando su significado. Por ejemplo, Caravaggio tiene entrada propia, pero se cita también en la voz «Fotografías», cuando el pintor reaparece junto a Dino Pedriali a propósito del uso del objetivo de la cámara utilizado para conseguir una forma u otra.
Algunos apartados se refieren a autores, personajes y lugares que hicieron devenir a Pasolini en el poeta que fue. De Caravaggio a Dante (o al profesor universitario de arte Roberto Longhi); de mujeres como Silvana Mauri a otras como Laura Betti, pasando por Giovanna Bemporad, Elsa Morante y Maria Callas; de Casarsa della Delizia y Bolonia a Roma.
Alfabeto Pasolini es un libro muy interesante, y su traducción es simplemente impecable. Es un instrumento claramente útil tanto para quienes conocen de hace tiempo la figura de Pasolini, como para aquellos que proyectan conocerlo ahora.
[Versión revisada del texto publicado en Espai Marx]
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2024