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José Antonio Sanahuja y Pablo Stefanoni (eds.)

Extremas derechas y democracia: perspectivas iberoamericanas

Fundación Carolina,

Madrid,

2023,

195 págs.

Francesc Bayo

Extremas derechas y democracia: perspectivas iberoamericanas - Fundación Carolina El libro Extremas derechas y democracia: perspectivas iberoamericanas, publicado por la Fundación Carolina, ha sido coordinado por José Antonio Sanahuja y Paolo Stefanoni. Mediante el trabajo de un grupo variado de investigadores e investigadoras, en el libro se muestra una perspectiva comparada de la evolución de las extremas derechas en Europa, América Latina y Estados Unidos, con atención a algunos temas concretos como la difícil relación con la democracia, las guerras culturales, el fenómeno nacionalista identitario, la confrontación con el feminismo y, finalmente, los encajes en el mundo internacional.

El capítulo primero, escrito por José Antonio Sanahuja y Camilo López Burian, empieza descifrando los enfoques variados que se han sucedido en el estudio de las ideologías de las extremas derechas, con la intención de alcanzar un mínimo consenso que permita establecer unas bases conceptuales para el análisis de la realidad del momento actual. De partida, plantean que hay que evitar las continuidades historicistas forzadas, así como diversas problemáticas respecto a algunas aproximaciones conceptuales, como los términos populismo, posfascismo o derechas radicales, porque consideran que generan dificultades para avanzar en el análisis actualizado. Después centran más su análisis en un binomio que incluye la exaltación nacional y/o patriótica junto a un rechazo al globalismo, porque consideran que las extremas derechas presentan esta situación como una disyuntiva de crisis hegemónica inducida por la globalización que provoca el declive social en la mayoría de los países. En el contexto de la crisis de la globalización y las finanzas, originada en Estados Unidos y Europa, o la declinación del ciclo histórico del auge de las exportaciones de commodities en América Latina, los autores consideran que se produce una desorientación generalizada que conduce a un momento de “gran transformación”, siguiendo la terminología de Polanyi. Esa transformación consistiría en la mezcla del aumento de las incertidumbres ante las crisis encadenadas (sociales, económicas, ambientales…), con la ineficacia de los Estados porque no logran dar respuesta a las demandas sociales, con la consecuencia de un deterioro de la confianza en la democracia. En ese caldo de cultivo es donde florecen las derechas neopatriotas, como las han calificado los autores; y, a la par que nos exponen el desarrollo conceptual de este fenómeno, nos ofrecen una muestra comparada de la evolución del mismo en América Latina en los últimos años.

En el segundo capítulo, de Steven Forti, se analizan comparadamente las extremas derechas europeas, y se establecen tanto las referencias comunes y las estrategias compartidas, como las diferencias sustantivas en algunas cuestiones. Entre las cuestiones compartidas destacan la preferencia por los discursos autoritarios de ley y orden, el rechazo amplio al progresismo, un marcado nacionalismo identitario, una llamada a recuperar la soberanía nacional frente al multilateralismo y la globalización, la defensa de valores conservadores y la familia tradicional (incluyendo homofobia y antifeminismo), y, finalmente, una preocupación por la natalidad y la demografía junto a un rechazo a la inmigración, con consecuencias xenófobas y de confrontación cultural. En cuanto a las discrepancias, algunas proceden de las diferencias de origen y conexión con tradiciones fascistas anteriores, y también hay diferencias respecto a las políticas económicas entre fuerzas más claramente neoliberales y otras con connotaciones estatistas. Después, aunque compartan mayoritariamente los valores conservadores, hay algunas diferencias entre posiciones más radicales y otras más benévolas sobre temas como el aborto. Por último, hay una línea divisoria en las cuestiones geopolíticas entre los más claramente atlantistas y los que se sienten más cercanos a posiciones rusófilas.

El tercer capítulo, escrito por Pablo Stefanoni, nos explica cómo funcionan los discursos que han construido las extremas derechas para desarrollar su particular guerra cultural, en la que confrontan abiertamente con lo que ellos caricaturizan como los males del progresismo que engloban bajo el término woke. Combinando una raíz claramente reaccionaria de tradición conservadora con un decidido impulso antisistema, la intención es presentar el universo progresista como un statu quo a abatir, porque encarna todos los males que podríamos genéricamente concretar en lo que consideran la dictadura de la corrección política, y de ese modo la ultraderecha se presenta como una alternativa inconformista y transgresora. Lo más relevante y a la vez preocupante de estos supuestos nuevos movimientos es que desbordan los espacios marginales de los reaccionarios de antaño, y han conseguido conquistar el centro del mundo conservador hasta alcanzar nuevas hegemonías.

En el cuarto capítulo, Odilón Caldeira hace un amplio repaso al fenómeno del trumpismo, que tiene unos antecedentes en la radicalización del Partido Republicano con el llamado Tea Party, y ha trascendido más allá de la presidencia de Trump. Las consecuencias han sido muy importantes, tanto por las transformaciones experimentadas en el universo de los republicanos como por el ataque a las instituciones de EE. UU., con el resultado de un tensionamiento político y social de una envergadura desconocida en los tiempos recientes. Mientras tanto, en un sentido opuesto también se han manifestado con fuerza los movimientos antirracistas (Black Lives Matter) y el feminismo activo en torno a las campañas del Me Too. Todo ello ha provocado un conjunto de rupturas y de realineamientos en la sociedad norteamericana, en el contexto de unas importantes transformaciones en la estructura demográfica, así como unos relevantes cambios en la estructura económica y social del país. Asimismo, todas estas circunstancias coinciden con unos momentos donde también está en cuestión el lugar de Estados Unidos en el mundo.

En el capítulo cinco, escrito por Cecilia Güemes, se analiza el comportamiento de las nuevas derechas radicales respecto al feminismo, al que se enfrentan de una forma algo diferente respecto de las derechas tradicionales, en particular en el ámbito de los derechos sexuales y reproductivos, aunque la amalgama de posiciones es muy variada. Si bien comparten con las derechas tradicionales el rechazo al feminismo como ideología que desvirtúa el rol tradicional de la mujer —especialmente como guardiana de la familia y responsable de la reproducción social—, las actuales nuevas derechas tratan de amoldar algunos elementos como la meritocracia o la igualdad para así rechazar una supuesta victimización de la mujer por parte del feminismo actual. De ese modo, se generan unas prácticas de las nuevas derechas radicales que les permiten incorporar a las mujeres tanto en puestos de actividad política como recabando su voto, a la vez que se proclaman sensibles a las necesidades de conciliación familiar de las mujeres o al impacto negativo de la globalización, aunque siempre pensando en que hay que cuidar a las mujeres porque se consideran que son el pilar que sostiene a las familias y en sus manos está el futuro demográfico del país. Otra cuestión son los discursos sobre la seguridad, donde se empieza hablando de la importancia de poder sostener las necesidades vitales y se acaba proclamando el miedo al otro, que generalmente es extranjero y muy a menudo de otra cultura y/o religión, además de un usurpador de los bienes nacionales.

En el capítulo seis, Gisela Pereyra Doval nos explica la aparición de las nuevas derechas radicales en un contexto geopolítico dominado por mundo alterado y con importantes desequilibrios, donde de diferente forma cuestionan el orden vigente. Aunque originariamente estas fuerzas atienden fundamentalmente a las cuestiones internas y surgen imbuidas de un importante componente nacionalista, no han permanecido ajenas a los cambios en el mundo y prestan atención a las grandes crisis internacionales o a las consecuencias de las fisuras cada vez mayores que afloraron en el orden internacional liberal, como ocurrió con la crisis del 2008. Las tendencias en los alineamientos de estas derechas radicales han oscilado entre el atlantismo liderado por EE. UU. y lo que la autora denomina euroasianismo, que sería el proyecto liderado por Rusia. En ambos casos, los alineamientos no obedecen exactamente a criterios geográficos sino más bien ideológicos, culturales y civilizacionales. Además, operan tanto como una aproximación convencida y a la vez como oposición al campo rival, y en especial al liderazgo imperante en cada uno de ellos.

En el capítulo siete, a cargo de José Antonio Sanahuja y Camilo López Burian, se examinan los esfuerzos de la extrema derecha y en algunos aspectos también del Partido Popular en calidad de mentor ideológico por reverdecer formas tradicionales en la relación de España con América Latina. Para ello se recurre a la recuperación de conceptos como la Hispanidad o las nuevas aportaciones de Vox con la noción de la Iberosfera; todo ello inmerso en el contexto del auge del nacionalismo identitario y de las guerras culturales contra las fuerzas progresistas, a las que se acusa abiertamente de bolivarianas y/o socialcomunistas. Recurriendo a un discurso reaccionario de la hispanidad, transportado directamente del pasado, se quieren confrontar los nuevos debates propuestos por las fuerzas progresistas, tanto sobre la crítica al colonialismo como sobre la actualización de unas relaciones de una forma más horizontal y acorde a los tiempos democráticos. Mediante una lectura revisionista del pasado colonial, tanto el PP como la extrema derecha vuelven a reivindicar la conquista española de América como una acción civilizadora o confronta otros tópicos como la Leyenda Negra. Finalmente, a través de la noción de Iberosfera, Vox pretende alcanzar una alianza entre las extremas derechas de España y América Latina bajo el prisma de la Hispanidad, con la intención de confrontar los intentos de la Comunidad Iberoamericana por instaurar una relación más democrática y multilateral.

Por último, en el capítulo octavo David Nemer estudia la desinformación mediante la amplia distribución indiscriminada de fake news, fundamentalmente a través de las redes sociales; los analiza, pues, como dos fenómenos interconectados que han reducido la influencia de los medios tradicionales y así han facilitado el auge de las extremas derechas. A partir del ejemplo del uso de WhatsApp, que facilitó la elección presidencial de Bolsonaro y permitió un ejercicio engañoso de gobierno en Brasil, analiza este caso comparadamente con otros procesos de radicalización como la elección de Trump en EE. UU. o el Brexit; estos dos últimos casos se viralizaron mensajes a través de Facebook, lo que muestra la importancia que tuvieron estos fenómenos de distribución extensa e indiscriminada de desinformación en el avance político y electoral de estas fuerzas de extrema derecha. No obstante, el autor aprecia diferencias de actuación en función de la red social empleada, pues mientras en el caso de Facebook el ejercicio viral se hizo con un control piramidal a través cámaras de eco construidas mediante algoritmos, en el caso de WhatsApp en Brasil la viralización se produjo mediante la creación de comunidades que contaban con una importante infraestructura humana de influenciadores y partidarios de Bolsonaro que controlaban de forma coordinada la organización y el flujo de mensajes, y así se lograron multiplicar de una forma más horizontal los grupos que colaboraron en la distribución de la desinformación.

3 /

2024

Señores políticos:

impedir una guerra

sale más barato

que pagarla.

Gloria Fuertes
Poema «Economía»

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