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Europa Laica

https://laicismo.org/europa-laica-considera-anacronicos-y-discriminatorios-los-indultos-religiosos-de-semana-santa/292106

El Gobierno de España, sólo por trasnochada tradición y sin que ninguna ley le obligue, ha vuelto a conceder indultos extraordinarios a personas presas (seis), a petición de distintas hermandades y cofradías católicas.

Estos indultos religiosos vulneran al menos dos principios democráticos y constitucionales: la aconfesionalidad del Estado (neutralidad religiosa), y el principio de igualdad entre personas sin distinción de religión.

El Gobierno de España proporciona protagonistas para ritos religiosos de Semana Santa. Las distintas cofradías compiten por tener “su preso” (da caché). Se suele anunciar y organizar una representación especial para hacer que la procesión destaque sobre las demás.

Para obtener el indulto los reclusos han tenido que ser propuestos por las cofradías, tras comprometerse a protagonizar la procesión, discriminando, claramente, a presos no católicos. También, es buen incentivo para que los capellanes de prisiones puedan aumentar su número de fieles esperando una futura recompensa.

En fin, un verdadero disparate democrático para contentar a lobbies ultraconservadores. Avergüenza que prácticas que parecen del medievo permanezcan en la sociedad del siglo XXI que se dice igualitaria y aconfesional… gobernada, además, por una coalición “progresista”.

Desde Europa Laica exigimos al Gobierno de España que cumpla con la aconfesionalidad y la igualdad que contempla nuestra carta magna, se cancelen los acuerdos Iglesia-Estado y se dejen de conceder privilegios a una confesión religiosa que discrimina y segrega a la población reclusa y a toda la ciudadanía.

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2024

La diferencia fundamental [de la cultura obrera] con la cultura de los intelectuales que tan odiosa me resultaba es el principio de modestia. El militante obrero, el representante obrero, aunque sea culto, es modesto porque, se podría decir, reconoce que existe la muerte, como la reconoce el pueblo. El pueblo sabe que uno muere. El intelectual es una especie de cretino grandilocuente que se empeña en no morirse, es un tipo que no se ha enterado que uno muere, e intenta ser célebre, hacerse un nombre, destacar… esas gilipolleces del intelectual que son el trasunto ideal de su pertenencia a la clase dominante.

Manuel Sacristán Luzón
M.A.R.X, p. 59

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