La política electoral, si bien no debe desestimarse, no puede ubicarse en el centro de ninguna acción política radical seria, orientada a cambiar las instituciones que sustentan el sistema político, desmantelar las ideologías hegemónicas y fomentar el tipo de conciencia de masas en que habría de basarse un cambio social y político desesperadamente necesario.
Steven Forti (ed.)
Mitos y cuentos de la extrema derecha
Los Libros de la Catarata,
Madrid,
2023,
188 págs.
Francesc Bayo
El libro Mitos y cuentos de la extrema derecha ha sido publicado por Catarata con el patrocinio de la Fundación 1.º de Mayo. El volumen ha sido coordinado por Steven Forti, quien ya nos aportó hace un par de años un ensayo titulado Extrema derecha 2.0. Qué es y cómo combatirla, y en él se recoge el trabajo de varios investigadores e investigadoras que han tratado diferentes ámbitos donde se ha expresado la impronta ultra de Vox. Todos los autores y autoras siguen un hilo conductor común sobre las mentiras que expanden las extremas derechas, que da pleno sentido y cohesión a todas las exposiciones, y además muestran varios ejemplos muy clarificadores de todas las falacias desplegadas por los ideólogos y activistas de ese partido.
En el primer capítulo, del propio Forti, se presenta una síntesis de la evolución de las extremas derechas y en ese contexto se expone la situación de Vox, un partido surgido de un desgajamiento de la derecha española de toda la vida, actualmente representada en el PP. Entre sus características se resaltan el nacionalismo exacerbado, su orientación ultraliberal en economía, mientras que sus valores son ultraconservadores y en la política exterior muestran una clara inclinación atlantista pro-EE. UU. y la OTAN. En toda esta amalgama se cuece la versión española de las nuevas extremas derechas que imperan en el resto de Europa y otras partes del mundo.
En el segundo capítulo, de Anna López Ortega, se analizan las consecuencias del desamparo provocado a las clases trabajadoras debido al auge del neoliberalismo y una globalización que destruyó no sólo empleos, sino también formas de articular unas vidas. El resultado ha sido la aparición de grandes capas de la población que no han logrado readaptarse a las nuevas condiciones impuestas por el desarrollo de un individualismo extremo e insolidario, y una de las derivas ha sido el cultivo de un gran resentimiento por parte de la extrema derecha que en buena medida se canalizó por el odio a los inmigrantes. Además, en este contexto Vox ha desarrollado innumerables bulos y noticias falsas para intentar atraer a su seno a la gente desencantada y también algo desnortada.
En el capítulo tercero, de Nuria Alabao, se examina el eje demografía, familia y género que constituye otra de las perversas construcciones ideológicas de las extremas derechas, y además acostumbran a aprovechar este ámbito para descargar sus fobias contra la inmigración con falsas teorías como la del gran reemplazo. También, partiendo de la aversión al Estado que proclaman los ideólogos del neoliberalismo, desde Vox reclaman un papel primordial para la familia patriarcal tradicional mal llamada “natural” y a partir de ahí cargan contra los avances y logros del feminismo o de las luchas por los derechos LGTBI.
En el capítulo cuarto, escrito por José Antonio Sanahuja y Camilo López Burian, se pone el acento en la construcción ideológica por parte de Vox de un nacionalismo español anclado en mitos históricos arcaicos, y contrario a un globalismo difuso que viene a ser una representación de todos los males externos que acechan a la patria. Por otro lado, Vox pretende generar una proyección hacia el mundo latinoamericano, que ellos denominan Iberosfera, mediante un tipo de vinculación trufada de mitologías nostálgicas y con un carácter prácticamente neoimperial.
El capítulo quinto, escrito por Zira Box y Jesús Casquete, abunda en el relato histórico plagado de gestas y de épica que ha construido Vox para desplegar la batalla por la hegemonía cultural. Para ello se exalta la concepción esencialista de la nación para contraponerla a las supuestas amenazas desintegradoras internas que no tienen en cuenta los grandes momentos épicos de la construcción de la patria, generalmente situados en un pasado remoto difícil de constatar y pocas veces en la historia contemporánea, que además se ha falseado con un relato absolutamente partidista en pro de las posiciones de extrema derecha. También se pretenden conjurar las amenazas externas que generalmente se focalizan en el entorno europeo comunitario.
El capítulo sexto ha sido escrito por Adoración Guamán y Joaquín Pérez Rey, y en él se explica la incursión de Vox en el mundo del trabajo con la creación de un sindicato propio que hasta el momento ha tenido una escasa capacidad de afiliación. Con todo, la principal intención es amplificar la resonancia de la ideología de la extrema derecha entre los trabajadores, en particular el modelo paternalista, antifeminista y corporativista heredero de los tiempos del sindicalismo fascista, que en esta ocasión se recrea con una adaptación a la realidad del momento.
En el capítulo séptimo, escrito por Guillermo Fernández-Vázquez, se analiza la campaña de Vox para conquistar el mundo rural y ese espacio que se ha denominado la “España interior”. Para ello desde Vox explotan una burda confrontación con una caricatura del mundo urbano y cosmopolita, al que falsamente se acusa de haber olvidado o, incluso aún peor, de haber despreciado la importancia de la economía agrícola y ganadera, así como la vida de la gente del campo. Igualmente, Vox utiliza un populismo tradicionalista para apropiarse de la voz de la gente del campo y también lo confronta con la transición ecológica, a la que acusa de abandono de los intereses rurales en favor de las ciudades.
Por último, en el capítulo octavo, que firman Marina Muñoz Spanu y Javier de la Casa Sánchez, se muestran las reacciones ideológicas de la extrema derecha frente a la crisis climática y ecológica. Los postulados iniciales de Vox eran claramente negacionistas y plagados de mentiras, pero con el tiempo se han querido presentar como una supuesta alternativa a los que ellos acusan de “ecologistas radicales”. También se han querido presentar como los verdaderos conservacionistas postulándose como los únicos seguidores de un “patriotismo verde” en beneficio de los españoles. En definitiva, Vox ha ido propagando una serie de mitos y mentiras entorno a estas temáticas con el objetivo de confrontar y desacreditar a los ecologistas y a la izquierda en general.
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