La diferencia fundamental [de la cultura obrera] con la cultura de los intelectuales que tan odiosa me resultaba es el principio de modestia. El militante obrero, el representante obrero, aunque sea culto, es modesto porque, se podría decir, reconoce que existe la muerte, como la reconoce el pueblo. El pueblo sabe que uno muere. El intelectual es una especie de cretino grandilocuente que se empeña en no morirse, es un tipo que no se ha enterado que uno muere, e intenta ser célebre, hacerse un nombre, destacar… esas gilipolleces del intelectual que son el trasunto ideal de su pertenencia a la clase dominante.
María Ángeles Maeso
Andar
¡Es tan distinto
imaginar el cielo
a despertar de súbito
en él!
(Emily Dickinson)
Si hubo una quimera,
ya sabrá la flor qué hacer
con lo robado al fuego.
Sucede así.
En el principio no fue el verbo: Tú,
sin nombre. Yo, en silencio.
Si en los contenedores de la primera
persona del singular
hubo una quimera,
tendrá que empezar algo, un dedo,
un hombro, un paramecio,
un grano, un poco de relámpago.
Querida primera persona del plural:
si hubo una quimera,
tendrá que haber sendero.
De: Basura mundi (2008)
30 /
12 /
2023