Skip to content

Pablo Neruda

Los enemigos

Ellos aquí trajeron los fusiles repletosde pólvora, ellos mandaron el acerbo exterminio,ellos aquí encontraron un pueblo que cantaba,un pueblo por deber y por amor reunido,y la delgada niña cayó con su bandera,y el joven sonriente rodó a su lado herido,y el estupor del pueblo vio caer a los muertoscon furia y con dolor.Entonces, en el sitiodonde cayeron los asesinados,bajaron las banderas a empaparse de sangrepara alzarse de nuevo frente a los asesinos.Por esos muertos, nuestros muertos,pido castigo.Para los que de sangre salpicaron la patria,pido castigo.Para el verdugo que mandó esta muerte,pido castigo.Para el traidor que ascendió sobre el crimen,pido castigo.Para el que dio la orden de agonía,pido castigo.Para los que defendieron este crimen,pido castigo.No quiero que me den la manoempapada con nuestra sangre.Pido castigo.No los quiero de embajadores,tampoco en su casa tranquilos,los quiero ver aquí juzgadosen esta plaza, en este sitio.Quiero castigo.

De: Canto general (1950)

30 /

8 /

2023

La principal conversión que los condicionamientos ecológicos proponen al pensamiento revolucionario consiste en abandonar la espera del Juicio Final, el utopismo, la escatología, deshacerse del milenarismo. Milenarismo es creer que la Revolución Social es la plenitud de los tiempos, un evento a partir del cual quedarán resueltas todas las tensiones entre las personas y entre éstas y la naturaleza, porque podrán obrar entonces sin obstáculo las leyes objetivas del ser, buenas en sí mismas, pero hasta ahora deformadas por la pecaminosidad de la sociedad injusta.

Manuel Sacristán Luzón
Comunicación a las jornadas de ecología y política («mientras tanto», n.º 1, 1979)

+