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Fernando González García

Lápiz sobre papel

Ahí está la casa

—tejado a dos aguas, cuatro paredes—

dibujada en la hoja

 

rugosa del deseo.

A donde nunca vivimos regreso,

el trazo en líneas claras,

 

casi del todo rectas.

Negras vigas apuntalando el blanco,

vigilando el temblor.

25 /

6 /

2023

La diferencia fundamental [de la cultura obrera] con la cultura de los intelectuales que tan odiosa me resultaba es el principio de modestia. El militante obrero, el representante obrero, aunque sea culto, es modesto porque, se podría decir, reconoce que existe la muerte, como la reconoce el pueblo. El pueblo sabe que uno muere. El intelectual es una especie de cretino grandilocuente que se empeña en no morirse, es un tipo que no se ha enterado que uno muere, e intenta ser célebre, hacerse un nombre, destacar… esas gilipolleces del intelectual que son el trasunto ideal de su pertenencia a la clase dominante.

Manuel Sacristán Luzón
M.A.R.X, p. 59

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