La política electoral, si bien no debe desestimarse, no puede ubicarse en el centro de ninguna acción política radical seria, orientada a cambiar las instituciones que sustentan el sistema político, desmantelar las ideologías hegemónicas y fomentar el tipo de conciencia de masas en que habría de basarse un cambio social y político desesperadamente necesario.
Tica Font
¿Tanques para la paz?
El debate de estos días parece centrarse en los tanques Leopard de patente alemana. Se nos vende la idea que estos tanques son imprescindibles para que Ucrania pueda ganar la guerra a Rusia: parece ser que hay consenso político entre los gobiernos de Estados Unidos, Reino Unido y de la Unión Europea que sin esos tanques no habrá victoria.
¿De verdad alguien cree que esta guerra acabará en victoria o derrota? Hace décadas que las guerras se acaban con acuerdos de alto el fuego y acuerdos de paz; las guerras ya no acaban en victorias militares. Esta guerra acabará en acuerdos, primero con un alto el fuego y luego con unos acuerdos de paz. Unos pactos que irán más allá de Rusia y Ucrania, estos acuerdos tendrán que estar refrendados por Estados Unidos, Reino Unido, la Unión Europa, la OTAN y también China. El trabajo importante y urgente que llevar a cabo es iniciar negociaciones, plantear salidas airosas a todos los ciudadanos de Rusia y Ucrania, que todos ganes alguna cosa y que todos cedan alguna otra. Eso es lo más urgente para acabar con el desastre de la guerra.
¿Alguien cree que gracias a estos tanques se derrotará a Rusia? Los medios de comunicación nos dicen eso: «sin tanques Leopard no habrá victoria». Nos dicen que el gobierno de Zelenski necesita tanques para vencer militarmente al ejército ruso, nos dicen que gracias a los tanques Leopard la guerra puede ganarla Zelenski. Afirmación muy especulativa. Los tanques fueron un arma innovadora durante la Segunda Guerra Mundial: podían cruzar las trincheras y avanzar sin ser vulnerables a las armas existentes en aquel momento. Los tanques actuales son muy distintos. Cada modelo presenta blindajes mayores, pero estos tanques también tienen vulnerabilidades: pueden ser atacados por drones en la parte superior, la parte más débil; deben ir acompañados de despliegues de avanzadilla y otros vehículos laterales aún más vulnerables. Por otra parte, los militares ucranianos necesitan formación y adiestramiento en su uso, en las tecnologías con las que están dotados y en su mantenimiento. Si estos tanques tendrán o no un papel relevante en el devenir de la guerra lo sabremos pasados unos años: veremos qué armas han sido más eficientes, si los tanques o los drones o misiles con inteligencia artificial.
El gobierno Zelenski pide que se le manden un mínimo de 300 tanques, pues el frente de batalla es muy extenso. De momento Alemania mandará unos 14, Reino Unido mandará otros 14 del modelo Challenger 2 y Estados Unidos un número similar del modelo Abrams. España ha anunciado que mandará no sabemos cuántos y se supone que Polonia y los países bálticos mandaran más Leopard. De momento no parece que vayan a llegar tantos como pide Zelenski. En segundo lugar, llegarán modelos distintos y los militares ucranianos no están familiarizados en su manejo. De los que España mandará parece ser que son modelos Leopard antiguos, comprados de segunda mano a Alemania, que ya están en desuso (dígase que están para desguace); por eso la ministra Robles dice que hay que hacer una puesta a punto para que puedan funcionar. Con ello el Ministerio de Defensa hace limpieza de material militar obsoleto y de paso pasa la factura a la Unión Europea para que lo pague de los Fondos Europeos para la Paz. Finalmente, parece que llegarán entre primavera y otoño de 2023. Ergo, parece ser que todos creen que la guerra se alarga todo este año.
De momento es dudosa la utilidad de estos tanques, por número y por dificultad tecnológica de uso. Pero hay que añadir otro riesgo: que estas armas, que son de carácter ofensivo, pueden ser interpretadas como una injerencia de la OTAN en la guerra, como que la OTAN se involucra en el combate y por tanto que Putin decidiera ampliar los ataques a territorios de fuera de Ucrania. En otro orden de consideración, cabe reparar en que Rusia es nuestro vecino y acabada la guerra será conveniente restablecer relaciones de vecindad.
La última consideración es de carácter simbólico. La población rusa fue la que más víctimas tuvo durante la Segunda Guerra Mundial: entre 27 y 37 millones de personas. En el recuerdo de la población rusa está muy presente el ataque alemán. Estos tanques Leopard, en el imaginario social, representan que Alemania ataca nuevamente a Rusia. ¿Alguien cree que Putin no utilizará esos resortes en forma de publicidad a su favor?
¿Por qué apostamos tan fuertemente por las armas y no por el diálogo y la diplomacia? Los tanques no construyen paz, solamente comportan destrucción y muerte.
[Fuente: Público. Tica Font es miembro del Centre Delàs y WILPF España]
25 /
1 /
2023