La diferencia fundamental [de la cultura obrera] con la cultura de los intelectuales que tan odiosa me resultaba es el principio de modestia. El militante obrero, el representante obrero, aunque sea culto, es modesto porque, se podría decir, reconoce que existe la muerte, como la reconoce el pueblo. El pueblo sabe que uno muere. El intelectual es una especie de cretino grandilocuente que se empeña en no morirse, es un tipo que no se ha enterado que uno muere, e intenta ser célebre, hacerse un nombre, destacar… esas gilipolleces del intelectual que son el trasunto ideal de su pertenencia a la clase dominante.
Judith Wright
Australia 1970
Mueres, oh tierra salvaje, como el águila,
peligrosa hasta el último suspiro,
que atacando, clava sus garras. Mueres
maldiciendo a tu captor con mirada enfurecida.
Mueres como la víbora
que silba un odio tan puro de su dolor
que llena los sueños del asesino
de miedo como la mancha invasora del suicida.
Sufres, tierra salvaje, como la acacia excelsa
que agrieta la cortante pala excavadora.
Veo tu suelo lleno de vida decaer con los árboles
hasta una desnudez de pobreza.
Mueres como la hormiga soldado
indiferente mas fiel a tu millón de años.
Aunque te corrompamos con ideas torturantes,
sé obstinada: tú sigue siendo ciega.
Somos vencedores, y envenenadores,
más que el escorpión y la serpiente,
mas del veneno que fabricamos, morimos,
mientras tú, tierra, mueres a nuestras manos.
Alabo pues a la sequía que tantas muescas deja, a tu polvareda,
al arroyo moribundo, al animal furioso,
porque todavía nos desafían.
Nos arruina la cosa misma que matamos.
Versión de Jorge Salavert Pinedo
Fuente: https://webs.ucm.es/info/especulo/numero35/poecoaus.html
[Judith Wright (1915-2000) fue una poeta, ambientalista y defensora de los derechos de los aborígenes australianos]
30 /
11 /
2022