Sabíamos que las bibliotecas están llenas de tratados de ciencia política que, pese a sus diferentes tendencias, coinciden en considerar oro de ley el dictum aristotélico según el cual «para ser humano hay que tener polis». Lo que faltan son estantes que recojan lo que han dicho y pensado quienes se sitúan al margen y son marginados, ya por convicción, ya por imposición.
Òscar Guasch (ed.)
Salir del armario en la Universidad
Edicions Bellaterra,
Barcelona,
2022,
230 págs.
Antonio Giménez Merino
Este libro colectivo, debido a la audacia de Òscar Guasch, constituye una importante aportación para dar visibilidad a los mecanismos de discriminación que conforman la persistente y multifacética estructura sexista de nuestra sociedad. Como señala uno de sus autores, “no se lucha contra lo que no se ve”.
A partir de su propia vivencia de la homofobia (que no es solamente externa, sino que como todas las discriminaciones presenta una faz interna, introyectada socialmente en quienes la padecen), trece profesores de universidad reflexionan sobre el conjunto más amplio de reglas no escritas, pero efectivas, determinantes del status interno que cada cual ocupa en el nicho académico más allá de sus logros objetivos.
El resultado es que al capital social influyente en el acceso y la promoción dentro de los cuerpos docentes de la universidad (las redes familiares y de vasallaje) vienen a unirse otros factores excluyentes como el clasismo (muy significadamente) y el sexismo. En este sentido, el libro no es tanto un nuevo ejercicio sobre el significado de la identidad como el modo en que ésta se convierte en un factor relevante dentro de los procesos sociales y culturales de jerarquización social. Desenmascararlos supone un paso necesario para la construcción de otras normas sociales menos desiguales y hacer esto desde el lado de la homofobia descubre al mismo tiempo la centralidad que tiene el análisis de las masculinidades para las políticas de igualdad.
28 /
11 /
2022