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Wisława Szymborska

Somos hijos de la época,

la época es política.

Todos tus asuntos, los nuestros, los vuestros;

asuntos diurnos, asuntos nocturnos,

son asuntos políticos.

Quieras o no quieras,

tus genes tienen un pasado político;

la piel, un matiz político;

los ojos, un aspecto político.

Lo que dices, así suena,

lo que callas, también suena,

de cualquier forma, político.

Caminando por el bosque, por la selva,

son políticos tus pasos

sobre un fundamento político.

Los poemas apolíticos son políticos también,

y arriba brilla la Luna,

un objeto no lunático.

Ser o no ser, ésa es la cuestión.

Qué pregunta, contéstame, cariño.

Una pregunta política.

No es necesario siquiera que seas un ser humano

para cobrar importancia política.

Es suficiente que seas petróleo,

forraje o materia reciclada.

O una mesa de debates sobre cuya forma

se ha discutido varios meses:

¿dónde negociaremos sobre la vida y la muerte?,

¿en una redonda o en una cuadrada?

Mientras tanto, ha muerto gente,

han muerto animales,

han ardido casas,

y se han perdido campos de cultivo,

como en los tiempos antiguos,

y menos políticos.

En: Poesía no completa

Fondo de Cultura Económica, Ciudad de México, 2002

Traducción de Abel Murcia

30 /

05 /

2022

La principal conversión que los condicionamientos ecológicos proponen al pensamiento revolucionario consiste en abandonar la espera del Juicio Final, el utopismo, la escatología, deshacerse del milenarismo. Milenarismo es creer que la Revolución Social es la plenitud de los tiempos, un evento a partir del cual quedarán resueltas todas las tensiones entre las personas y entre éstas y la naturaleza, porque podrán obrar entonces sin obstáculo las leyes objetivas del ser, buenas en sí mismas, pero hasta ahora deformadas por la pecaminosidad de la sociedad injusta.

Manuel Sacristán Luzón
Comunicación a las jornadas de ecología y política («mientras tanto», n.º 1, 1979)

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