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Denise Levertov

Los golpeadores

 

Un hombre sentado junto a la cama

de una mujer a quien golpeó,

cura sus heridas,

suavemente palpa los moretones.

La sangre forma un charco a su alrededor,

se oscurece.

Atónito, se da cuenta que ha comenzado

a quererla. Siente terror.

¿Por qué nunca había

visto, antes, lo que era?

¿Y si deja de respirar?

 

Tierra, ¿será que no podemos amarte

a menos que creamos que el fin se aproxima?

¿Que no creamos en tu vida

a menos que pensemos que agonizas?

 

 

La certeza

 

Han perfeccionado los medios de destrucción,

la ciencia abstracta casi visiblemente brilla,

tan refinadamente pulida. Armas inmateriales

que nunca nadie podría tener en las manos

se abren paso por la oscuridad, atraviesan grandes

distancias,

introduciéndose por laberintos hasta llegar

a blancos que son conceptos.

 

Pero una antigua certeza

se mantiene: la guerra

significa sangre que se derrama de los cuerpos vivos,

significa extremidades cortadas, ceguera, terror,

significa duelo, agonía, huérfanos, hambruna,

prolongada desdicha, permanente resentimiento y odio y culpa,

significa todo esto multiplicado, multiplicado,

significa muerte, muerte, muerte y muerte.

 

 

De: Evening Train, 1992

Traducción de Cynthia Mansfield

Fuente: www.omegalfa.es

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2022

¿Cómo viven los vivos con los muertos? Hasta que el capitalismo deshumanizó a la sociedad, todos los vivos esperaban la experiencia de la muerte. Era su futuro final. Los vivos eran en sí mismo incompletos. De esa forma vivos y muertos eran interdependientes. Siempre. Sólo una forma de egotismo extraordinariamente moderna rompió esa interdependencia. Con consecuencias desastrosas para los vivos, ahora pensamos en los muertos en términos de los eliminados.

John Berger
Doce tesis sobre la economia de los muertos (1994)

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