La política electoral, si bien no debe desestimarse, no puede ubicarse en el centro de ninguna acción política radical seria, orientada a cambiar las instituciones que sustentan el sistema político, desmantelar las ideologías hegemónicas y fomentar el tipo de conciencia de masas en que habría de basarse un cambio social y político desesperadamente necesario.
Comunicado ante la escalada militar en la guerra de Ucrania
El recurso de utilizar la violencia armada por parte de Putin es absolutamente condenable. Rusia debe poner fin de inmediato a la ofensiva militar que ha emprendido en Ucrania, que solo beneficiará a los intereses geopolíticos del Kremlin.
La pacificación del conflicto solo será posible con la contribución de todas las partes implicadas en el conflicto de Ucrania, ya que, como estamos viendo, la respuesta política europea no ha estado a la altura de las circunstancias, así como ha estado subordinada a la de la OTAN, liderada por Estados Unidos, quien no tiene la misma dependencia mutua, ni los mismos intereses políticos, económicos, sociales y culturales que Europa, a quien un conflicto armado en Ucrania no impacta de la misma manera. A Estados Unidos, incluso puede llegar a beneficiar económica y políticamente.
Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, en este conflicto ha tenido un rol mucho más relevante que el de Josep Borrell, alto representante de política exterior de la UE. Por otro lado, el Gobierno de España, debería haber llevado a cabo un papel más activo en la solución del conflicto utilizando todos los recursos diplomáticos posibles y no subordinarse a los intereses de la geopolítica de Estados Unidos a través de la OTAN.
El mantra del tan manido argumento del balance calculado entre la diplomacia y la disuasión no ha sido el adecuado. Desconocemos qué se ha hablado exactamente y qué relevancia ha tenido la diplomacia en el conjunto de las conversaciones. Pero sí conocemos el ámbito de lo público, de los medios de comunicación hegemónicos, y que en estos ha prevalecido la retórica de la amenaza, con sanciones, priorizando ese horizonte y relegando a un lugar menor las muchas maneras de canalizar este conflicto con formas más pacíficas y menos belicistas. Esto es posible a través de la negociación, sacrificando intereses particulares, que no deberían haber sido otros que el evitar a toda costa la guerra.
La guerra tendrá consecuencias dramáticas para la población ucraniana, pero también para toda la población europea, incluida la de Rusia. Serán esas personas quienes, verdaderamente, asumirán las consecuencias de instrumentalizar el músculo militar y la guerra en beneficio de juegos geopolíticos ajenos.
Propuestas para un alto el fuego y una desescalada militar en Ucrania:
- Reconducir el conflicto a la vía diplomática, también en su visibilidad pública. Europa debe recuperar el diálogo político, activando los mecanismos políticos de la UE y los Estados miembro, incorporando a las principales potencias europeas a la consecución de un renovado acuerdo de paz para Ucrania y la construcción de un acuerdo de Seguridad Común para Europa.
- Avanzar hacia la creación de una zona libre de armas nucleares, de manera inmediata en la región en conflicto, pero con ánimo de conseguir una Europa desnuclearizada que no pueda ser percibida por nadie como una amenaza, y exigir la misma respuesta en el resto de países y regiones nuclearizadas. En la misma línea, todas las partes deben descartar categóricamente la entrada de armas nucleares en el conflicto, tanto físicamente en Ucrania como estratégicamente en las maneras de abordarlo.
- Abandonar la vía OTAN, que persigue una mayor expansión de sus capacidades militares hacia el Este de Europa, la preponderancia de la estrategia de la disuasión militar ante el conflicto en Ucrania, incluyendo un proceso de desmantelamiento del escudo antimisiles y de todos los sistemas de armamento que puedan derivar en una escalada militar o carrera armamentista.
- Descartar cualquier tipo de sanción que pueda causar, directa o indirectamente, un daño indiscriminado a las poblaciones de los países afectados por la crisis. Cualquier sanción impuesta debería contar expresamente con los criterios para su levantamiento, y esos criterios deben incluir la viabilidad y la temporalidad, y anteponer la precaución en cuanto al daño a las personas sobre el beneficio geopolítico.
- Fortalecer la relación de interdependencia entre Europa y Rusia, ya que existe una relación de dependencia económica, especialmente energética, a la que hay que sumar vínculos sociales, políticos y culturales, que pueden reducir la probabilidad de una mayor escalada bélica.
[Fuente: Centre Delàs d’Estudis per la Pau]
24 /
2 /
2022