La diferencia fundamental [de la cultura obrera] con la cultura de los intelectuales que tan odiosa me resultaba es el principio de modestia. El militante obrero, el representante obrero, aunque sea culto, es modesto porque, se podría decir, reconoce que existe la muerte, como la reconoce el pueblo. El pueblo sabe que uno muere. El intelectual es una especie de cretino grandilocuente que se empeña en no morirse, es un tipo que no se ha enterado que uno muere, e intenta ser célebre, hacerse un nombre, destacar… esas gilipolleces del intelectual que son el trasunto ideal de su pertenencia a la clase dominante.
La insignificancia y la imaginación
Trotta,
Madrid,
138 págs.
La insignificancia y la imaginación
Xavier Pedrol
Las cinco conversaciones que reúne este volumen son un botón de muestra de las ideas y preocupaciones de Cornelius Castoriadis, cuya obra constituye una de las mejores aportaciones a la reflexión política y sobre la democracia. El lector puede obtener a través de estos diálogos que Castoriadis mantiene con diferentes interlocutores, provenientes de diversos ámbitos del saber, una idea de las condiciones y dimensiones de lo que Castoriadis denomina «el proyecto de autonomía», eje alrededor del cual se desarrolla toda su obra. El libro resulta también útil cuando menos para estimular la reflexión y tiene la ventaja añadida de brindar en notas al pie acertadas sugerencias de lectura para proseguirla. En conjunto, pues, estos diálogos permiten un acercamiento al filosofar característico de Castoriadis. Su pensamiento abierto y crítico supone la apertura de nuevas interrogaciones o la vuelta sobre lo que ya habíamos pensado, exigiéndonos una nueva reflexión. Y esto es indudablemente lo mejor que nos puede ofrecer un autor.
Xavier Pedrol
3/2003
3 /
2003