En esta aceptación de una ciudadanía difusa, y por tanto aparentemente de un poder difuso, se sitúa la realidad, no visible pero inmediatamente operante, de una serie de oligarquías vinculadas al dinero, al poder, a posiciones que no son inmediatamente de ventaja económica pero que son de todos modos de ventaja social. Estas varias oligarquías dirigen, por decirlo así, la cosa pública situándose detrás del escenario, y por último, en la realidad más cercana a nosotros, incluso se deslocalizan lejos geográficamente, de modo que no resultan alcanzables por una puesta en cuestión directa, que en cambio es característica de los conflictos en los Estados nacionales. Se trata, por tanto, de una situación muy difícil, en cuanto que los dos planos solamente se encuentran en el análisis: el conflicto político visible se da entre fuerzas que se saben dependientes de quien realmente detenta el poder. La consciencia de esto es ya importante, es un paso adelante respecto a la sumisión inconsciente.

Número 43 de enero de 2007
Notas del mes
Air Madrid: el sueño de los vuelos baratos
Por Albert Recio Andreu
Sobre la Ley de la Memoria Histórica
Por Xavier Domènech
Comentarios en la muerte de Pinochet
Por Albert Recio Andreu
El Bloc de Notas de las Navideñas Navidades
Por Juan-Ramón Capella
De otras fuentes
Sobre la Feria internacional del libro de Venezuela
Francisco Fernández Buey
La Biblioteca de Babel
Enric Prat / Carme Magallón
La CIA en España. Espionaje, intrigas y política al servicio de Washington
Alfredo Grimaldos