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Buenas noches, y buena suerte

Estados Unidos,

Aureli del Pozo

El segundo film de George Clooney como director narra una historia de confrontación entre la verdad y el poder, entre la libertad de expresión y la censura y entre los valores morales y las cuotas de pantalla. Concretamente, se analiza la disputa que tuvo el periodista de la CBS Edward R. Murrow (interpretado por un magistral David Strathairn) con el senador Joseph McCarthy a raíz de la particular caza de brujas anticomunista de éste. El hecho en cuestión se erige como la excusa perfecta para que la película analice el funcionamiento de un noticiario por dentro, es decir, el trabajo diario de un grupo de periodistas profesionales con un método de selección de noticias, unos determinados enfoques dependiendo de la información que se transmita, una documentación como base… y, sobre todo, con unas consecuencias fatídicas ante el enfrentamiento con el poder político, del que se depende en buena medida a base de subvenciones y publicidad.

De esta forma, estamos ante una película valiente, clara y necesaria. Y es que, tras el visionado de Buenas noches, y buena suerte, uno se para a pensar si realmente el término “sociedad de la información” es el adecuado para referirnos a la sociedad del siglo XXI.

3 /

2006

Mas no por ello ignoramos
que también el odio contra la vileza
desencaja al rostro,
que también la cólera contra la injusticia
enronquece la voz. Sí, nosotros,
que queríamos preparar el terreno a la amistad
no pudimos ser amistosos.

Bertolt Brecht
An die Nachgeborenen («A los por nacer»), 1939

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