En esta aceptación de una ciudadanía difusa, y por tanto aparentemente de un poder difuso, se sitúa la realidad, no visible pero inmediatamente operante, de una serie de oligarquías vinculadas al dinero, al poder, a posiciones que no son inmediatamente de ventaja económica pero que son de todos modos de ventaja social. Estas varias oligarquías dirigen, por decirlo así, la cosa pública situándose detrás del escenario, y por último, en la realidad más cercana a nosotros, incluso se deslocalizan lejos geográficamente, de modo que no resultan alcanzables por una puesta en cuestión directa, que en cambio es característica de los conflictos en los Estados nacionales. Se trata, por tanto, de una situación muy difícil, en cuanto que los dos planos solamente se encuentran en el análisis: el conflicto político visible se da entre fuerzas que se saben dependientes de quien realmente detenta el poder. La consciencia de esto es ya importante, es un paso adelante respecto a la sumisión inconsciente.

Número 19 de noviembre de 2004
Notas del mes
Llamamiento de la Asamblea de Movimientos Sociales
Por Juan-Ramón Capella
Matrimonio canónico de homosexuales
Por Juan-Ramón Capella
Petróleo, coches, mercados, política
Por Albert Recio Andreu
Por Juan-Ramón Capella
Josep Serradell, "Román", ha fallecido
Por La redacción
La Biblioteca de Babel
Rubén Gallego
Isaac Rosa
El nuevo orden americano. Textos básicos
C. Alarcón y R. Soriano
Economistas contra la democracia. Los intereses inconfesables de los falsos expertos de la economía
Jacques Sapir