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Galina Rymbu

Poesía Feminista: 3

 

En mi ovario vive un monstruo

en mi ovario vive un monstruo; complejo, pero formado de simples tejidos

embrionarios. se hace sentir en la noche,

y me despierto, y me quiero hacer algo.

 

si confiara en que se puede luchar una vez muerta,

mi pequeño gemelo, crecido en un pequeño órgano,

sería libre en la tierra o en la ceniza orgánica…

 

creo que se nos permite acariciar las piedras y detener la mirada sobre los árboles

solo cuando ya no estamos.

 

el tiempo calla, ensimismado.

y la avenida Kosmicheskiy resuena tras la ventana,

escupiendo borrachos en los sucios senderos. Yo sueño

que mi pecho se pudre y que finalmente me he convertido en una mujer…

 

y que todos los animales del mundo dejan que los acaricie.

 

antes del sueño mi hijo me iluminó el vientre con la linterna del teléfono móvil.

cree que podemos construir un cohete y volar al espacio,

pero no puedo explicarle que el cosmos solo existe para los elegidos,

y ni siquiera ahora, sino solo como una posibilidad.

 

que las casas cósmicas que ya se están construyendo aquí, en la tierra,

y las exposiciones de robots que tanto ama,

y los sofisticados artilugios para la producción de poesía mecánica que tienen los nuevos poetas

se hacen para los elegidos, en nombre de los elegidos,

que ya no son personas, no importa, sino un enjambre de sistemas fangosos,

creciendo como tumores en nuestro medio.

 

que hay gente que no puede obtener un pasaporte,

que hay gente que no puede irse a ningún lado,

yacen como monstruos enfermos en densos pozos de trabajo y hambre

y hablan poco.

 

que los montones de gobiernos son como montones de basura en nuestra Tierra,

que hay algo más además del tiempo presionado en las habitaciones,

que hay algo más en los cuerpos además de palabras y pensamientos…

 

 

Жизнь в пространстве (Vida en el espacio), 2018

30 /

3 /

2020

Mas no por ello ignoramos
que también el odio contra la vileza
desencaja al rostro,
que también la cólera contra la injusticia
enronquece la voz. Sí, nosotros,
que queríamos preparar el terreno a la amistad
no pudimos ser amistosos.

Bertolt Brecht
An die Nachgeborenen («A los por nacer»), 1939

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