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Joan Mª Girona

La escuela: espacio de libertad y acogida

Los hechos de las Ramblas ocurrieron el 17 de agosto pero es un tema que no se agota y que continuará afectando nuestras vidas. Quizás a algunas personas les provocará incluso algún trastorno. En las escuelas e institutos no podemos dejarlo de lado. De una manera u otra, sin agobiar, tenemos que hablar: debemos permitir y animar al alumnado que se exprese. El centro escolar debe seguir siendo un espacio de acogida y libertad. E ir a contracorriente de lo que quisiera imponer la sociedad y las administraciones, que prefieren que controlemos y no que eduquemos críticamente.

Espacio de acogida y de libertad significa que se puede hablar de todo sin miedo, que se puede expresar lo que se siente y lo que se piensa sin tener que preocuparse de lo que dirán, de lo que pensarán de mí, de lo políticamente correcto que se dice ahora.

En esta línea hay que poner en cuestión el PRODERAI (Prevención, detección e intervención de procesos de radicalización en los centros educativos) de los Departamentos de Enseñanza e Interior. No ayuda a la tarea que tenemos que hacer. No es éste el camino, no es ésa nuestra labor. La escuela no debe criminalizar a ninguna persona. La tarea de los adultos, de los educadores, es ayudar a elaborar las emociones y los sentimientos que puedan tener los alumnos. Debemos aceptar a todos y promover una educación crítica sin señalar a nadie por su religión, sus ideas… Hemos de ayudar a construir la identidad a niños y adolescentes. La tarea consiste en caminar hacia la igualdad respetando las diferencias. Un camino que ayuda a la inclusión, a conseguir que todos tengan las mismas oportunidades.

Sin olvidar la situación social, el ambiente y el entorno en que vivimos. Hace unos cursos se hablaba de la educación para la ciudadanía, para defender el mantenimiento de esta asignatura que la LOMCE ha eliminado. Pero es previo que nuestro alumnado sea ciudadano, que tenga todos los derechos de ciudadanía y diría que éste no es el caso de una parte significativa de los niños y adolescentes escolarizados. Lo cual hace más difícil nuestra tarea y es imprescindible que lo tengamos presente y como consecuencia valoremos la necesidad de contar con las otras instancias y personas que trabajan por la educación. Entre todos pondremos más granos de arena por la inclusión de todos en plan de igualdad

Libertad significa poder hablar de todo. Nada es ajeno a los espacios educativos. Puede haber hombres y mujeres que piensen que los de Ripoll son héroes. Ocurrió hace unos años cuando el asunto de las torres gemelas, Ben Laden fue considerado héroe por una parte de alumnos. Tenemos que estar preparados por si se da la situación, afrontarla, no ocultarla, no despreciarla. La empatía debe darse tanto con unos como con otros: con quien apoye a los de Ripoll y con quien quiera echar del país a los extranjeros, para poner los dos extremos posibles y, en medio, toda la diversidad de comportamientos y actitudes que encontramos.

Y debemos interrogarnos sobre todo lo que pasó. Se dice que hubo 16 víctimas mortales. ¿Los seis chicos muertos con la actuación policial no son víctimas? ¿Es un éxito haberlos matado, incluso el último cuando ya estaba solo? Hay quien ha hablado de ejecuciones extrajudiciales en un país donde no hay pena de muerte. No es bueno aceptar el verbo abatir para referirse a la muerte de los presuntos terroristas. No es un tema de caza mayor, no se ha matado un ciervo sino una persona. No es excusa que en otros países hayan hecho lo mismo y que la gran mayoría de medios de información utilicen este verbo. Este vocabulario puede ayudar a aumentar el odio a los asesinos. Y si se consolida, puede provocar personas con sentimientos malos, con ganas de hacer daño. No es bueno alegrarse por la muerte de los considerados enemigos. El odio puede estar presente y tenemos que contar con ello a la hora de elaborar el duelo que debe ser individual y colectivo. La comunidad escolar, pequeño ejemplo de la comunidad ciudadana y del país, debería elaborar el duelo colectivamente porque toda la comunidad ha vivido los hechos terribles.
También es bueno pensar, aunque no sea el tema más importante, qué hacemos manteniendo las religiones dentro de las aulas. Las religiones en las parroquias, sinagogas, mezquitas, oratorios, centros de culto… y no en las aulas provocando divisiones entre los miembros de las diferentes confesiones y con los no creyentes.
Escuela espacio de acogida: relaciones entre adultos y niños o adolescentes, relaciones entre ellos y ellas… práctica de la empatía, ponerse en el lugar de los demás por diferentes que pensemos que sean, que no lo son tanto. Hay más elementos de igualdad que de diferencia entre las personas. Debemos poner nuestro grano de arena para ayudar a la inclusión de todos. Recordar los valores que pretendemos inculcar, igualdad, respeto… tenemos que continuar, ya lo hacíamos, la escuela no ha fallado, los espacios educativos no han fallado… ha fallado una sociedad que día a día aumenta la desigualdad, aumenta la necesidad de competir para sobrevivir. Que día a día merma el espíritu de colaboración, de solidaridad, las ganas de ayudar a los demás. Que impide que la escuela haga de ascensor social como hacía hace años. Un sistema económico que quiere controlar todas las fuentes de energía al precio que sea, y esto está provocando continuas guerras y la reacción de los que son agredidos. La acogida nos ayuda a elaborar los miedos que podamos tener (los adultos también tenemos), sabiendo que la guerra continúa y pueden producirse otros atentados.
En las aulas hay que mantener la educación intercultural, la educación antirracista. Han aumentado los comportamientos racistas a partir de los atentados. La escuela no es un ente aislado y esto también puede pasar en las aulas y los patios. ¿Por qué se hacen minutos de silencio por víctimas europeas y nos olvidamos de las no europeas? El profesorado somos miembros de la sociedad y compartimos virtudes y vicios, comportamientos correctos y otros que no lo son tanto. Por lo tanto habrá que prestar atención a lo que llamábamos el currículo oculto, presente en libros y materiales didácticos; también nos lo tenemos que aplicar. A veces los comportamientos racistas, aunque sean light, también se nos escapan a nosotros, el subconsciente nos puede jugar malas pasadas; hay que fijarse. Aceptar la otra persona tal como es y respetarla, a veces, no es sencillo. El racismo es algo innato, quizá por eso no valoramos igual las víctimas europeas y las no europeas; el antirracismo es fruto de la educación… esta es una de nuestras tareas.

http://diarieducacio.cat/blogs/rosasensat/2017/09/26/lescola-espai-llibertat-acolliment/

[Joan M Girona es maestro y psicopedagogo]

27 /

9 /

2017

Mas no por ello ignoramos
que también el odio contra la vileza
desencaja al rostro,
que también la cólera contra la injusticia
enronquece la voz. Sí, nosotros,
que queríamos preparar el terreno a la amistad
no pudimos ser amistosos.

Bertolt Brecht
An die Nachgeborenen («A los por nacer»), 1939

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